Dice Federico González, cantante, guitarrista y compositor de la banda La Foca, que hubo mucho trabajo para el show que realizarán el jueves en La Trastienda. Comenta que será una celebración de los 30 años que el conjunto lleva transitando en la música uruguaya. También dice que como la banda no es el sustento de sus integrantes, todos trabajan ocho horas, les da la libertad de presentarse cuándo, donde y con quien quieran. “Nosotros, hace tiempo decidimos que la música era el camino y, la verdad, al día de hoy, no nos arrepentimos”, comenta González en esta entrevista con Sábado Show.

—¿Qué va a ver el público en este show del jueves en La Trastienda?
—Podemos dividir al público en dos partes. El que está desde los orígenes, que son contemporáneos de nosotros que empezamos con 20 y hoy estamos con 50 años, gente que nos siguió en este tiempo, y esa gente espera que toquemos lo que ya no cantamos, o hace tiempo que no tocamos. Tenemos ocho discos y hay un montón de material anterior al primer disco. Y por otro lado está la gente más nueva que fue la que se plegó en los últimos años, espera los últimos dos discos. Nosotros hace unos meses estamos trabajando en un show que tenga las dos cosas, pero con un sentido. Empezamos a buscar entre todos los temas, algunos incluso perdidos en la memoria, conexiones que nos llevan hasta lo último que hicimos, y mantenga un sentido. Es intentar hacer una cosa que refleje y cuenta nuestra historia, pero que tenga una consistencia. Eso, creemos, va a dejar a todo el mundo contento y también a nosotros. Es un laburo enorme preparar esto, porque nos saca de lo que hacemos siempre que es tocar lo último y algunos temas más conocidos de los de antes.

Foto: Gentileza.

—Es todo un trabajo de curaduría de la obra el buscar un hilo conductor que atraviese estos años. Imagino que no es sencillo encontrarlo, porque empezaron como una banda que hacía cosas más de humor, y cambiaron.
—Sí, totalmente. Nosotros decimos que la clave de todo esto es tener, como nosotros, un grupo que se ha mantenido como testigo de los últimos 30 años de nuestras vidas. Todo lo que hacés, en definitiva, tiene sentido en la manera que va reflejando tu evolución. Si te mantenés fiel a eso, es interesante revisarlo una vez.

—Decías que van a tocar canciones previas al primer disco. ¿Fue sencillo acordarse de la melodía y la letra?
—Vamos a tocar un tema que solo tocamos la noche que debutamos, y nunca más hicimos. Increíblemente me acordaba del tema, la trajimos como quien tira de una piolita, y el tema está buenísimo y se mete dentro del setlist como un campeón. Fue hermoso todo eso, pero fue la confirmación de que siempre hubo algo que unió este tiempo, como un hilo.

—¿Cuál es el secreto para mantener una banda por 30 años?
—Hay una parte que es endógena que te siga sucediendo en 30 años que tengas canciones nuevas, interesantes para producir y mostrar, y que haya gente a la cual las canciones le significan algo. Eso pasa o no pasa, y es incontrolable. Por suerte nos ha pasado y vamos a presentar canciones nuevas en este show. Lo otro que tiene que pasar es que el grupo que sostiene todo esto se mantenga como tal, y coincida en la cuestión musical y en cómo manejarse con la velocidad, la intensidad con la que nos movemos, las fechas que hacemos, dónde y con quién tocamos. Qué nos significa las cosas y esa cuestión de expectativa: qué queremos. Nosotros no pretendemos salir de gira ni tener a la música como una fuente económica de vida, y sin embargo es lo que más nos interesa a todos. Lo que pasa es que lo hemos hecho de otra manera, y todos pensamos así. La otra punta tiene que ver con que las nuevas generaciones te van tomando un poco como parte de sus bandas, y eso hace que la cosa siga funcionando. Ahí vamos, como vampiros, sobreviviendo.

—¿Qué tan de cierto es eso que tienen 30 años, ningún hit y cada vez que tocan llueve?
—Fijate cómo estuvo esta semana, es porque se viene la fecha (se ríe). Consultá a meterorología. Nosotros tomamos las cosas con humor. Los primeros años éramos una banda de humor al estilo del Cuarteto de Nos, aunque más tranquilos, pero con un humor ácido. Nos divertíamos mucho y la pasábamos bien. Después cambiamos, no hace falta decirlo, el estilo y mucho, pero nos quedó ese manejo de la ironía, hacer algo que para otros sería un problema, para nosotros es una virtud. No porque no tengamos objetivos, sino porque simplemente nos alegra que eso suceda, y nos importan tres caramelos el éxito porque para nosotros el éxito es esto. Pero mirá que lo de la lluvia es cierto. Mirá sino, hace un año que no tocamos, recién el sábado tocamos en Buenos Aires y está todo inundado. Ahora en setiembre tocamos en La Trastienda, así que comprate un bote.

—No hay que perder el humor.
—Es que es una alegría tener una banda, es un regalo. Es parte del porqué nos mantenemos en el tiempo, porque nos tomamos las cosas de esa manera, y funciona.