El picante análisis de Luis Alberto Carballo: "La farándula uruguaya ya no tiene más para dar"

Una de las principales figuras de la televisión evalúa que si bien él fue "el gran defensor de la farándula uruguaya", hoy cree que no queda espacio para ciclos que aborden estos temas. "Su pico ya lo alcanzó, ya está", considera sobre el jet set local.

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Luis Alberto Carballo
Luis Alberto Carballo estrena "Éramos tan punks" junto a Carlos Sorriba, Robert Moré y Nelson Burgos esta noche en el Teatro Alianza.
Foto: Ignacio Sánchez

Es una de las figuras más populares del medio local y ostenta una vigencia en pantalla que muy pocos alcanzan. Sin embargo, lejos de reposar en la comodidad de su éxito televisivo siempre tiene en carpeta proyectos que lo reencuentran con los escenarios. Este año, después de un carnaval “agotador” al que regresó seis años después de una polémica salida, Luis Alberto Carballo protagoniza dos obras de teatro con destacados elencos: Éramos tan punks (Teatro Alianza) y Fracasados (Teatro Movie). Antes de estrenar, el multifacético comunicador reflexiona sobre el paso del tiempo, describe cómo fue volver a participar de la fiesta de Momo y revela algunos vericuetos de la industria televisiva. "Dicen que este trabajo es una carnicería y puede ser que sea cierto", sentencia.

-Estrenás Éramos tan punks este sábado en el Teatro Alianza, ¿vos tenías algo de punk o de rebelde en tu juventud?

-Nada (risas). Escuchaba Sui Generis. No tenía nada de rebelde. Me acuerdo que cuando era chico vino Van Halen y fue todo un acontecimiento. Muchos decían “a mí no me gusta, pero voy a verlo porque es un espectáculo que no creo que veamos por mucho tiempo”. A mí no me interesaba para nada.

-¿En qué dirías que sos mejor que hace 25 años?

-En lo profesional soy mejor para seleccionar un tema, elegir algún invitado o revisar lo que voy a decir. Eso te lo da la experiencia. Si ya sabés cuáles son las consecuencias de algo no lo hacés más. En eso mejoré.

-¿Eso no tiene la contracara de que arriesgás menos? Cuando comenzó Algo Contigo (Canal 4) eras un conductor picante que discutía con otras figuras del medio a través de la cámara y eso lo fuiste dejando de lado.

-No me arriesgo si es innecesario generar una consecuencia negativa. Y eso fue decantando porque Algo Contigo fue mutando. Fuimos tomando otro rumbo y la decisión fue correcta. Si bien yo era el gran defensor de los chimentos y la farándula uruguaya, creo que su pico ya lo alcanzó. Ya está.

-¿No tiene más para dar?

-No, y si en algún momento lo da, Algo Contigo tiene la puerta abierta como para hacerlo. Hoy está en segundo o tercer plano, pero el programa tiene la licencia como para hacerlo si vale la pena.

-¿No hay espacio entonces para un programa que se dedique exclusivamente a la farándula uruguaya?

-No, acá no. Y creo que en Argentina tampoco. El 99% de los temas que se tocan en los programas de espectáculos argentinos son autorreferenciales. Son problemas que tuvo el conductor, un panelista, etc.

-¿Te has evitado problemas con colegas tomando este rumbo?

-No porque realmente no tuve problemas con nadie. Siempre todos entendieron que era un juego. Solo hubo una persona que no entendió y hasta hizo una demanda. Me acuerdo que hubo otra situación hace poco tiempo. Convocamos a una persona y nos contestó amablemente que no estaba contento con el programa porque no le había gustado la forma de la que habíamos tratado su tema al aire. Le mandé un mensaje para decirle que no lo veía así, que si se enojaba con nosotros se tenía que enojar con todos los medios porque todos lo trataron de la misma manera y que si lo había perjudicado de alguna manera la pedía disculpas. Quedó una charla pendiente.

-Sos una de las pocas figuras consagradas de la televisión que está al aire y mantiene vigencia hace décadas, ¿cuánto hay que ceder para poder conservar ese lugar de privilegio?

-Hay que ser paciente y tolerante. (El productor) Ricardo Artola me dijo una vez que los canales de televisión son elefantes y nosotros hormiguitas que a veces se suben al elefante, caminamos arriba del elefante, nos caemos, nos subimos de vuelta al mismo o a otro y a veces el elefante nos pisa. A mí me quedó eso y es tal cual. No me estoy quejando: es así. Dicen que este trabajo es una carnicería y puede ser que sea cierto. Uno tiene que darle para adelante intentando que todo salga de la mejor manera posible.

