Más “Homo porteñum” que Homo Argentum, la nueva película de Mariano Cohn y Gastón Duprat es un muestreo tras un posible gen argentino que tiene el fenotipo de Guillermo Francella, es urbano y bajó de los barcos que llegaron desde Italia. Como muestra es escasa.
Esa pretensión “científica” está en su formato antológico, típico de la commedia alla italiana y que tiene ejemplos citados en Los monstruos y Los nuevos monstruos. Allí Vittorio Gassman o Ugo Tognazzi personificaban, a través de una docena de episodios, a distintos tipos de italianos en comedias que se recuerdan graciosas y son tristonas.
Homo Argentum es bastante más cariñosa y un poco más estereotipada. Tiene a Francella protagonizando cada uno de los 16 episodios con una exigencia simpática a la que el actor sabe aportar su gestualidad tan cercana a Alberto Sordi, una referencia desde siempre. Sus 16 versiones de ese homínido argentino están bien personificados pero puede resultar en una sobredosis.
Para confirmar ese linaje tano que la haría tan argentina, la película se abre con una canción de Franco Battiato y termina en Sicilia con un argentino buscando a la parentela. Son, justamente, de los mejores episodios.
El formato en sketches (que acá van de uno a 10 minutos en 98 minutos de metraje) y las características de sus personajes lo acercan a un Poné a Francella mucho más cínico, un poco más amargado, con aspecto de buen cine y bastante más política.
Homo Argentum ha sido saludada por el presidente Javier Milei, convertido en un espontáneo crítico cinematográfico; le encantó, y algunas tomas de posición de Francella le han dado toda una lectura de política coyuntural. ParaLa Nación, porr ejemplo, el actor se volvió “el ídolo cinematográfico de los libertarios”.
Desde el lado progresista, ha sido acusada de anti-woke y reaccionaria y cierta impronta y momentos parecen darle la razón (el episodio “Piso 54” sería el más señalado). Ha generado debate y se convirtió en una evidencia de nuevas grietas en Argentina.
En su obra, Duprat y Cohn han mostrado un recelo masculino y veterano ante los nuevos tiempos sociales y culturales (Ciudadano ilustre) o el arte moderno (Mi obra maestra, Competencia oficial, la serie Bellas Artes) todo salpicado por una misantropía vistosa como en El encargado. Homo argentum es su película con más pretensión popular.
Los episodios incluyen a un “arbolito” en Florida, un “cura villero”, un viudo que complica la sucesión de sus hijos, un padre despidiendo a la nena que migra a España, un presidente, un pretencioso director de cine y otra docena.
Son desparejamente ocurrentes, emotivos y hasta irritantes. Distrae, además, la cantidad de publicidad explícita que abunda en todos los planos que abarata la propuesta.
Homo Argentum es una película despareja con vocación de reel que al volverse un tema de debate político y división, revela mucho más de Argentina que en sus 16 sketches. Y puede ser su mérito.
Homo Argentum (* *)
Dirección: Mariano Cohn, Gastón Duprat. Guion: Andrés Duprat, Cohn, Duprat, Horacio Convertini. Fotografía: Leonardo Rosende. Con: Guillermo Francella, Eva de Dominici, Milo J, Migue Granados, Clara Kovacic, Vanesa González, Juan Luppi, Gastón Soffritti, Dalma Maradona, Guillermo Arengo. Duración: 98 minutos. Estreno: 14 de agosto, en cines.