Soñaba con bailar, logró el hit en la música urbana y ahora quiere hacer un disco de baladas

Tiene 32 años, es de Catamarca y es una de las nuevas voces de la música urbana. Cantante y bailarín, Valen Vargas estuvo de visita por Uruguay presentando sus nuevas canciones “Imagina” y “Corazón” que lanzó a inicios de julio, mientras avanza con su gira regional y termina de armar lo que será su primer disco.

Entre recuerdos de su infancia, confesiones sobre su camino artístico y anécdotas de colaboraciones inesperadas, Valen Vargas habla de su historia, su vínculo con la danza, su amor por las baladas (y su intención de dedicarse al género) y la importancia de no olvidar las raíces.

-¿Cómo un chiquilín de Catamarca termina haciendo colaboraciones con artistas como duo Roze y Max, o Fer Vázquez?
-Es muy loco contarlo. Soy un pibe soñador de pueblo, así básicamente. Siempre puse al arte adelante de cualquier otra cosa, y también le puse el cariño que se merece. No fue fácil el camino, hubo dudas, casi dejo la música, pero con trabajo y amor creo que todo es posible. Desde chico cantaba, a los cinco años arranqué. Después lo abandoné, quedé como en ese papel de esos pendejos que están viendo qué hacer, con mucha energía y queriendo probar todo. Ahí apareció la danza, que me formó como artista. Tenía 14 cuando empecé, y conocí a otros chicos que tocaban la guitarra, que cantaban, y me animé a cantar con ellos, pero una cosa de entre nosotros. Ahí me regalaron mi primera guitarra, aprendí a tocarla, empecé a escribir canciones… todo sin grabar nada, solo para mí.

-¿Y cómo llega el salto a la música con canciones disponibles en plataformas digitales?
-Fue por la danza también (se ríe). Conocí gente que hacía videoclips, yo era director de una academia de baile, llevaba a mis bailarines y pensaba: “Qué locos estos que hacen su música y que nosotros la bailemos”. Y ahí dije: “Yo también quiero eso, que bailen mi música”. En 2021 saqué una canción que explotó en TikTok, llegó a 20 millones de streams. Pero yo no entendía nada de la industria, pensaba que subirlo a YouTube era todo. No tenía idea de los derechos de autor, el papelerío… todo eso lo aprendí después. Con lo que ganamos en Spotify nos mudamos con los chicos, estuvimos tres meses haciendo temas. Pero después como que no pasó nada, y ahí vino el bajón, el pensar si iba a volver a pasar, si había que hacer otra cosa.

Foto: Difusión.

-¿Y qué hiciste en ese momento?
-Me la jugué. Dije: “Voy a dar mi último 110%, si no pasa, por lo menos di lo mejor”. Y pasó. Las cosas se empezaron a acomodar, y hasta hoy sigue siendo algo hermoso. Subirme al escenario con gente que antes idolatraba, y que te pidan una foto… es muy loco. Yo siempre respeto mucho ese momento, me quedo a sacarme fotos, a saludar a la gente, porque me gusta. A muchos artistas les cansa eso, pero yo trato de disfrutarlo. Porque gracias a esa gente estamos donde estamos, y aunque tenga un día malo, me meto en la cabeza que ese momento va así, para los que te fueron a ver. Después solucionás tus cosas, pero ahí hay que estar.

-¿Cómo surgió la colaboración junto a Max y duo Roze: “Tu jardín con enanitos”?
-Una locura. Max ya venía moviendo al tema, y Roze me habló tres días antes de grabarlo. Me dijo: “Che bro, ¿estás para sumarte?”. Yo estaba en Catamarca, creo, y dije: “Me voy. Como sea, voy”, porque aparte me encantaba el tema. Lo iba a hacer en cumbia incluso, pero ya lo tenía Max con otra idea, así que me sumé. Fue algo muy espontáneo. Nunca me había cruzado con los pibes de Roze, y son unos cracks, muy graciosos, con una energía hermosa, y Max tiene 18 años, creo que ni terminó la escuela todavía. Fue muy lindo compartir con ellos.

-Publicaste con un día de diferencia dos canciones: “Imagina” y “Corazón”. ¿Son parte de un mismo concepto?
-Sí. Salieron casi al mismo tiempo. “Imagina” cuenta una historia de amor, tipo una fantasía, cómo me gustaría que sea el amor para mí. No estoy enamorado hoy en día, pero refleja cómo creo que debería ser. Y “Corazón” es la otra cara, la ruptura de esa relación. Por eso las lancé juntas, tienen ese flash: cara A y cara B.

-El sonido es distinto a lo que venías haciendo. ¿Sentís que estás encontrando tu estilo?
-Exacto. Yo de chico escuchaba muchas baladas, mucho Abel Pintos. Me identifica. No puedo soltar eso. Aunque también le debo mucho a la cumbia, que es “mi folclore”. En mi casa siempre sonó la cumbia. Mis hermanas escuchaban mientras estudiaban, yo me crié con eso de fondo. Pero mis letras están en las baladas. Cuando me siento al piano, las canciones salen solas. En cambio, si tengo una base más producida, me distraigo. A veces hice canciones al piano y después les metimos cumbia encima. Funcionó, sí, pero si el tema nació como balada, para mí es balada.

-¿Sentís que eso va un poco a contracorriente de lo que suena hoy?
-Sí, totalmente. A mí me gusta ir por otro lado. El arte, para mí, no es encasillarse en lo que hace la sociedad o lo que está de moda. Está bien pertenecer, pero soy artista, y hago canciones que transmitan, que cuenten historias. Tengo un tema que escribí para mi abuelo y todavía no lo saqué. Para mí es un temazo. Me gusta superarme con las letras, que sirvan como descargo, como mensaje. Eso también lo compartía con los chicos cuando daba clases de danza: que bailen con el corazón, que sientan, que no sea solo un paso y otro.

-¿Seguís vinculado a la danza?
-Sí. Dejé de dar clases porque no me rendía como la música, pero sigo bailando. Es mi cable a tierra. A veces en el apartamento me pongo los auriculares y bailo solo. Me despeja.

Foto: Difusión.

-Y además estás de gira. ¿Dónde estuviste tocando en Uruguay?
-Tuvimos unos shows en Montevideo, y también en Salto y Paysandú. La gente acá es increíble, muy cálida. Viniendo de un pueblo donde no pasaba nada, tener la oportunidad de viajar, de mostrar el arte, de llevar a Catamarca con nosotros, es algo muy bonito. Siempre lo llevamos presente, con mucho orgullo.

-¿Y qué sigue ahora para Valen Vargas?
-Estoy preparando mi primer disco. Hace dos años que vengo con este proyecto, algunos temas son de entonces. Me gustaría que el disco sea todo de baladas, porque más allá de la cumbia, lo que a mí me identifica son las letras y la pasión. La cumbia me encanta y la sigo haciendo, pero el feeling con la balada es diferente.