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Eunice Castro: "A siete años de la operación, hoy me siento con la seguridad para volver a la televisión"

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Eunice Castro

NOTA DE TAPA

La comunicadora, actriz y modelo vuelve a la pantalla luego de su última experiencia en Teledoce. Será como participante de la próxima edición de Masterchef Celebrity.

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—A nivel teatral, ¿cómo viene tu año 2022?


—Con mucha actividad. Volvemos con la obra que hicimos el año pasado, “Gente de mierda”. Nos fue muy bien y llenamos todas las funciones. El público respondió y se sintió identificado con una obra jugada que increpa al público. Es un musical que habla de Uruguay y los uruguayos. Muchas veces no nos gusta que se digan cosas sobre nosotros mismos. Pero en este caso fue muy bien aceptado.

—¿Cuál es el argumento?

—Se le pedía a un escritor que escribiera sobre Uruguay y a partir de ahí aparecen los demás personajes. Somos 16 artistas, entre actores, bailarines y cantantes en escena y en la obra se habla de todo: de política, deporte, cultura. Tiene momentos muy fuertes.

—En algunos momentos, la obra plantea críticas a los uruguayos. ¿Crees que en algún aspecto somos de “mierda”?

—Yo era de las que pensaba que todo el mundo actuaba correctamente, pero en el correr de la vida reconozco que puede haber gente desleal o con actitudes mediocres y que eso le hace mal a una sociedad. La obra lo plantea desde una mirada muy interesante. Tengo otro proyecto teatral: voy a estar en la comedia Divorciados que se estrena el 13 de mayo en Teatro La Candela, también con un hermoso elenco y la dirección de Ignacio Novo.

—Vas a estar en Masterchef Celebrity 3, ¿estás practicando en la cocina?

—Estamos en eso. Yo cocino pero poco y simple.

—¿Churrasco con puré, por ejemplo?

—No (risas). Hace 20 años que vivo sola y he probado cocinar algunas cosas un poco más elaboradas: carne al horno, algunas tartas. También probé hacer postres y pan casero. Me quedaron bien. Pero en realidad no sé cocinar profesionalmente. Así que para mí es una prueba y una nuevo desafío en este momento de mi vida: voy a aprender al programa. Lo seguro es que me gusta mucho la comida. Como modelo y artista, viajé por todo el mundo y cada vez que estaba en otro país, una de las cosas que más disfrutaba era probar los platos típicos, no especialmente los elaborados, sino lo que la gente comía en el día a día. Disfruto mucho de comer. Para mí, es un muy claro placer de la vida que me lo permito desde siempre.

Eunice Castro
Eunice Castro. Foto: Leo Mainé. 

—Por tu carrera como modelo, ¿no tenías que cuidarte con las comidas?

—No me cuidaba pero también siempre entrené mucho como bailarina. A su vez y por suerte, la genética me acompañaba. Es más, en mi casa siempre se sorprendían porque a lo mejor comía más que mi padre o que mi hermano. Si hacían una comida de olla, lentejas, por ejemplo, era capaz de comerme tres platos. Ahora, con la edad, intento cuidarme un poco más.

—Cuando llegó el ofrecimiento de Canal 10, ¿qué mediste para aceptar la invitación?

—Hace mucho que no estoy en televisión y menos en un canal que no fuera Teledoce, donde estuve 11 años. Nunca trabajé en Canal 10. También me habían convocado para otro proyecto, de otro canal, pero no se dio. Masterchef me abrió las puertas y Canal 10 aceptó todo lo que propuse. Me hizo acordar a cuando fui al Bailando en cuanto al recibimiento. Más allá de que dure dos programas, que ojalá que no, sentí el cariño y el entusiasmo de ellos para que yo estuviera. Después, en los realities, nunca se sabe hasta dónde uno llega. Esperemos que lo más lejos posible.

—Hace 8 años que estás fuera de la pantalla, ¿por qué ahora te sentiste segura para volver?

—La contención del canal en todo sentido fue decisiva. Para mí, volver después de tanto tiempo, más allá de que había sido invitada por muchos programas para entrevistas en los últimos años, no era un paso fácil de dar. El apoyo que me dieron con el tema de mi nariz, por ejemplo, fue fundamental. Para volver, yo necesitaba sentirme segura y ellos me dieron lo que necesitaba. Recién ahora, cinco años después de la operación, me siento con la confianza para enfrentar cámaras y un trabajo delante de ellas.

—¿Hasta el momento no habías vuelto porque no sentías esa seguridad?

—Es así. Tuve propuestas pero al final terminé por no aceptarlas. Esta invitación me hizo tomar la decisión de que sí quiero y que sí puedo.

Eunice Castro
Eunice Castro. Foto Leo Mainé.

