Quedaban ochenta votos por contar y el Frente Amplio había sacado una ventaja de ochenta y uno. Ya hacía varios minutos que en los pasillos de la Casa de la Cultura en Minas se murmuraba que la ventaja era estadísticamente indescontable, pero nadie quería dar un paso en falso. Así que fue recién ahí, este sábado 17 de mayo a las 15:36 horas, con los números fríos de un Excel en la computadora, que los delegados de la coalición de izquierda relajaron los músculos tensionados, rompieron en llantos y abrazos, y supieron que habían ganado la Intendencia de Lavalleja.
Fue ese el momento en que Adriana Peña, exintendenta y actual diputada nacionalista, sentada en un costado frente a la pared, abandonó definitivamente su esforzado y atento conteo mental en el que durante horas calculó, voto a voto, cómo se acortaba —o ensanchaba— la brecha entre blancos y frenteamplistas.
Mario García, no allí sino en su casa, pero también con la responsabilidad a cuestas de haber dilapidado una ventaja histórica de su partido, confirmó que no habría milagro. ¡Los blancos esperando un milagro en Lavalleja!
Frente a una estatua de una virgen construida por José Belloni —que dio un toque peculiar al acto encabezado por la Corte Electoral—, y a menos de diez metros de la casa en la que nació el prócer que da nombre al departamento, el Frente Amplio obtenía la confirmación de un histórico resultado.
Las bocinas inundaron rápidamente el centro de Minas.
La muchedumbre frenteamplista, exaltada, entonaba y saltaba con el rock argentino que salía de los parlantes latosos instalados para la ocasión. Primero La Mancha de Rolando (arde la ciudad / llueve en tu mirada gris / la gente festeja y vuelve a reír). Después vino La Beriso y su versión del Todo Cambia, una canción que lleva a los frenteamplistas a sus victorias más dulces.

En medio del centenar de personas, incluyendo veteranos y niños llorando de emoción, el médico cirujano Daniel Ximénez recibía de a uno los abrazos y las felicitaciones.
—¡Yo te dije Daniel que esta iba a ser la vencida! —le gritó una mujer al oído.
En busca de las razones
Fueron, finalmente, menos de cien. Por 95 votos, 17.535 contra 17.440, el Frente Amplio cortó con 35 años de hegemonía del Partido Nacional y puso fin a una larga serie de victorias consecutivas de los blancos con ventajas que hasta hace no mucho parecían imposibles de disputar.
Y aunque este sábado la euforia frenteamplista no diferenciaba entre los distintos factores que los llevaron al festejo, y a pesar de que Ximénez —un respetado cirujano frenteamplista independiente que dirigió diez años el Hospital de Minas, fue candidato en 2010 y 2015 llevando al Frente a sus mejores votaciones, tiene fama de “buen tipo” y esquiva las polémicas con sus adversarios— es parte de la explicación del crecimiento de la izquierda, todos en el departamento coinciden que el viraje se explica mayormente en el bando de los derrotados.

Que Ximénez aportó lo suyo, nadie lo niega. Un militante frenteamplista cuenta de una reciente recorrida en la que se le acercó un votante blanco, se levantó la remera y le mostró un tajo en el torso. “Acá me operó Daniel, ¡cómo no lo voy a votar!”
Pero a pesar de ese activo indiscutible, unos y otros lo dicen casi con las mismas palabras: más que ganarla el Frente, la elección la pierden los blancos.
Que a García lo terminaron de hundir las letras hollywoodenses que quiso instalar en el cerro en la entrada de Minas, a un costo de más de 600.000 dólares. Que la elección se empezó a perder con un sorpresivo acuerdo entre García y Peña alienó a muchos votantes. Que el resto de los referentes del partido en Lavalleja tampoco contribuyeron, o que algunos hasta restaron. Que fue culpa de no haber ido en coalición con los colorados. Y que el Frente Amplio hizo lo que tenía que hacer para capitalizar todos los errores no forzados de su rival.

Con la confirmación del cambio de signo político, algo impensado hasta hace no mucho, la elección de Lavalleja se convierte en algo así como un manual de cómo echar a perder una amplia ventaja a raíz de una sucesión de errores propios y desaciertos de la dirigencia oficialista.
