La rutina de Facundo Ponce de León volvió a la normalidad después de dos años de vértigo al frente de la flamante Agencia del Cine y Audiovisual del Uruguay. Convocado por el entonces presidente Luis Lacalle Pou, asumió el desafío durante un período en el que el sector audiovisual en Uruguay se encontraba en auge. Con el cambio de gobierno, el Lic. en Filosofía y en Comunicación regresó a su productora y a un rol de gestión en la Universidad Católica, donde preparó una propuesta para adultos mayores.
En una sala de esta institución educativa donde nunca dejó de dar clases, Ponce De León hace un balance de su paso por la agencia y evalúa si esa experiencia le significó un camino sin retorno a estar “más cerca” de la política partidaria. "Estuve identificado con un partido, pero siempre me movió la política de Estado", sostiene.
-¿Cómo reorganizaste tu vida después de salir de la ACAU (Agencia del Cine y el Audiovisual del Uruguay)?
-Volví a (la productora) Mueca, que es mi casa, con mi hermano Juan y con Andrés Rodríguez. También estoy trabajando en Nacional que es el club del que soy hincha. Y por suerte la UCU (Universidad Católica) me abrió las puertas para armar la UCU senior, una propuesta universitaria para personas de más de 60 años. Tiene cursos de humanidades, ciencias, tecnología, salud, finanzas. Es una propuesta integral de saberes para aquella gente que relegó la formación terciaria por diferentes motivos.
-¿Cómo te surgió esa inquietud?
-Mi tesis del doctorado de filosofía era sobre el concepto de autoridad, que en Roma está asociado a la ancianidad. La autoridad la tienen los ancianos porque son sabios. Me quedó la pregunta sobre el rol de los ancianos en la actualidad y hasta qué punto sigue vigente aquello de que son los más sabios. A partir de eso, en unas conversaciones con el rector surgió esta idea.
-¿Qué balance hacés a nivel personal de tu paso por la presidencia de la ACAU?
-Es muy positivo. A nivel personal implicó mi primer cargo púbico. Siempre me interesó generar una comunicación cercana a lo público, pero nunca con un cargo. Fue muy vertiginoso: trabajamos a todo trapo con tremendo equipo.
-En los últimos años se ha visto un crecimiento exponencial del sector audiovisual en Uruguay, ¿cómo lo acompañó la ACAU?
-La agencia consolidó ese crecimiento que se venía dando y que tuvo un pico en la pandemia. En aquel momento se generaron protocolos de filmación que concentraron casi todos los rodajes de América Latina en Uruguay. Con eso llegó la oportunidad de consolidar institucionalmente una agencia. Ahí aparecí yo para afianzar ese proceso.
-Hubo un crecimiento en lo referido a servicios de producción para empresas extranjeras, pero da la sensación de que no ocurrió lo mismo con la producción estrictamente local.
-Hay un desafío, pero tenemos números mejores. La agencia consolidó la producción nacional. Hay que tener en cuenta que lo que se logró en el 2023 y 2024 se va a estrenar recién en del 2026 al 2028.
-En Argentina se está debatiendo sobre el rol que tiene que ocupar el Estado en esta industria, ¿cuál es tu lectura?
-El Estado tiene que apoyar la industria cultural. Lo hace en todos los países. Lo que se puede discutir es de qué manera, pero esa polarización no colabora a la creación de valor. También es cierto que el Incaa (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales en Argentina) tenía 2000 funcionarios y todos dicen que era demasiado.
-En Argentina uno de los planteos es que el Estado no debería financiar películas que no mira nadie.
-El rédito comercial no es la única unidad de medida. Puede ser fundamental para algunas cosas, pero no lo es todo. La creación de cultura no necesariamente tiene que ver con lo redituable, pero crea un valor. Y ese valor no es evidente, sino que capaz que se ve mucho tiempo después. Whisky no fue un éxito de taquilla redituable, pero posicionó a Uruguay en el mundo hasta hoy. Hay películas de autor que pueden tener un circuito de festivales maravilloso y difundir el trabajo de un montón de gente, sin que lleguen a ser masivas.
-¿La industria audiovisual uruguaya tiene un debe en relación a productos populares?
