Convertida en un verdadero clásico del cine rioplatense, Esperando la carroza cumple 40 años y se celebra, a dos orillas, con actividades, proyecciones especiales y el reconocimiento de varias generaciones que la convirtieron en una película de culto. Con un elenco inolvidable, diálogos que se grabaron a fuego y un humor tan ácido como vigente, esta comedia con guion del uruguayo Jacobo Langsner sigue despertando risas, reflexión y cariño.
A modo de celebración, la película volvió a la cartelera de cines uruguayos y se exhibe actualmente en Grupocine Torre de los Profesionales y Punta Carretas. El lunes 12 de mayo también se podrá ver en Movie a las 19:30. La película también está disponible y se puede ver en la plataforma Flow.
En Argentina, días atrás se le realizó un homenaje en el Teatro San Martín, en el que participaron protagonistas y productores del filme. A continuación, un repaso de La Nación con lo que dejó esa velada de tributos.
“Hace tiempo en esa casa de Versailles, el grotesco bien debute se rodó. Mamá Cora, la abuelita revoltosa, un domingo, sin aviso, se esfumó”, suena el tango de Marta Pizzo interpretado por Alejandra Palermo en el hall del Teatro San Martín. A un costado del living, el traje original que Antonio Gasalla usó para interpretar a Mamá Cora. De comer, empanadas, muchas más que tres por suerte para los presentes. Es un día de festejo: ¡Esperando la Carroza cumple 40 años!
Betiana Blum, Mónica Villa, Luis Brandoni (Nora, Susana y Antonio Musicardi) y Diana Frey, productora del film dirigido por Alejandro Doria basado en el guion de Jacobo Langsner, se preparan para contar intimidades del rodaje y a responder las preguntas de Graciela Guiñazú, anfitriona de la noche.
“¿No estamos gritando mucho?”

Hubo versiones anteriores de la película estrenada en 1985, incluso un film hecho para televisión, pero todos coinciden en que fue el ojo de Doria (con la base del guion y las magistrales actuaciones de los protagonistas), lo que marcó la diferencia.
“Él fue el creador del género grotesco, lo hizo con convicción. ‘¿No estamos gritando mucho?’, preguntábamos y él nos hacía seguir. Nos dirigió con mano de hierro y convicción y estamos agradecidos”, aseguró Luis Brandoni y Diana Frey agregó: “Tenía todo en la cabeza, ‘la cámara va acá, con tal lente’, no iba al set a probar, las escenas se hacían dos veces como mucho”.
Estaba seguro de lo que quería ver en la pantalla. “No se muevan de este cuadrado”, le pidió a los actores en la escena en la que el personaje de Brandoni habla con el comisario para saber si hay novedades de su madre. Sin entender demasiado, hicieron caso y el resultado está a la vista: la ansiedad de los personajes apretados queriendo saber qué pasa, se siente en el aire.
Un caso similar es el de la escena en la que Nora persigue en la calle a Susana. “Post escena me tomó imágenes de los pies, no entendía nada, pero él tenía todo en su cabeza”, dijo Betiana Blum y se rio: “No sé cómo hice para no matarme cruzando la avenida corriendo con esos tacos y el empedrado”.
“Quiero hablar cosas serias con tono de humor”, se lo escuchó decir a Doria en un fragmento de una entrevista que se proyectó en el conversatorio y eso es Esperando la carroza y lo que hace que pase el tiempo y cada vez esté más vigente. En ese sentido, Blum destacó el guion de Langsner: “Es una crítica desde el amor, por eso nos podemos reír. Uno ama a esos personajes, se reconoce y a partir de eso podemos cambiar”.
“No te enojes, ¿si lo hace Gasalla?”
Cuarenta años después, resulta imposible pensar otros nombres para el elenco y menos separar a Mamá Cora de Antonio Gasalla. Sin embargo, el humorista fallecido el 18 de marzo pasado, no fue la primera opción.
“Alejandro quería a Niní Marshall, pero ella dijo que no”, confesó Frey y siguió: “Dios me iluminó, porque yo adoraba el guion y tenía miedo de que no se hiciera si no había actriz, entonces le dije ‘no te enojes, ¿si la hace Gasalla?’. Se lo fuimos a contar a Jacobo y se reía”.
La decisión tan atinada como inesperada generó cierta resistencia. China Zorrilla se preguntaba “cómo iban a poner a un travesti en una comedia de barrio”. Seguro de la elección, Doria redobló la apuesta e hizo una leve (o no tanto) y astuta modificación en el guion al libro original: el público sería cómplice de la pobre viejita destratada por su familia y sabría desde el principio que Mama Cora en realidad estaba viva.
Para Frey, hay otro motivo más por el que Gasalla sumó a la historia: “No es una vieja real, el espectador sabe que es un hombre de edad media, lo que ayudó a que fuera menos dramático y que no doliera lo que le pasaba”.
El actor venía de hacer en el Maipo un personaje muy parecido, incluso parte del vestuario lo llevó él, pero la abuela teatral era mucho más ácida y cruel, más parecida a la que acompañó a Susana Giménez en el living.

Para caracterizarse, tenía que maquillarse el rostro y los brazos, lo que llevaba más de cuatro horas diarias. “El primer día me preguntó si quería que improvisáramos como para conocernos más, le dije que sí y me pidió que lo tocara y agarrara de los brazos, tenía miedo de sacarle el látex. Nos agarramos y pusimos el cuerpo para crear la relación con esta mujer que estaba harta de estar con la vieja. De golpe, en el set era todo silencio. Estoy superagradecida a Antonio”, recordó emocionada Mónica Villa.
Justamente con ella cansada de Mamá Cora comienza la película, luego de que la mamá de Antonio, Sergio, Jorge y Emilia confundiera la mayonesa casera que estaba preparando y la pusiera en el horno creyendo que se trataba de “flancitos”. La pregunta crucial, ¿parecía flan? “¡No! Era mayonesa de frasco…. Esto es cine”, develó Villa y Blum, bromeó: “No le quiten el misterio al cine”.
Parte del vocabulario argentino

Sobre el final del homenaje en el que hubo reiteradas menciones a Gasalla, China Zorrilla, Alejandro Doria, pero muy pocas a otros colegas que ya no están y que fueron parte crucial del film como Juan Manuel Tenuta, Julio de Grazia, Lidia Catalano o Enrique Pinti, los presentes eligieron su frase preferida de la película, muchas de las que ya son parte del día a día de la gente.
“Podés venir a visitarnos… el lunes. No, el lunes no, mejor el martes. No, no, el miércoles”, eligió Blum, ya que en ella se resume la manera de ser hipócrita de Nora, que le pide a Susana que la visite con su bebé a su casa.
Brandoni no mencionó las famosas “tres empanadas”, pero sí escogió a dicha escena como su predilecta: “Es tremendo el cinismo con el que Antonio trata a sus parientes lejanos y dice estar dolorido por su miseria”.
“Me rio de todos nosotros”, dijo Villa en alusión al final de la película y la productora recordó el momento en el que Brandoni encuentra a su sobrino interpretado por Darío Grandinetti: “Ahí lo tenés al pelotudo”.
Antes de la proyección de la película, Carlos, hermano de Gasalla, tomó el micrófono para agradecer y destacó: “Esperando la carroza fue un espaldarazo en la carrera de Antonio y la consagración del personaje de la vieja que él hacía en el Maipo”.
Nieves Otero La Nacion/GDA