Ana Durán y Elena Linardi, abuela y nieta comparten recetas, consejos y el amor por la cocina en televisión

Por Nicolás Lauber
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Apenas se entra al estudio de grabación de Los secretos de Ana Durán, invade un olor a chocolate caliente. Sobre la mesada se ve un budín con chispas de chocolate que reposa frente a las cámaras. Es el responsable del aroma en el ambiente.

“Ahora te toca a vos”, le dice Ana Durán a su nieta Elena Linardi durante el primer corte del programa que se emite los sábados por Canal 10. La abuela busca que su nieta pierda miedo a las cámaras, y que se anime a estar ella conduciendo. Claro que tener a Ana Durán como ayudante, no es fácil. Es que el programa resume las especializaciones de Durán, quien es una cara conocida de la televisión desde hace varias décadas gracias a sus tips y consejos sobre cocina, limpieza y jardinería.

Antes que termine el bloque entra Nano Folle a probar el budín y sonríe para las cámaras del programa. Y mientras se repasa la receta, la producción guarda ingredientes y preparaciones en la heladera para sacar todo para la siguiente receta.

Foto: Difusión

—Ana, hace muchos años que trabajas en televisión, ¿cómo es hacerlo ahora con tu nieta?
—Si es cierto hace una vida que trabajo en televisión, pero sabes no es un trabajo siempre ha sido para mí hacer lo que más me gusta, prestar un servicio, que sirva y de soluciones a quienes lo necesitan. ¡Trabajo en lo que me gusta! No es poco, ¿no? Y hoy eso que me da placer se ha convertido en un premio, en una bendición teniendo a Elena a mi lado, una de mis nietas todas tan queridas y tan mías. Siempre tuve esa ilusión, que un nieto me acompañara y se me dio con Ele que es un tesoro, muy comprometida con lo que hace y le gusta tanto como a mí que es muy importante para lo que hoy compartimos todos los sábados en Los secretos de Ana Durán. Cocinar con mi nieta Elena y divertirnos es maravilloso. Además, después de tantos años de aire, siempre estamos queriendo hacer cosas nuevas, renovando y la incorporación de Ele también colabora en ese camino. Le aporta frescura y cambia lo que ofrecemos al aire.

—Elena, te criaste en el exterior y estuviste viviendo afuera hasta hace poco. ¿Cuál es tu formación y cuando llegaste a Uruguay?
—Viví casi toda mi vida en Estados Unidos. Nací en Brasil, pero me mude con mi familia a Estados Unidos cuando tenía tres años. Me recibí de comunicaciones y emprendimiento en la Universidad de Santa Clara y después me gradué con un diploma de cocina vegetariana en Le Cordon Bleu en Londres. Me mude a Uruguay para trabajar con “Ani” hace dos meses y nunca me sentí tan feliz. Estar aquí con ella, acompañándola en canal 10 y en Clementina (su restaurante y servicio se catering ubicado en Maldonado y Lorenzo Carnelli), no solo me permite convivir y aprender de ella sino que pongo en práctica en un mismo lugar los dos mundos de mi formación.

—¿Cómo fue criarse teniendo a Ana Durán cómo abuela? Seguro que alguna receta que ha compartido en este tiempo.
—La verdad que agradezco todos los días tener una abuela como Ani. No solo es el mejor ejemplo de una mujer trabajadora, sino que la admiro como madre, hermana, abuela, bisabuela y, lo más importante, amiga. No me puedo imaginar mi vida sin ella o sin su Crumble de manzana que me hacía todos los años cuando venía de visita. Seguramente mi interés por la comunicación y la cocina tienen mucho que ver con las cosas que viví al lado de mi abuela, y me encanta seguir compartiendo con ella ese amor por la cocina y la comunicación, ahora desde un rol más activo de mi parte.

Foto: Difusión

—Elena, por las recetas que has presentado en el programa, tenés un interés por productos naturales y recién decías que te graduaste en cocina vegetariana. ¿De dónde surge esa filosofía?
—Mi papá me inscribió en fútbol cuando tenía seis años y desde entonces he llevado un estilo de vida muy activo. Hace unos siete años, desarrollé una intolerancia al gluten (celiaquía) que me impedía comer harina. Decidí aprovechar la oportunidad para crear recetas saludables que fueran deliciosas y me dieran la energía que necesitaba para continuar con mi estilo de vida activa. Me di cuenta de que la forma en que comemos afecta todo, desde nuestra apariencia exterior hasta la forma en que nos sentimos por dentro, que es lo más importante. Tenía más energía y me sentía mejor que nunca, por eso me comprometo con una dieta natural. Diciendo que, creo que el equilibrio también es muy importante. Igual, ¡nunca le digo que no al helado de dulce de leche! Pero más allá de mis gustos, me parece buenísimo poder tener un espacio donde difundir estas recetas y acercar las mismas a un público diferente al que tenía en mis redes (su cuenta en Instagram es @cookingconele), dándole algo diferente al público de mi abuela con los consejos de ella.

—Ana, ¿cuál es el motor para continuar trabajando?
—Mi motor para seguir es la gente. Los que necesitan una sacada de mancha que parece imposible, una vianda preparada en cinco minutos, un dulce para mimar a alguien. Pero también es acompañar a los que están solos porque mi respuesta para ellos es siempre una solución y una alegría. Como diría mi madre que era sabia, una oreja que se convierte en oído y para quien te escucha es un regalo. Trabajé toda la vida, lo disfruto y lo recomiendo, porque ser autónomas es muy importante. Además, a mi edad tener un espacio para seguir haciéndolo me parece una preciosa señal que agradezco al canal. Los secretos de Ana Durán es un espacio que demuestra que los de mi edad tenemos cosas para ofrecer y que en equipo con gente joven las cosas se potencian y enriquecen.