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entrevista

Es uruguayo, acaba de estrenar en España, tiene serie de Star+ y Hollywood hizo remake de su primera película

En Sala Zitarrosa comienza un ciclo de películas de Gustavo Hernández, uno de los responsables de "La casa muda", quien pasa por un gran momento de su carrera.

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Gustavo Hernandez
Gustavo Hernández.
Foto: Francisco Flores / El País

Por Fernán Cisnero
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Son tiempos ocupados para Gustavo Hernández, el director uruguayo que de La casa muda para acá, parece no haber parado de trabajar. Pero incluso para él, estos son días llenos de cosas para hacer.

Acaba de estrenar en España, Lobo Feroz, remake de un thriller israelí y que en su elenco tiene, entre otros consagrados, a Javier Gutiérrez, dos veces ganador del Goya. En su primer fin de semana en cartel, la película de Hernández se coló entre las 10 más vistas en una cartelera española cargada de tanques de Hollywood y aspirantes al Oscar.

En estos días terminó, además, el rodaje de una serie para Star+, un thriller policial (“a lo Se7en”, dice) sobre libro de Gabriel Rolón y con Benjamín Vicuña. Ahí, Hernández es director y showrunner. Lo tuvo ocupado desde marzo y encargarse de una serie, dice, es un trabajo arduo. Y ya tiene que entregar los primeros cortes de los episodios.

Y esta semana, en Sala Zitarrosa, comienza el ciclo El propio cine de terror que durante tres jueves presenta una pequeña retrospectiva de su obra. Se inicia este jueves con Virus: 32, una de zombies filmada en el abandonado club Neptuno; el 16 va No dormirás y cierra el 23 con la avant premiere local de Lobo feroz.

Quedan afuera de esta selección La casa muda y Dios local, que completan una filmografía en la que Hernández ha demostrado la posibilidad de hacer cine de género en Uruguay y ser atractivo para el público. Su obra está cerca del terror y el suspenso.

Sobre algunas de esas cosas, Hernández, en su estudio de Ciudad Vieja, charló con El País.

-¿Cuál fue la primera película que verdaderamente lo asustó?

-Cuando era chico había una película, Reanimator, y aunque ahora me parecería graciosa en ese momento, siendo muy chico, me espantó. Después fui creciendo con John Carpenter, con ese estilo de película. Nunca fui un gran fanático del terror: cuando estudiaba siempre fui más por el lado de Coppola, Scorsese, De Palma. Ese fue el cine que me influyó. Y Lobo feroz me obligó a repasar los thrillers de esos autores.

-¿Cómo ve su carrera?

-La verdad que desde La casa muda nos ha ido bastante bien. Se hizo una remake americana, es la película más vendida en muchos territorios y eso abrió muchas puertas. Hubo una línea de hacer productos no solo por el lado personal artístico o personal, sino también con una cuota comercial que permita venderlos. Eso nos ayudó en estos 12 años a seguir en ese camino.

-Y algo de ese trabajo se va a ver en esta pequeña retrospectiva, lo que ya es un mérito grande para un director, sino más un director de cine de género. ¿Cómo recibe algo así?

-Con alegría. Salí de la escuela de Cinemateca donde la formación era muy europea y es raro que un director salga y empiece a hacer películas de género, de terror, bien específicas. Y así fui como armando la carrera: son cinco películas, una serie hecha en Uruguay (Adicciones) y ahora hice otra serie: estos 12 años fueron bastante movidos. Las dos primeras películas (La casa muda, Dios local) fueron independientes en las que éramos amigos jugando. No nos importaba ni lo comercial, ni la crítica.

-No dormirás, que está incluida en este ciclo, ya fue otra cosa.

-Es una película para Fox, algo totalmente distinto a lo anterior. Pasé de hacer una película con ocho amigos a tener un equipo de 120 personas a cargo y una infraestructura de cámaras, luces y equipamiento. Todo eso me hizo agarrar oficio: de todas mis películas fue en la que entendí un poco cómo era la industria, cómo se trabajaba bajo parámetros profesionales. Y el cine pasó de ser un juego a algo más grande.

-Volvamos un poco para atrás. ¿Cómo recuerda los tiempos de La casa muda?

-¡Ya pasaron 12 años! Fue como algo inconsciente. Hoy me pongo a pensar si podría hacer La casa muda en una sola secuencia y creo que me pondría limitaciones de porque es realmente muy difícil. Pero estábamos experimentado y no lo sentía como un reto técnico sino como la única forma que teníamos de hacerlo. Nuestro presupuesto era reducido y si la hacíamos de la forma tradicional no salía. La hicimos en cuatro días y ese único plano secuencia fue lo que le dio su impronta. Es como que encontré un lenguaje y en Virus 32, por ejemplo, hay varios planos secuencia que recuerdan a La casa muda. Es como una marca registrada que me gusta y fui evolucionándola.

La casa muda halló su forma!

-Sí, pero nunca le exigimos nada a la película. Todo fue sorpresivo. Subimos un tráiler y nos empezaron a llamar los estudios americanos para saber qué era eso. Era una de terror de un solo plano, hecha con una cámara de fotos (lo que no era tan común). Y nos llaman los visualizadores de Cannes preguntándonos quiénes éramos. Y nos piden el link de una película que ni siquiera estaba terminada. Y de quedarnos contentos con pasarla en Cinemateca terminamos en Cannes.

-¿Fue buen negocio venderla a Hollywood?

-A nivel económico estuvo bien, aunque ahora conociendo el negocio, podía haber estado mejor. Pero el mercado cambió mucho y eso cambió también los precios.

-¿Es mejor la suya?

-No sé. La nuestra es una película mucho más oscura y creo que provoca un poco más de miedo.

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