ENTREVISTA
El abogado y la estudiante de contaduría se conocieron en una clínica de rehabilitación de lesiones. Hoy, un año y medio después, conviven y comparten la pasión por un deporte extremo: el triatlón.
Los unió el deporte o más bien las lesiones. El abogado Ignacio Durán se trataba de la rodilla en la clínica de Federico Delbene cuando llegó Jimena Pombo, recién fracturada de peroné, enyesada y en silla de ruedas. “El flechazo fue inmediato”, recuerda el letrado especialista en derecho penal.
Pero había que esperar. Si bien en aquel tiempo Durán había sido incluido en la lista “solteros codiciados”, a Jimena Pombo, casi contadora y deportista como él, no le llamó la atención.
“Le pedí el teléfono a Federico y como buen profesional que es, no me lo dio”, asegura Durán. Pero insistió: buscó a Jimena en redes sociales y a partir de ahí comenzaron a hablar (de deporte, claro) y a tejer los primeros puntos de la relación, mientras sanaban las lesiones.
“Yo no tenía muchas referencias de él, ni siquiera como soltero codiciado”, cuenta ella en una entrevista conjunta para Sábado Show.
Hoy, Nacho Durán y Jimena Pombo protagonizan una historia de amor fit. Llevan un año y medio juntos, conviven y el deporte es parte de su vida diaria. Madrugan y entrenan juntos. Han compartido algunas competencias de triatlón, la exigente disciplina que combina running con ciclismo y natación.
“Siempre fui media loca del deporte. Estoy haciendo triatrón, algo que antes no se me cruzaba por la cabeza. Pero fue todo por él”, revela Pombo, quien ha pasado por varios deportes a nivel semi profesional o amateur, entre ellos hockey, atletismo y kitesurf.
Nacho Durán jugó al fútbol y en básquetbol llegó a integrar el plantel de primera de Biguá y también en 25 de agosto “con poco suceso”, según aclara. “Después me rompí la rodilla y ahí tuve que enfilar hacia deportes más lineales, no de tanto cambio brusco de dirección por la rodilla. Empecé a correr largo, después incorporé la bicicleta y finalmente la natación, que es un poco lo que más nos cuesta a los dos. Demanda mucho de entrenamiento”, asegura el abogado.
En abril pasado, Durán y Pombo participaron cada uno en su categoría en una competencia de triatlón en Florianópolis (Brasil) y ahora entrenan para el próximo desafío en conjunto será la competencia “medio Ironman” de Punta del Este mientras que Nacho Durán, individualmente, clasificó para el mundial de la disciplina que se desarrollará en Utah (Estados Unidos). “Estaré representando a Uruguay”, dice.

La competencia “medio Ironman” implica 1,9 kilómetros de nado, 90 km de bicicleta y 21 km de competencia corriendo. “Todo eso junto”, bromea el abogado deportista. Durán ya lleva 15 competencias de este tipo y en dos oportunidades hizo un Ironman completa, o sea, el doble de distancia y de exigencia.
“Quedás cansado. Parece una locura pero te genera una adrenalina deportiva inexplicable”, asegura. “Siempre que terminás la carrera, te planteas el siguiente objetivo”.
La rutina de entrenamiento es exigente y, por lo general, concentrada en la mañana. “Tenemos que dormir temprano para arrancar el día con la rutina”, asegura ella. Salen a correr, a nadar o hacer bicicleta, aunque en ocasiones mezclan las disciplinas.
Martín Bertolotti es el entrenador de la pareja. “Tenemos su orientación coomo profesor, pero también en lo motivacional. Nos hace de psicólogo”, valora Durán.
Las diferencias generacionales no se notan. El abogado tiene 40 años y ella, 28. Además, él es padre de tres hijos.
Sobre la pareja en sí, Durán y Pombo van paso a paso. “Estamos mucho tiempo juntos y a veces pensamos que de ese tiempo, la mayoría lo dedicamos al deporte. Nos decimos: ¿podría estar bueno compartir una salida al cine o a cenar? Pero bueno, es lo que nos unió“.