¿INSPIRADA EN IGNACIO ÁLVAREZ?
Uno de los relatos de la obra No Molestar reúne una serie de similitudes con el escándalo que desató Ignacio Álvarez cuando puso al aire los audios de un episodio denunciado como violación.

La obra No Molestar sacude la cartelera con una propuesta que incluye tres historias osadas. Una de ellas reflexiona sobre el paso del tiempo, otra sobre el poliamor y la restante sobre las consecuencias de lo que se dice en medios. Esta última está en el ojo de la tormenta por las poco sutiles referencias al periodista Ignacio Álvarez. El espectáculo puede verse en El Tinglado. Ojo: en la nota hay spoilers.

Ya es la obra de la que todos hablan. No Molestar se convirtió en un éxito del boca a boca por lo provocador de las tres historias que presenta, que tienen como hilo conductor el hecho de que suceden en la habitación de un hotel. Pero hay un detalle que no pasa inadvertido para el público: la tercera tiene un sinfín de referencias al escándalo de Ignacio Álvarez y los audios filtrados tras la denuncia de violación el verano pasado. ¿Polémica en puerta?
Esta tercera historia se llama #Tendencia, está escrita por José María Novo, y en su gacetilla es anunciada como “el misterioso encuentro de Antonio y Darío, dos hombres que no se conocen y fueron citados en la misma habitación”. Pero es mucho más que eso.
La situación empieza en clave de comedia con el encuentro entre un periodista (Leonardo Franco) y un influencer (Rafael Beltrán), que fueron engañados para asistir a la misma habitación de un hotel. El relato enseguida se torna más oscuro porque entra en escena una mucama (Carina Méndez) que busca venganza porque su hermana fue víctima de una violación grupal, y el comunicador emitió los audios del episodio en su programa.
Cabe recordar que en febrero la noticia sobre una denuncia de una violación grupal se apoderó de la opinión pública durante días. Y luego, el episodio tomó otra dirección cuando Ignacio Álvarez en su programa La Pecera (Azul) emitió audios de lo sucedido esa noche que, sumado a datos aportados por fuentes, contenido subido por la propia denunciante a redes y el estudio forense, para algunos podían relativizar la veracidad de lo sucedido. La difusión de este contenido derivó en una fuerte polémica que incluyó una denuncia contra el periodista, y hasta una orden de allanamiento en su hogar.
Los puntos en común entre el personaje de la ficción (que recibe el nombre de “Antonio”) y Álvarez no terminan ahí. El periodista de la obra está separado de su esposa, tiene un programa diario en la radio y otro semanal en televisión, suele recibir ataques en redes sociales, y es famoso por “no casarse con nadie y decir lo que otros no se animan”. Como si esta lista de características en común no fuera suficiente, en determinado momento el personaje expresa: “tengo casi 163 mil seguidores en Twitter”. Álvarez tiene 162.539 al cierre de esta nota.
Por otra parte, “Antonio” se muestra como un déspota, con amigos en el poder, machista y homofóbico. “Te encanta hacer chistes de maricones con tus compañeros de mesa al aire en la radio”, le increpa en cierto momento el personaje de la mucama.
La mujer que busca venganza recuerda que en su casa se escuchaba el programa de “Antonio” y tuvo que soportar que luego de que pusiera al aire los audios del momento de la violación de su hermana dijera “mucho a violación no suena”. También relata que quienes tenían trato con ella reconocieron su voz en la radio, por lo que se terminó suicidando.
La escena de la polémica muestra a la mucama amenazando con un arma al periodista mientras relata en un extenso monólogo lo ocurrido en el caso de la hermana: “La fiscal dijo que ya estaba, que iban a pagar por lo que hicieron. Hasta esa mañana en la radio (…), mientras yo intentaba que ella se tomara el café con leche, ¿cómo fue que dijiste ese día? Ah sí: ‘la realidad es mucho más compleja que los panfletos. Es mucho más cómodo ver la realidad en blanco y negro que en tono de grises’”.
El periodista, en tanto, se justifica diciendo que “los audios llegaron a la radio y yo tenía que dar la primicia”. “Hay que escuchar todas las voces. Esas eran unas abogadas feministas hijas de puta”, agrega. Y el otro personaje retoma el parlamento: “Cuando ella escuchó tu voz se paralizó. Cuando escuchó la voz de esos hijos de puta se meó. ¿Y qué fue lo que dijiste después? Ah sí: ‘qué feliz y enfiestada se escucha con los tres, mucho a violación no suena’”.
El director del espectáculo, Ignacio Novo, explicó a Sábado Show que esta tercera historia “habla de la responsabilidad con todo lo que se dice en un medio público y las cosas que puede provocar; invita a la reflexión dentro de la comedia”. Al ser consultado específicamente si este fragmento hace referencia a lo sucedido con Álvarez, Novo admitió que “hay puntos de encuentro”: “No quiero decirte que está exactamente buscado por eso, pero hay un guiño con hechos que han sucedido en la realidad. Me parecía interesante tratar temas de actualidad”. Hasta el momento, el conductor de La Pecera y Santo y Seña no se pronunció al respecto.
La primera y la segunda historia del espectáculo -igual de osadas-, están escritas por Federico Roca y Sebastián Mederos. La primera se titula Mujer al borde y cuenta la situación de Leonor, una afamada actriz que siente que su carrera está en declive y se enfrenta a la difícil decisión de aceptar revivir el personaje que la llevó al estrellato hace más de 20 años. En la otra, titulada Triángulo isósceles, una pareja que lleva más de una década siente que ha llegado el momento de hacer “algo distinto” para revivir la pasión.
La obra consigue la ovación del público, y entre los espectadores han estado presentes varias figuras del medio. El conductor Gonzalo Cammarota, por ejemplo, fue uno de los que se emocionó y aplaudió con ganas el espectáculo dos semanas atrás. Otro de los "espectadores vip" fue nada menos que la estrella de Netflix Nicolás Furtado, quien visitó el teatro en la función del último sábado. Eso sí: para pasar desapercibido asistió a la obra de tapabocas y capucha.