-¿Hay que tragarse muchos sapos?

-Sí, algún sapo te tragás. Estamos en un país y en un medio muy chicos. A veces hay que entender algunas cosas, y otras veces hay que hacer como que las entendés. Hay que soportar. Uno a veces pretende que las cosas fluyan de otra manera, pero este medio es muy costoso. Todo es difícil y muchas veces no está el dinero o la posibilidad de hacer lo que uno quiere. En ese sentido hay que aguantarse y buscarle una vuelta, que capaz que no es la ideal pero es la que está dentro de las posibilidades que tenemos. Por eso es que hay muchos que tienen varios quioscos.

-¿Recordás alguna bronca fuerte que te hayas agarrado con una de las empresas para las que trabajaste y se pueda contar?

-He tenido mis discusiones con la empresa, pero no he tenido problemas. Una vez me cambiaron el horario y era una decisión muy mala. Nos empezó a ir muy mal. A las pocas semanas subí y encaré a esta persona que ya no está y le dije “devolveme el horario”. Me miró como diciendo “¿perdón?”. Le insistí: “Ya te diste cuenta de que no funcionó, que no fue una decisión acertada, así que devolveme el horario”. Estaba enojado en serio, pero fui muy respetuoso. Y me lo dieron.

Luis Alberto Carballo
Carballo prepara una obra de monólogos junto a varias figuras de la pantalla. Se llama "Fracasados" y estrena el 22 de mayo en el Movie.
Foto: Ignacio Sánchez

-Volviste al carnaval este año, ¿lo tenías pendiente?, ¿sabías que lo ibas a hacer en algún momento?

-No había cerrado la posibilidad para siempre, pero tampoco andaba buscando volver. De hecho, me vinieron a buscar como tres veces para los Adams y dije que no. Al final me terminó de convencer una charla que tuve con Hugo Ligrone (director). Me gustó cómo se iba a encarar la propuesta y tener la posibilidad de salir con Cacho Denis, Cucuzú, los tres de Karibe con K y un montón de gente maravillosa.

-¿Cómo fue?

-Buenísimo pero agotador. Me cansé mucho mental y físicamente. Fueron muchos meses de ensayo; para mi gusto demasiados. Y no soy el mismo que hace seis años. El carnaval lleva un desgaste importante y no me tomé licencia de ninguna actividad para hacerlo. Además yo terminé escribiendo y colaborando con la puesta en escena y la dirección artística.

-¿Quedaron conformes con el resultado del concurso?

-Es un conjunto que hace 19 años no salía y en una categoría que estaba muy fuerte salimos segundos. Fue un muy buen resultado.

-¿Te sorprendió que Zíngaros, tu anterior conjunto, quedara afuera de la liguilla?

-Era todo muy parejo. Había periodistas que decían que nosotros quedábamos afuera de la liguilla. No me sorprendía nada.

-¿Seguís pensando que el carnaval está demasiado "politizado"?

-No vi nada de Carnaval, no sé que decirte (risas).

-¿Sentís que dar esa opinión te dejó afuera del carnaval estos últimos años?

-No sé. Capaz que sí, al menos aquel año. Nunca entendí por qué tuvo tanta repercusión esa frase. Muchos se hicieron eco y dijeron que estaban de acuerdo, pero sin embargo no tuvieron las mismas consecuencias. En ese momento me pareció razonable y saludable no participar ese año.

-¿Razonable?

-Sí porque me había molestado la sobredimensión que le habían dado al tema en las redes y en algún medio. Fue demasiado. De hecho a este carnaval volví con la duda de cómo me iba a recibir la gente. Al final tuve siempre el mejor recibimiento por parte del público y de mis colegas.

-¿Por qué creés que otros hacen la misma apreciación y no tuvieron las mismas consecuencias?, ¿te han cobrado no ser militante de izquierda?

-Algún fanático sí, pero las personas que me importan no. No sé qué fue lo que jugó ahí.

-¿Cómo es ser padre de un preadolescente como Facundo, que ya tiene ocho años?

-Es tremendo. Ahora va a estar en la obra Matilda. Hizo comerciales y lo llaman para hacer castings. Yo nunca voy con él para que nadie diga que va por ser “hijo de”. Martín Angiolini, que es el arreglador musical de Matilda, un día le dijo a Facundo de hacer el casting. Quiso ir y quedó. Ya está ensayando. Me pone muy nervioso verlo, además de llenarme de orgullo. Me pasaba lo miamo con mi otro hijo Enzo cuando tenía su edad y participaba en obras infantiles.

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