Fati Dos Santos trabajó en jardines, cantó en el subte porteño y ahora renueva el folclore uruguayo

Su papá es brasilero, su madre es hija de italianos y ella nació en Montevideo. Hizo el bachillerato artístico, estudio comedia musical en Uruguay y gracias a una beca se fue a estudiar a Argentina. Allí nació “Gurí cantor”, canción que lanzó a mediados del 2018 y ahora relanza, previo a la presentación de su disco que lanzará a fines de este año o inicios del próximo.

Fátima Dos Santos, hoy con 28 años reconoce que desde niña le gusta el arte y que componía sus canciones. “Siempre viví en ese mundo que lo pintaba de música”, dijo la joven que llegó para renovar el género del folclore en nuestro país.

—¿Cuándo comienza tu vínculo con la música?
—Desde siempre. Mi mamá canta en misa porque mi padre es diácono, y yo cantaba con ella porque me encantaba compartir ese momento con ella. Era una unión que teníamos las dos. Así que se podría decir que el amor por la música salió por mi madre, porque cantábamos La oreja de Van Gogh, Los nocheros, a la Sole. Fue un estilo de vida sentarnos a cantar después que ella venga de trabajar. Siempre se hacía un ratito para cantar conmigo. Aunque la música ha sido parte de mi familia. Mi abuela también cantaba, en italiano y en casa, y además tengo una prima que también es intérprete, así que la música siempre estuvo en la familia.

—Ahora relanzaste la canción “Gurí cantor”.
—Sí, la estrené en 2018 cuando estaba en Argentina donde viví siete años. Es una composición que escribí en un momento que extrañaba un poco mi lugar, mi tierra. Así nació “Gurí cantor”. Después, en la pandemia me vine a Uruguay pensando irme a Madrid con un proyecto musical pero pasaron cosas. Me llamaron de acá para un proyecto musical folclórico, dije que sí, y empecé a tomar clases de canto con Javier Rodríguez que hoy es mi productor musical y empezaron a salir canciones. Con él hicimos una nueva versión de este tema con más letra y otros instrumentos. Quedé súper contenta y ahora es de los dos la canción.

—¿Fuiste a Argentina por una beca con Ricky Pashkus?
—Sí, fue una experiencia súper linda. Estuve haciendo comedia musical y obras infantiles, de todo un poco, hasta que en un momento me empecé a dedicar a la música y arranqué con todo lo que es folclore y lo que son mis canciones, porque soy cantautora. Formé una banda allá, compuse canciones, toqué en varios lugares y a la vez, hasta ahora, trabajé con niños. En Argentina trabajaba en jardines y componía para niños. Es un proyecto radial de cultura y arte para niños centrado en el folclore y estuvo rebueno. También me presenté a distintos concursos de canto e hice talleres con una musicotereuta.

Foto: Difusión

—Cantar para niños tiene que ser complicado porque no tienen filtros para decir qué les gusta y qué no.
—Si, eso es lo más rico porque son genuinos y puros. Es la pureza misma y ellos te invitan a entrar a su mundo y a estar más conectados con la esencia. Me parece que es un compromiso que todos los adultos tengamos que entender su idioma y que somos referentes de ellos. Entonces, mientras más puros seamos nosotros vamos a poder enseñarles a ellos, y la naturaleza tiene mucho para enseñar. Hay composiciones lindas y siempre hablo de volver a la raíz, porque la niñez es lo troncal a lo que uno se convierte. El niño es súper importante, y volver a conectar con esas raíces, con quién éramos y somos nos abre un mundo de sueños. Los niños traen eso, por eso tengo ese compromiso con la niñez.

—También tenés una relación fuerte con la música folclórica y la naturaleza. ¿Cómo se genera ese vínculo en vos?
—Desde chiquita escuchaba música folclórica con mi madre y hacía danzas folclóricas con mi maestra de la escuela. Así que siempre estuvo en mí eso, y cuando me fui a Argentina hubo un momento donde tuve que ir a tocar al Subte, empezaron a pasar cosas extrañas y lindas. Conocí gente que me llevó a una peña, y después surgió otra porque cantaba “Que nadie sepa mi sufrir” y a la gente le gustaba. Ahí arranqué y después fui conociendo otros artistas folclóricos y me nutrí de las familias, porque iba a una peña y estaban las familias enteras bailando. El folclore une a las familias que son nuestra primera nación. Y si la familia está unida y fuerte, lo demás es amor por añadidura. Eso me llenó mucho. Además, las canciones tienen historia y son pura emoción que a mí me conecta. Me puedo encontrar reflejada en la música folclórica y es super lindo volver a esas raíces que tenemos nosotros.

Foto: Difusión

—¿Se siente una mayor presencia de artistas folclóricos en nuestro país?
—Hay como una revolución del folclore. Hay jóvenes militando el folclore, yo lo veo por las redes sociales y aparecen jóvenes cantores de música popular y me parece que eso llena porque la música es un idioma que cuentan tradiciones, historias reales y nuestras. Y tienen poesía que está muy conectada con la naturaleza.

Foto: Difusión

—¿Hay ideas de sacar un disco el año que viene?
—A fines de este mes se viene el disco. En las últimas semanas presenté “Gurí cantor” que ya está en mis plataformas digitales y más adelante, todavía no tengo fecha, sale el álbum que ya está grabado y se va a llamar “Esencia”. Son siete canciones que conectan con la esencia pura. Estoy segura que creamos algo lindo y genuino. Vamos a ver qué sucede, espero que a la gente le guste porque creo que el ser humano necesita volver a conectar con la naturaleza. La tecnología, que nos ayuda un montón, puede que nos aparte un poquitito de lo real. No está mal la tecnología, porque gracias a las redes uno puede estar, pero tampoco hay que olvidarnos de dónde venimos, de esa esencia.

—¿En qué quedó el proyecto de España?
—Visualicemos el futuro, ojalá en algún momento me vaya para allá a cantar, pero por ahora todo se queda en mi tierra.