¿Cuáles son todas esas cosas que futuros líderes de partidos hegemónicos deberían evitar? Veamos.
Luchas fratricidas
Es viernes 16 al mediodía y el centro de Minas parece demasiado tranquilo para lo que hay en juego. Recién terminó el escrutinio secundario y para conocer la identidad de los observados todavía habrá que esperar un día más. En la esquina de la Junta Electoral, en el frente de un local del MPP, un pizarrón es el único anuncio de que se vienen horas definitivas: “Nos vemos en la gran final el sábado. Tranquilos!!”
Alejandro Giorello —intendente blanco de 1997 al 2000 (tras la muerte del histórico Héctor “Bolita” Leis) y dos veces secretario general (con Adriana Peña, primero, y con Mario García, después, aunque en ambos casos renunció en medio de su gestión)— espera a El País sentado en la emblemática confitería Irisarri. En esta ocasión acompañó la candidatura de Carol Aviaga (que obtuvo unos magros 2.152 votos), pero a diferencia de otros correligionarios, no precisa esperar el escrutinio definitivo para hablar de los gobiernos blancos en tiempo pasado.
—Sin querer minimizar el triunfo del Frente, acá los dirigentes del Partido Nacional cometieron un cúmulo de errores grandes que le dieron posibilidades a la oposición.
—Usted fue uno de los grandes impulsores de Mario García en su momento...
—No —interrumpe—. Fui yo el que lo impulsé. Yo no quería estar más e impulsaba gente joven. Un día lo fui a buscar a Mario García. Lo llevé de candidato a diputado, perdimos, pero después ganamos dos elecciones seguidas. Y como diputado hizo una muy buena gestión, sobre todo en el primer período.
En 2016, la lista 58 (Agrupación Aparicio Saravia) de Giorello y García se distanció de Adriana Peña, que era intendenta por segunda vez. En medio de graves acusaciones, sacaron a todos los directores del gabinete, incluyendo a Giorrello que era el secretario general.
García compitió por la Intendencia como alternativa al legado de Adriana Peña, que hizo un acuerdo con Carol Aviaga de Aire Fresco, a quien apoyó para que fuera su sucesora.
El Partido Nacional obtuvo 24.430 votos, contra solo 9.318 del Frente Amplio. García le ganó a Aviaga por unos 3.500 votos.
La interna feroz y competitiva en ese caso funcionó, pero los problemas no se terminaron.
Muy temprano en la gestión de García, Giorello —su secretario general— renunció tras una serie de desavenencias, incluyendo una polémica por el pago de compensaciones a personas cercanas a los referentes departamentales, incluyendo familiares.
—Cuando llegó a intendente, cambió por completo. Lo dije en la prensa: a este Mario García yo lo desconozco —dice Giorello, quien también le reprocha a su antiguo protegido el haberse quedado con el número de la agrupación—. Hace poco hubo un trabajador zafral que se encadenó en la puerta de la intendencia y dice que García lo recibió con los pies arriba del escritorio.
—¿Qué dice que lo cambió?
—Creo que el ego. Mucho ego. No es el único.
El discutido acuerdo
De los muchos enredos departamentales en la interna nacionalista, el que aparece en primer lugar en la consideración de los dirigentes consultados al momento de explicar la magra votación es el polémico acuerdo que sellaron Mario García y Adriana Peña, de la noche a la mañana, en julio de 2024, después de la elección interna.
Pero vayamos un poco para atrás.
Lejos de mejorar, el vínculo entre García y Peña solo empeoró luego de que la dos veces intendenta dejara el poder.
El vínculo conflictivo, apuntalado por cruces públicos respecto al estado en el que García había recibido la intendencia, quizá llegó a su cumbre mediática el 29 marzo de 2023, durante una comparecencia del intendente ante la Junta Departamental en la que Peña se desempeñaba como edil.
A García lo había convocado el Frente Amplio, pero la discusión subió de tono cuando le tocó enfrentar a su correligionaria Peña por el legado de su administración.
Peña lo trató en esa sesión de “puerco, cochino y sinvergüenza” y fue la oposición departamental la que tuvo que salir en auxilio del jerarca, solicitando un cuarto intermedio ante el escándalo que se producía en la interna oficialista.
