Nicolás Lauber
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El cantante brasileño Dienis es una cara conocida para los uruguayos. Hace unos días estuvo en nuestro país para promocionar su nuevo disco, Latino y americano ya disponible en las plataformas digitales.
En esta entrevista con Sábado Show, el intérprete nacido en Río de Janeiro y que alcanzó el éxito gracias a las cortinas musicales de populares telenovelas de Globo como “Imperio” y “Las reglas del juego” habla de sus comienzos, la importancia de música en su vida, su faceta altruista, cuando cantó para el Rey de España y también cuenta cómo se ajusta el amor a su ajetreada vida profesional.
—¿Es verdad que empezaste a cantar a los nueve años?
—Sí, pero no profesionalmente. Cantaba en la iglesia con mis padres pero no quería eso para mi vida, porque siento que la música es universal, no para un gueto, y el amor no tiene fronteras. ¿Por qué habría de tenerlo para hablar del amor?, no quiero. Pienso que toda religión de alguna manera te pone una frontera y Dios es libre, es libertad y amor.
—¿El sueño siempre fue cantar?
—Sí, desde niño. Nunca tuve dudas porque pienso que la música es un propósito, es una misión que tengo que hacer. Además, la música me salvó porque muchas veces con esa ausencia de mis papás por cuidar de tantas otras personas me dejaban solo algunas veces en casa y eso me dio fuerza. Entonces la música se volvió mi compañía y fuera de otras cosas que pasé que fueron muy duras y complicadas. Quizás en algún momento pueda abrir mi corazón y decirlo, pero la música es responsable de que esté vivo. Y como la música me estaba salvando pensé que la música podía salvar a otras personas, entonces tengo esta misión: quiero salvar a la gente a través de la música. Entonces escribí cosas que estaba sintiendo y muchas personas pueden escuchar mis canciones y sentir que, de verdad, se cuenta mi historia. A veces no soy tan claro, debería de serlo para plasmar lo que pienso y siento, pero quizás es un momento que poco a poco eso va a quedar más transparente. No es que oculte cosas, tengo un poco de vergüenza de decir ciertas cosas. El otro día hablaba con mi manager, quien me ha incentivado a decir lo que he pasado, que tengo una historia muy difícil pero bonita, de superación. Pero pienso que todavía no es el momento de decir todo. Si hablo todo, pienso que va a tener el apoyo de mucha gente, pero de cierta forma traerá algunas decepciones de personas que creen en la religión u otras cosas que fueron un poco decepcionantes en mi vida.
—¿Por qué esa restricción para contar tu vida?
—Porque es algo que vengo trabajando desde hace mucho en mí, duele mucho, hay traumas, tristezas y pienso que no me siento preparado para eso todavía. Pero cada vez más siento que está más cerca el momento de decir lo que siento. Las cosas se tienen que decir con responsabilidad, sobre todo cuando hay otras personas involucradas en todo eso. Quiero mucho volver a Uruguay para decir esto, porque Uruguay es como mi casa. Siento la calidez de la gente, son personas tranquilas y tengo esa sensibilidad de melancolía, alegría, esa mezcla que a veces no se entiende en Brasil que están como en Carnaval todo el tiempo. Igualmente amo mi país.
—También tenés una faceta altruista.
—Sí, me involucré en varios proyectos como Acnur que es la institución de la ONU para los refugiados, también estuve en proyectos para personas adictas al alcohol y las drogas y hace poco hicimos una producción con una cantante colombiana que fue para un festival solidario en Niteroi que hace una acción social muy bonita. Logramos recaudar varias toneladas de alimento. Y por eso en mis canciones hablo del amor, la religión y amistades, pasión, de todo. Soy muy enamorado de la vida.
—Imagino que entre tanta gira y conciertos, no hay mucho tiempo para tener pareja.
—Para el sentimiento tengo tiempo. Soy una persona que necesita estar enamorado para estar bien, pero también puedo estar bien solo. La verdad es que prefiero estar feliz y estar en paz, y hay una canción en Brasil que dice “É impossível ser feliz sozinho”, una bossa nova y pienso que es verdad, porque quieres compartir la vida cuando estás enamorado y quieres a alguien. Yo estoy enamorado, contento y feliz, y para el amor siempre encuentro el tiempo. El problema es, quizás, mi forma de ser. No soy muy fácil, soy un poquito celoso y como mi vida es un poco loca tengo que organizar todo.
—En tu carrera has estado en varios escenarios y cantando para personas muy importantes, como el Rey de España. ¿Cómo recordás ese encuentro?
—Fue increíble. Fue una casualidad porque recibí la invitación una semana antes y fui el primer brasileño en cantar para él. Nunca le puse fronteras a mis sueños, siempre creí en mis sueños por más imposibles que parecieran. Pienso que si estuve allí, con la persona más importante de España es porque merecía estar ahí, y agradezco a España por la oportunidad. Fueron maravillosos conmigo y si hoy estoy hablando en varios idiomas hablando en castellano, que no es fácil para mí, es porque me debo a ellos. Fue una experiencia muy buena.
—Has cantado la cortina musical de varias telenovelas de Globo, ¿cómo es el proceso?
—La primera canción que interpreté para una telenovela no sabía que era para eso. La discográfica de la época eligió una canción mía y no supe hasta escuchar mi voz en la televisión. No sabía nada, fue muy linda sorpresa. Después conocí en un Carnaval a un señor al que le gustó mucho mi proyecto, es un director de telenovelas que ya falleció y me dijo: “quiero una de tus canciones en mi telenovela”. Mi antiguo manager me dijo que le iba a llevar la canción por si no recordaba el encuentro, porque todo ocurrió en un clima muy festivo, y la gente se olvida después de las cosas. En otro momento me subí a un avión y en el trayecto me puse a hablar de mi vida con la persona que tenía al lado, sin saber quién era. Nunca más hablamos y cuando mi manager llevó mi canción a la reunión estaba ese señor del vuelo, dijo que me conocía, que conocía mi historia, escuchó la canción y le dijo a mi manager: “voy a hacer una telenovela que sale ahora, se llama Imperio y voy a poner su canción, y quiero una versión en español para latinoamérica”. Fue una locura porque fue una casualidad tras otra y quedé muy feliz por las casualidades. Uno tiene que hacer las cosas bien que la vida después te lo va devolviendo.