-Sería lindo tener un producto que resulte taquillero. Tenemos películas que ha visto mucha gente, como Mi Mundial, La noche de los 12 años, el documental de Jorge Batlle. También es cierto que en los números de Uruguay una buena taquilla es de 20 mil espectadores. Espero en breve tener un éxito de taquilla que quede reflejado a nivel regional. Creo que se está gestando.
-¿Tuviste que vencer algún prejuicio para trabajar en lo público?
-Después de hacer De Cerca (TV Ciudad) y entrevistar a los candidatos se me cayeron los prejuicios. Hay algo en la gestión pública que está muy bueno. Uno siente que hace un aporte desde otra dimensión. Se logra apalancar mucho desde ese lado del mostrador. El salto a lo público implica también un salto a lo político y eso es un poco más complejo.
-¿Te costó la identificación partidaria?
-Me identifiqué porque estaba aceptando un pedido de Luis Lacalle Pou, pero lo acepté y lo hice desde un lugar técnico. Se lo dije a Yamandú Orsi cuando ganó: hubiese seguido si me proponían seguir. Yo estaba identificado políticamente, pero me movía la política del Estado. Si yo me identifico con el Partido Nacional es porque creo que le hace bien al Uruguay y eso es lo primero. Desde ahí fue que gestioné la agencia.
-¿Es más difícil apalancar desde lo público?
-Mucho más difícil. Hay que buscar más equilibrios, negociaciones. Hay que prestar más atención a cómo se dicen las cosas, aparecen ofensas que uno no espera. Yo no tenía reflejos políticos y eso me costó bastante. Aprendí y me di cuenta de que es un lugar muy interesante para hacer cosas, aunque sea agotador.
-¿Cómo era el vínculo con el entonces presidente Lacalle Pou?
-Tuve ida y vuelta todas las veces que lo necesité. Siempre me respondió inmediatamente. También me pasó con los ministros con los que trabajé. Antes de eso no tenía contacto con Lacalle Pou. Lo conocí cuando le hice la entrevista en De Cerca. Me llamó para dirigir el Instituto del Cine y en una reunión le pregunté si no era momento de armar la agencia, que hacía años se venía diciendo que el sector audiovisual tenía que dar ese salto. Me dijo que sí y empezó la aventura.
-¿Te preguntan muchas veces si tenés algún parentesco con su exesposa, Lorena Ponce De León?
-¡Todo el tiempo me lo preguntan! Su exesposa no es nada mío, ni mi hermana, ni mi prima ni nada.
-¿Te tienta avanzar por el carril de lo político partidario?
-Estoy cerca, pero no adentro. A veces, lamentablemente, el precio que se paga por estar adentro de un partido cierra una cantidad de puertas, lo cual hace que no valga la pena. Estar adentro te convierte para la gente en un fanático y no me siento cómodo con eso. Siento que al estar cerca sin estar adentro puedo hacer más cosas, pero eso puede cambiar.
-¿En qué rol te imaginás en la próxima campaña electoral?
-Paso (risas). Veremos hasta dónde alcanza el estar cerca sin estar adentro.
-Antes del gobierno de Lacalle Pou se decía que el Partido Nacional le daría la espalda a la cultura y al sector audiovisual, ¿sentiste que desde la administración se logró revertir esa idea?
-La desmintió el sector entero. La mayoría de la gente del sector es cercana a la izquierda, y todos me decían que esto (de la Agencia) fue un gran empuje. Hay mitos que están construidos sobre cosas que no son ciertas. La historia de la cultura de nuestro país viene de la mano de los partidos fundacionales, aunque el Frente Amplio le haya dado un impulso enorme después.
-¿Por qué la cultura se identifica más con la izquierda?
-Los partidos tradicionales están más preocupados por las cosas tangibles o del mercado, y dejan el valor cultural como algo más desatendido. La izquierda se preocupa mucho por ese aspecto y no por lo otro que asocian a lo capitalista. Es cierto que los partidos de izquierda le prestan atención a la cultura, pero no han sido los únicos.
-¿Tenés ganas de volver a la televisión abierta?
-Es una pregunta que nos hacemos mucho en Mueca: cómo volver a la televisión. No la extraño. La pienso como un eslabón más de este nuevo ecosistema que incluye redes y plataformas. Tenemos algunos proyectos como para volver, pero tampoco lo siento como una necesidad. Antes era la única ventana y ahora es una más.
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