Unos minutos después, cuando los ánimos se calmaron y el intendente ya se había retirado, una edila frenteamplista citó los tres insultos que se habían escuchado de boca de Peña.
—Acá todos escuchamos que se le llamó mentiroso, sinvergüenza y cochino.
—“Sinvergüenza” no —aclaró Peña, según consta en la versión taquigráfica.
Días después, la exjerarca pidió disculpas “a los porcinos”.

Rumbo al ciclo electoral de 2024 y 2025, Peña tuvo un nuevo acercamiento a Carol Aviaga (Aire Fresco) y llegaron a un acuerdo: Peña volvería a postularse a la intendencia y Aviaga iría por la diputación. García quedaría nuevamente en la vereda de en frente.
Pero la sorpresa llegó en el mes de julio de 2024, cuando El País informó que García y Peña habían llegado a un imprevisto acuerdo de unión. Peña iría por la diputación, apoyado por García, y el intendente iría por la reelección con el respaldo de su feroz antagonista.
—Eso obviamente cayó muy mal en todo el partido —resume Giorello.
Carol Aviaga tuiteó una foto de una zorra y un conejo blanco. “Linda fábula”, escribió en ese momento, y denunció públicamente a Peña por “traición”. Alexandra Inzaurralde, por entonces diputada en acuerdo con la agrupación de García, y con ánimos de reeditar esa alianza en el nuevo ciclo electoral, se enteró por las redes sociales.
Peña —que a diferencia de García y de Aviaga sí responde a la consulta de El País para este informe— se defiende hasta al día de hoy.
—El acuerdo era muy sano. Se inventaron muchas cosas, como que hacíamos un intercambio de figuritas. Logramos que el partido pudiera estar unido y las dos listas más importantes pudieran estar trabajando en común con una visión en común del departamento. De repente no supimos trasladarlo o quizá otros hicieron maniobras políticas, que están dentro de las posibilidades que tergiversaron la verdad. Nosotros mismos no queríamos una carnicería dentro del partido.
Casi nadie, más allá de García y Peña, lo vio de esa manera. Por el contrario, la alianza fue vista como una forma de asegurarse cada uno su lugar, reduciendo la competencia interna. A Peña le funcionó para obtener la diputación en octubre (con la esposa de García, Analía Basaistegui, como su suplente). A García, entre otras cosas, le costó la reelección. Muchos creen que sinceramente nunca pensó que las críticas llegarían al punto de amenazar la continuidad de la hegemonía partidaria. Pero fue una perla más en un largo collar. Y el descontento se hizo oír.
En octubre de 2024 hubo una primera señal. Los blancos tuvieron su peor desempeño en años y quedaron solo 700 votos arriba del Frente Amplio. Para ese entonces se había sumado una nueva polémica: la realización de una convención departamental pocos días antes de la elección nacional, en la que se ratificaron solamente las candidaturas de García y de Aviaga. Aunque luego habría versiones contrapuestas, Inzaurralde (Herrerismo) denunció públicamente que le habían bloqueado la posibilidad de instaurar una tercera candidatura y que ante las quejas se le respondió que era “política” y “no un juego de muñecas”.

Luego de esa situación, Inzaurralde se mantuvo al margen de la militancia para la elección departamental. Consultada para este informe, insistió en que prefería no hablar ya que no hizo ni campaña ni “contracampaña”.
A la luz de los apretados resultados de octubre, también hubo dirigentes que llamaron a realizar nuevamente la convención, bajo el entendido de que ya se había manifestado cierto castigo a lo resuelto por la cúpula partidaria. Pero eso tampoco ocurrió.
Fue por esos días, de hecho, que el Frente Amplio decidió ir a buscar a Ximénez para capitalizar una oportunidad histórica que sus rivales servían en bandeja. Ya en 2010 y 2015, ocasiones en las que Ximénez se había presentado como candidato pero perdió con Adriana Peña, el Frente Amplio había cosechado sus mejores votaciones, superando los 15.000 votos. En 2015, el cirujano incluso había sido el candidato individualmente más votado, pero los blancos superaron a la izquierda con amplia ventaja. “Nos dimos cuenta que era ahora o nunca”, dice un frenteamplista de Lavalleja consultado por El País.
