CURIOSIDADES

Amélie fue un milagro en su carrera. Ese protagónico de 2011 resultó su mejor carta de presentación. Luego participó de otros éxitos: El código Da Vinci, Thérèse Desqueyroux, La Delicadeza, Coco antes de Chanel, Contra el viento.

Cuando era niña se cruzó con el trabajo documental de Dian Fossey y la inspiró a iniciarse en la fotografía. Lo actriz francesa anda con su cámara a cuestas y lo primero que hace antes de comenzar una entrevista es sacar una foto al periodista. Se usó a sí misma como modelo para realizar una serie de autorretratos que fueron a parar a la muestra Superfacial. Capturó diversos momentos y escenas de su vida privada y exploró su imagen desde la fama, la seriedad, y lo artificial. El nombre de la exposición refiere a la banalidad, pero también a diversas verdades que se pueden descubrir si se pone énfasis en el rostro de las personas. Audrey Tautou ganó el César en el festival de fotografía Rencontres dArles.

Le gusta escribir pero teme exponerlo ante otras personas porque no considera que lo haga del todo bien. A veces se detiene a ver sus películas y observa que no es tan auténtica como querría. "No me golpeó a mí misma diciendo que soy buena". Dice ser modesta y le sorprende cuando los directores la convocan porque no comprende qué les gusta de ella. Hace poco vio una de sus primeras películas y pensó, "era una actriz terrible". Espera que eso no le suceda cuando pase una década. Se pone a la orden de buenos directores porque le dan la confianza que necesita. Le gustaría trabajar con Walter Salles, Woody Allen y Julio Madem. "Al principio me costaba usar la palabra yo en las entrevistas, me parecía que sonaba egocéntrica. Pero ya no soy la misma persona", confesó. Audrey Tautou tiene 41 años y continúa en la búsqueda de saber quién es. Trabaja para poder lograrlo y ha dicho que empieza a sentirse cómoda en su piel, algo que define como una "sensación increíble".

Creyó que viviría en una selva porque quería ser primatóloga. Con 16 años sus padres le regalaron un curso de dos semanas en una escuela de teatro, y no hubo marcha atrás. El profesor vio que tenía condiciones y le insistió para que se quedara en París y no volviera a su pueblo natal. Estudió Literatura para darle el gusto a su familia, pero su vocación era el arte. No le gustaba ser el centro de atención y cuando protagonizó Amélie, (J.P Jeunet, 2001) el nivel de fama la agobió. Se sentía rara porque detesta la espectacularidad del show business. Actuó en El Código Da Vinci (Ron Howard, 2006), pero no volvió a aceptar proyectos en Hollywood. Dice que no está hecha para hacer una carrera allí porque no se siente capaz "de llevar la vida de Angelina Jolie". El cine es su pasión pero elige grabar en Francia y llevar una "vida normal": habita en un pequeño apartamento y anda en metro. Ser una celebridad es como una cárcel para esta actriz.

No le gusta llamar la atención. Prefiere pasar desapercibida. No vive como una celebridad porque no se siente tal. Le rechina tener que ir a la peluquería, se arregla poco y no usa maquillaje. Prefiere la simplicidad a la hora de vestirse. No le interesa la moda, considera que ese mundo es banal y superficial. Cuando decidió interpretar al icono del diseño francés en Coco antes de Chanel (Anne Fontaine, 2009) se preocupó por ver fotos y entrevistas en televisión que mostraran el costado más humano y "lo que hay detrás de su emblemática fachada (...) Coco era una persona como cualquier otra. Quería reflejar su ternura". Audrey Tautou dijo que le gustaría que recordaran la película más que a ella en el rol de Chanel.

Muchas veces se rumoreó que abandonaría la actuación. Audrey Tautou se encargó de desmentirlo en reiteradas ocasiones. No dejaría el cine pero sí reconoció que tiene una cantidad de intereses que realiza en paralelo a su profesión. Le fascina viajar, escribir, sacar fotos y leer. Cuando se retire irá a clases de piano y aprenderá español. Es callada, no suele decir lo que piensa, sino que "grito para mis adentros" y lo atribuye a su falta de valentía. La actriz francesa disfruta de los momentos de soledad. Puede pasar diez días sin contestar el celular y eso pone los pelos de punta a varios familiares. Le encanta ir al cine sola y prefiere ir de compras sin compañía para evitar sentirse culpable por hacer esperar a los demás.