Nelson Pino y su show en el Solís con tangos a dos orillas: "Es una música demasiado completa como para morir"

El embajador uruguayo del tango se presenta este 21 de noviembre en la sala mayor del teatro Solís con "Las dos orillas del tango" que realizará junto al argentino Ricardo "Chiqui" Pereyra.

Nelson Pino.
Nelson Pino.
Foto: Difusión.

El cantor uruguayo Nelson Pino vuelve al Teatro Solís con Las dos orillas del tango, un espectáculo que promete unir en una sola noche a Montevideo y Buenos Aires. Lo hará junto al reconocido intérprete argentino Ricardo “Chiqui” Pereyra, en un show que celebrará los lazos entre ambas capitales del tango. La función será este 21 de noviembre en la sala mayor del Solís. Entradas a la venta por Tickantel.

En esta charla con Sábado Show, Nelson Pino habla de su amistad con Pereyra, el cambio en su carrera debido a Dino Armas, el nacimiento de este show y la vigencia del tango.

—¿Cómo definís a Las dos orillas del tango, el espectáculo que vas a hacer en el Solís?
—Es un formato que me tiene muy ilusionado. Las dos orillas del tango junta a dos cantores que representamos las dos raíces del género: la uruguaya y la argentina. Lo hacemos junto a Ricardo “Chiqui” Pereyra, un enorme cantante de Buenos Aires, con el que tengo una relación de amistad y respeto. La idea es recorrer esos tangos clásicos que identifican a los dos lados del Río de la Plata, con una puesta escénica cuidada, textos, y ese toque teatral que me gusta incluir.

—¿Cómo se conocieron?
—Nos conocemos desde hace unos 30 años. En aquella época yo trabajaba en una tanguería de Montevideo, El Ceibo, lugar muy especial donde desfilaban muchos músicos argentinos. Entre ellos, “Chiqui”. Pegamos buena onda porque él tiene una manera muy auténtica de cantar, a lo Julio Sosa, con ese fraseo tan rioplatense y fuerte. Un amigo en Buenos Aires me contó que “Chiqui” quería hacer algo conmigo, y enseguida nos pusimos en contacto. El año pasado hicimos un primer acercamiento, un aperitivo, en el bar Fun Fun y en el Español, que se llenaron. A raíz de eso, y de mi presentación en el Solís con Buenas noches, Montevideo, decidimos ir por más y preparar este nuevo espectáculo.

Nelson Pino.
Nelson Pino.
Foto: Difusión.

—¿Cómo va a ser esa propuesta?
—Va a tener un repertorio de tangos clásicos, de los fuertes, de los que uno siente en el alma. En mi caso, temas que elegí especialmente para la ocasión y reversioné con arreglos nuevos. “Chiqui“” trae parte de su repertorio emblemático, con tangos que también interpretaba Julio Sosa, y eso le da al espectáculo un aire nostálgico y muy potente. Queremos que se note esa unión entre las dos orillas: el tango argentino con su garra y dramatismo, y el uruguayo con su elegancia, fraseo íntimo y raíz milonguera.

—Siempre mezclando la música y la actuación. ¿Cuánto tiene que ver Dino Armas en eso?
—Muchísimo. Con Dino nos conocemos desde los años 90, cuando me convocó para cantar en una pequeña obra, junto al guitarrista Mario Núñez. Empezamos a ensayar, y en seguida Dino me dijo: “Quiero escribirte un guion, una letra, algo que te permita mostrarte como actor”. Le respondí que no tenía experiencia en eso, que solo cantaba. Y él insistió: “Te movés bien en escena, vas a poder hacerlo”. Así fue como terminé actuando en aquella obra, y después en otras producciones, combinando canto y actuación. Me encantó ese nuevo rol. No estaba en mis planes pero me ayudó a entender mejor la escena, el cuerpo, la interpretación. Gracias a Dino desarrollé este formato donde el espectáculo tiene siempre un hilo narrativo, un concepto detrás.

Nelson Pino.
Nelson Pino. Foto: Archivo.

—¿Y esa formación teatral cambió tu forma de encarar la música?
—Sin dudas. Cuando empecé a cantar, jamás pensé que iba a subirme a un escenario también como actor. Pero me gustó tanto que no lo solté más. Hoy entiendo que cada tema es una historia que hay que interpretar, no solo cantar. Y eso el público lo siente. La teatralidad me dio herramientas para expresarme mejor, para contar con la voz, con los gestos, con el silencio incluso. Es un aprendizaje que agradezco profundamente.

—El tango es un género que parece eterno, pero a la vez parece que está en crisis o relegado. ¿Cómo lo ves hoy?
—Creo que el tango ha tenido muchas pandemias culturales. Etapas donde parecía desaparecer, pero siempre renació. Es una música demasiado completa como para morir. Tiene poesía, baile, música, interpretación, historia. El tango es el género más completo que existe, no tengo dudas. Lo que pasa es que hoy hay una sobreoferta de otros estilos, muchos productos nuevos, y eso hace que el tango quede tapado. Pero cuando se presenta un espectáculo cuidado, con respeto y pasión, la gente lo apoya. El público del tango es muy noble y fiel. Lo que falta es que se lo promueva más, sobre todo en Uruguay, que fue parte esencial de su origen.

—¿Te referís a la discusión sobre dónde nació el tango?
—Exactamente. Siempre se dice que el tango es argentino, y está bien, pero la verdad es que nació entre Montevideo, Buenos Aires. Viene de la milonga, que es uruguaya, y su desarrollo inicial se dio entre estas dos orillas, con Rosario como tercer punto. En ese orden. Nosotros, los uruguayos, no lo hemos defendido con la misma fuerza que Argentina, pero el tango tiene raíces muy nuestras. Solo con nombrar a Gardel y a Julio Sosa ya alcanza. Y si a eso le sumás “La cumparsita”, “La puñalada” y el vals “Desde el alma”, que son uruguayos, ¿qué más querés? Tenemos el tango, la milonga y el vals más famoso del mundo. No se puede pedir más.

—Has llevado el tango por el mundo. ¿Cómo es la reacción?
—Es impresionante. He viajado muchísimo representando a Uruguay, invitado por las embajadas y por Relaciones Exteriores. Estuve en Chipre, Atenas, Varsovia, Cracovia, Hamburgo, Berlín… y en todos lados el público queda fascinado. Hay algo universal en el tango que traspasa el idioma, que llega directo al alma.

—Ahí se nota también esa faceta teatral que mencionabas antes: la de comunicar más allá de las palabras.
—Exacto. Todo eso que aprendí con Dino. Él me enseñó a expresarme con la mirada, con los gestos, a no depender solo de la voz. Hoy me siento más maduro en el escenario, más consciente de lo que pasa en cada momento. Y el público lo percibe.

—¿Y qué esperás que el público encuentre en Las dos orillas del tango?
—Quiero que se encuentre con un espectáculo honesto, con sentimiento e identidad. Que vea reflejadas en el escenario esas dos maneras de sentir el tango que tenemos los rioplatenses. Va a ser una noche de emociones fuertes, de poesía y música de verdad.

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