Por su parte, desde el Partido Colorado hubo planteos de ir en coalición hacia mayo, tanto a nivel de la dirigencia nacional como en conversaciones entre dirigentes departamentales, pero eso también se rechazó.

Entre los blancos admiten que comparecer bajo un mismo lema seguramente hubiera evitado el desenlace (teniendo en cuenta lo escaso del margen final) pero señalan que las explicaciones de la derrota, en este departamento al menos, deben buscarse sobre todo en lo que dilapidó el Partido Nacional por obra y arte de sí mismo.
De todos modos, otros señalan que el rechazo a la coalición fue un episodio más en el que los responsables partidarios siguieron confiando erróneamente en que no corría riesgo su ventaja.
El castigo estuvo de muchas maneras. Desde votantes que pasaron de votar al Partido Nacional a hacerlo por el Frente Amplio, otros que votaron en blanco o anulado (aumentó algo más de un punto porcentual), así como blancos que solo votaron en lo municipal (se calculaban al menos más de mil votos al Partido Nacional en lo municipal que no incluyeron papeleta a lo departamental).
“Minas”: las letras de la polémica
Uno de los temas más discutidos en el departamento, y que algunos describen como el "golpe de gracia" que volcó la elección para el Frente Amplio, fue la instalación, por parte de la intendencia de Mario
García, de unas letras monumentales, de unos 15 metros de altura, formando el nombre de "Minas" —al mejor estilo Hollywood— en el cerro de La Coronilla, uno de los barrios más carenciados en el ingreso a la capital.
La obra, valuada en unos 650.000 dólares a los que se le sumarían otros costos, fue promovida por García para propiciar el turismo y la actividad comercial en la zona, pero ha sido resistida en el departamento y está a medio avanzar. "Eso la gente lo castigó. Cayó muy muy mal y se juntó a otros gastos cuestionados", dice el exintendente Giorello.
Este viernes, El País visitó la zona y constató que en la mitad del camino de tierra que da al lugar donde se supone que estará el cartel descansan algunas vigas y soportes para la estructura de las letras, a la espera del complejo traslado definitivo a la cumbre del cerro. También hay varios de esos soportes (son 14 en total) al borde de la ruta que va hacia Minas, a la altura del barrio La Plata, en frente a la empresa de mecánica contratada por Publicartel para la obra. En el cerro, por su parte, ya se hicieron movimientos de tierra para la colocación del cartel.
La licitación, según supo El País, comenzó a gestionarse a mediados del año pasado y varios de los pagos a proveedores ya se hicieron. Si bien el objetivo de García era inaugurarlo en "enero o febrero" —es decir, antes de la elección—, en los últimos meses el trabajo se enlenteció, y algunos especulan que en ello influyó la campaña electoral.
Este sábado el intendente electo Daniel Ximénez dijo que buscará conocer los detalles de la obra, aunque dijo que respetará lo ya comprometido por la anterior gestión.
"No tenemos conocimiento en qué etapa de ejecución está. Pero son obras que vamos a respetar. Así es el Uruguay. La institucionalidad ante todo. El pueblo eligió al antecesor, y ese, dentro del margen de la legalidad, resolvió hacer esa inversión" afirmó.
El “campañón”
García y Peña, mientras tanto, responsabilizan parte de la derrota a las críticas y acusaciones de sus pares.
—Lo correcto era cinchar juntos por el partido —dice Peña—. Y hubo actores del partido que no actuaron bien. Que trabajaron a favor de Frente Amplio pegándole al candidato del Partido Nacional no era lo que nosotros habíamos decidido en una primera instancia.
—¿Pero te referís a Aviaga?
—Sí, hicieron una campaña feroz, no contra el Frente, sino contra la interna del partido. Y creo que eso no estuvo bien. Eso hizo daño.
Como aquellos gobiernos que, al perder, dicen que no supieron comunicar sus grandes logros, García y Peña esgrimen que el acuerdo entre los dos “quizá no se explicó” lo suficientemente bien.