—De lo personal que se puede decir, ¿cómo estás?

—Muy bien.

—¿Amor?

—También podría decir en ese aspecto que me siento más segura de lo que quiero. Pero no lo tengo, si esa es la pregunta. Me parece que le pasa lo mismo a muchas mujeres y también hombres. Antes, uno quizás se dejaba llevar por los acontecimientos pero hoy me siento con el poder de elegir lo que quiero.

—¿Por redes sociales conociste a alguien alguna vez?

—No soy de conocer a nadie por redes. No me inspira confianza. Si empiezo a salir con alguien, soy de comprometerme en ese sentido, no por el casamiento, sino con un compromiso entendido como avanzar seriamente, conocer a la persona y dar pasos juntos hacia un proyecto de pareja. Por lo menos lo intento. Hubo un tiempo en que no hacía ni eso: salía corriendo, tipo novia fugitiva. Ahora no: si conozco a alguien y veo que puede darse un proyecto juntos, avanzo comprometida. Y si no, me alejo.

—¿Cómo pasaste este tiempo de pandemia?

—Al principio me asusté mucho: prácticamente me encerré con mi familia. Al segundo año ya lo viví de forma más relajada. Pero al principio se suspendieron todos los proyectos que tenía, en teatro, conducciones de eventos y radio.

—¿Cómo hiciste con el dinero? ¿Tenías ahorros?

—Sí, siempre fui bastante precavida en ese aspecto, lo que me dio un pequeño respaldo, aunque igual me afectó. Hubo que apretar el cinturón. Yo trabajo como artista: no tengo otra ocupación. Te digo más: intenté trabajar en otros rubros en los comienzos de la pandemia. Me presenté para proyectos sociales y me presenté a concursos y entrevistas. Pero quizás me jugó una mala pasada ser conocida. A veces no te eligen por eso. Antes me había pasado lo mismo. Cuando me sucedió lo de la nariz y yo no estaba muy segura de volver al medio del espectáculo, busqué trabajo en otras áreas. Le pregunté a gente amiga si no conocían de oportunidades, pero no conseguí. Yo quería trabajar de lo que sea porque más allá de lo económico, lo necesitaba para ocupar la mente.

—¿Cómo surgió esa inclinación tuya por lo “social”?

—Desde hace tiempo me interesan esos temas, vinculados a la infancia y adolescencia, a las mujeres… He dado charlas y creo que tengo cosas para aportar. Me encantaría trabajar en políticas sociales, sea en el ámbito privado como público.

—¿Pensaste en involucrarte con un partido político, al menos desde esa inquietud social?

—Sí, lo pensé. De hecho, en el pasado me habían llamado de varios partidos durante las campañas electorales para invitarme, pero soy un poco apolítica. He votado a diferentes partidos durante mi vida como ciudadana. Me atrae más la persona que el partido. Cuando me planteé una dedicación a estos temas sociales, hablé con algunos dirigentes políticos. Me dijeron que podía ser. Quién sabe.

—Así que si un partido te llama ahora para trabajar en el área social, ¿aceptarías?

—Sí, lo escucharía.

—¿Sea cuál sea el partido?

—Sí. Porque en realidad me interesa más el proyecto y a quién esté dirigido y lo que aporte. Con motivo del Día de la mujer, por ejemplo, he dado durante estos últimos años varias charlas en distintas instituciones del país. El pasado 8 de marzo estuve en el Teatro Macció de San José y junto a otras mujeres, contamos parte de nuestras vidas. No había ficción ahí: dimos testimonio de nuestras historias de vida reales. Fue una experiencia muy linda y enriquecedora, en especial por el ida y vuelta con el público. Hemos hecho intercambios similares en otras ciudades.

—¿Te considerás feminista?

—Me gusta hacer la revolución desde otro lado. Soy de las que cree que nuestra lucha es por la igualdad de oportunidades y derechos. No se trata de una pelea entre géneros y también digo que los extremos son malos.

—El mundo del espectáculo tuvo su evolución también. El rol de la mujer era otro hace 10 años o 20. En tu caso, cuando pasaste por Showmatch, se cortaba la pollerita, por ejemplo.

—Es verdad. Ahora eso sería impensado. Me acuerdo que yo me negué, así que fui una de las rebeldes en ese sentido. Pero se naturalizaba todo aquello. Lo mismo pasaba con los chistes y el humor, cuando era conductora de la cámaras ocultas de Showmatch y se decía y hacía cualquier disparate. Los chistes eran groseros con la mujer pero de eso nos reímos hace no mucho tiempo: 13 años. Cuando niña me acuerdo de Benny Hill o de Alberto Olmedo. Ese humor hoy no podría funcionar y es un avance porque estigmatiza a la mujer. Por suerte se ha superado.

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