Peña, de hecho, dice que pese a ser la peor votación del siglo para el Partido Nacional en el departamento, los más de 17 mil votos blancos no fueron poca cosa —desde el retorno de la democracia nunca había bajado de un piso de 20 mil—, y que también los perjudicó la “competencia” interna en el Partido Colorado, que tenía entre sus candidatos al exministro Robert Bouvier, más allá de que nunca corrió con grandes chances.
—¡Yo creo que nos mandamos un campañón, un verdadero campañón nos mandamos! Nosotros solos contra el Frente Amplio que es una coalición —insiste Peña.
—¿Pero cómo puede ser considerado un campañón, cuando el Partido Nacional, siempre solo, votaba encima del 50% y ahora no llegó al 40%?
—Pero es que acarreábamos votos de distintos partidos también.

Más allá de que en una elección tan pareja toda moneda cuenta, el peso de los votos colorados es bastante relativo. En comparación con la anterior elección departamental, el Partido Colorado pasó de 4.745 votos (10,4% del total) a 5.031 (11,1%). En setiembre de 2020, los colorados habían retenido el 58% de los votos obtenidos en octubre de 2019. En esta oportunidad, partiendo de un piso más alto, la capacidad de retención fue menor: de aproximadamente 45%.
En una conferencia de prensa este sábado en la casa departamental del Partido Nacional, una vez conocidos los resultados, tanto García como Peña dijeron que en definitiva había habido un “empate técnico” que se volcó hacia el FA.
—La moneda estuvo en el aire durante toda una semana, y perdimos por menos de 100 votos —valoró García, el día en que perdió la reelección en un departamento en el que su partido había ganado las últimas cuatro elecciones por márgenes de entre 9.000 y 21.000 votos.
Mientras hablaba se escuchaban afuera los bocinazos del festejo frenteamplista.
Giorello —que apoyó a una candidata que tampoco fue capaz de hacer competencia al binomio García-Peña— lo resumía de otra forma un día antes en la confitería:
—Uno siente que se echa por la borda una construcción de 35 años.
La victoria histórica que compensa una votación menor a la esperada en otros departamentos
Con la confirmación de la victoria en Lavalleja, el Frente Amplio cerró la elección departamental con cuatro intendencias: a Montevideo y Canelones (que ya estaban bajo su poder) le sumó Río Negro y Lavalleja, perdiendo Salto a manos de la Coalición Republicana.
Si bien es una más que en el ciclo anterior (durante el gobierno de Luis Lacalle Pou), se trata de la menor cantidad de intendencias controladas por el Frente en períodos en los que fue gobierno nacional.
En 2005, la ola izquierdista alcanzó a ocho departamentos (Montevideo, Canelones, Maldonado, Rocha, Paysandú, Salto, Florida, Treinta y Tres). En 2010, el Frente Amplio ganó en cinco (Montevideo, Canelones, Maldonado, Rocha y Artigas), mientras que en 2015 llegó a seis (Montevideo, Canelones, Rocha, Río Negro, Paysandú y Salto).
Referentes de la izquierda —incluyendo al presidente Yamandú Orsi— sabían de antemano que no habría una nueva "ola izquierdista", pero desde el Frente Amplio, en las semanas previas, se insistió en que serían competitivos en varios departamentos en los que finalmente el Partido Nacional ganó con holgura.
Por su parte, el director de Opción Consultores, Rafael Porzecanski, resumió en su cuenta de X los "cambios centrales" entre 2020 y 2025 de la siguiente manera: "El FA sumó una intendencia y el PN restó una. 'Trocaron' Salto por Río Negro. El FA acortó distancias en Durazno, Artigas y Soriano. El PN amplió su ventaja significativamente en Paysandú y Rocha".
Consultado al respecto este sábado por El País en Lavalleja, el presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, dijo que "el balance no puede ser apurado". "Hoy es para celebrar. Ganamos una intendencia que la gente decía que no íbamos a poder ganar".
-
La celebración de Daniel Ximénez luego de que el FA ganara por primera vez en Lavalleja: “Hicimos historia”
Elecciones en Lavalleja: Daniel Ximénez, candidato del Frente Amplio, es el nuevo intendente
Crónica del escrutinio en Montevideo: votos anulados que eran válidos, municipios errados y "rarezas" en sobres
Ya se puede pagar la multa por no votar en las elecciones departamentales y municipales 2025: cuál es el monto