Grutas de Salamanca, la joya turística en auge que se disputan un privado y la Intendencia de Maldonado

El concesionario que gestiona el complejo turístico acusa a la comuna de querer apropiarse de un negocio en crecimiento; las autoridades alegan diversas irregularidades y buscan rescindir el contrato.

Parque Grutas de Salamanca.
Parque Grutas de Salamanca.
Foto: Ricardo Figueredo.

Allá en el horizonte, la roca se impone en el paisaje como una promesa: el anticipo de que algo nuevo nos espera. El camino hacia el Parque Grutas de Salamanca se abre en la ruta 13, a la altura del kilómetro 185, entre un manto de sierras que llevan el nombre de Sosa y envuelven el tesoro turístico de Aiguá. Su fama todavía es moderada, pero el encanto del lugar se viene difundiendo rápidamente, recomendándose de boca en boca entre turistas curiosos y encumbrando así al parque como una de las locaciones que la Intendencia de Maldonado pretende promocionar para diversificar la oferta de descanso y recreación fuera de las playas. Ahora, cada vez más ojos se posan en estas grutas y se entrecruzan los intereses, pero no siempre fue así.

Hubo un tiempo en que el valle fue solitario. Gonzalo Rivas, desarrollador de propuestas turísticas “de valor e innovación”, conoció las Grutas de Salamanca 10 años atrás, “cuando era un lugar abandonado”. Había: tres cabañas y un parador que la intendencia había construido, pero a pesar de la inversión aún no se habían explotado comercialmente. “El Municipio de Aiguá no sabía qué hacer con el parque. Nadie lo quería agarrar por la lejanía, porque queda a trasmano y no iban los proveedores. Nos enteramos de que había una licitación abierta para gestionarlo y nosotros, mal de la cabeza, quisimos hacerlo”, dice.

Parque Grutas de Salamanca.
Parque Grutas de Salamanca.
Foto: R.Figueredo.

Presentó una propuesta a nombre de la empresa Pasaporte Aventura SRL, que superó a otras dos ofertas que se habían postulado y ganó la licitación para la explotación comercial del complejo turístico Grutas de Salamanca por un período de 12 años. “Ofrecimos implementar un servicio de calidad responsable, empezando a desarrollar los proyectos que tiene la empresa en ese lugar con el fin de llevar campamentos de instituciones educativas, encuentros empresariales, que el turista tenga servicios: agua para tomar, un plato de comida”, describe.

La apuesta era desplegar el pujante turismo aventura “en su máximo esplendor”, con escalada, trekking en los hermosos paisajes, clases de rápel para descender por las piedras y la colocación de una vía ferrata que permitiera a senderistas amateurs experimentar una escalada. A su vez, parte del plan era impulsar el parador y promover las estadías en las cabañas y el camping. A cambio, la empresa propuso abonarle a la comuna un canon anual de 12.000 pesos.

El 11 de junio de 2014, el Ejecutivo Departamental liderado por el frenteamplista Óscar de los Santos resolvió adjudicarles la licitación. Y entonces empezaron los problemas, que paulatinamente fueron conduciendo al intrincado conflicto que hoy está a punto de llegar al ámbito judicial y amenaza la continuidad de Pasaporte Aventura en el parque.

Joya turística.

Medio centenar de personas disfrutan de las instalaciones del parque en la mañana de un miércoles de enero. No hay administradores a la vista. Algunos visitantes se ven dudosos sobre el procedimiento para ingresar y optan por consultar a otros turistas que se cruzan en el camino. Así se van enterando de que los servicios —es decir la administración que cobra 25 pesos la entrada, alquila las cabañas, atiende el parador y desarrolla las distintas actividades— funcionan de jueves a domingo. El resto de los días, parecería haber libertad de acción para usar los espacios públicos.

Una familia con niños pequeños que desayuna en el porche de una preciosa cabaña cuenta que el lunes pasado los administradores se hicieron presentes para entregarles la vivienda y que dentro hallaron todo en buenas condiciones; “todo está impecable”, resumen. Junto a esa cabaña, hay otra que parece estar ocupada pero sin turistas a la vista. Apenas unos metros más lejos hay otras tres, más discretas en su porte. Esas están vacías. Unos pasos más adelante, un camino de madera conduce a una piscina y a un pequeño lago de ensueño.

Parque Grutas de Salamanca.
Parque Grutas de Salamanca.
Foto: R. Figueredo.

Si retrocedemos sobre nuestros pasos, nos topamos con la administración cerrada. De espaldas al público, hay un poste de basura cerrado y una cocina en mal estado. Hacia la derecha del camino, pasando el estacionamiento —donde se cuentan 10 vehículos—, está la casa del sereno, funcionario municipal que se hace cargo del predio. No hay nadie o no responde. Las señalizaciones indican que continuando un par de metros más se llega a la zona de camping. Allí hay una treintena de personas.

—Cuesta 300 pesos por persona cada día, pero si venís antes de jueves nadie te va a cobrar —suelta una pareja de veteranos.

Ellos y otros presentes aseguran estar conformes con la limpieza, de la zona y de los baños, dentro de los cuales no hay papel higiénico ni jabón pero, salvo por alguna hoja seca y algo de barro en el piso, se ven bastantes prolijos. De hecho, cada pocos metros hay carteles que recuerdan obsesivamente llevarse los residuos.

Parque Grutas de Salamanca.
Parque Grutas de Salamanca.
Foto: R. Figueredo.

Más adelante, una escalera conduce hacia el parador y a las grutas. En el parador, las mesas y las sillas están colocadas en orden. También las pizarras con la propuesta gastronómica y algunas que expresan pensamientos positivos. Uno dice: “En la constancia y la perseverancia está la clave…”. Y otro: “Si la vida te tira al piso, da la vuelta y ve las estrellas”. Sabiendo que el último año fue tumultuoso para Rivas y sus socios, los textos parecen ser un guiño a tantos problemas con la Intendencia de Maldonado.

Rodeando el restaurante, se sube a las grutas. Es un trayecto corto y bastante simple, que se inmerge en un bosque de helechos y arbustos delgados. Según la leyenda, en otros tiempos hasta aquí venían los indios guaraníes a recolectar plantas medicinales. Consideraban a este lugar un refugio sagrado. Casi a punto de llegar al destino, hay un deck con bancos de madera y un mirador. Desde allí la amplitud del valle y la suntuosidad de las sierras copan el paisaje.

Unos pasos más adelante otra explanada de madera inaugura la principal atracción, la más grande de las grutas, una garganta húmeda atravesada por un rayo de luz que se cuela en un quiebre entre las rocas. Dice la leyenda que dos siglos atrás, este era un escondite de contrabandistas y de animales salvajes. En épocas de la Guerra Grande, se forjó el mito de que un matrero de apellido Lemos había escondido en las grutas un opulento tesoro. Jamás se hallaron las piezas de oro ni se supo qué fue de este personaje.

Grutas de Salamanca.
Grutas de Salamanca.
Foto: R. Figueredo.

Adentrándose en la cueva, se percibe una comunidad de murciélagos. En los días en que Pasaporte Aventura está en el lugar, se realizan todo tipo de actividades y los turistas suelen trepar a la cima para apreciar a esta joya turística en todo su esplendor.

Esta mañana, los que visitamos el parque nos conformamos con recorrer la base de la gruta, que se abre como una mano y una vez dentro de este organismo se produce un efecto de encapsulamiento en el que se combinan la calidez de la luz tenue, un aire limpio, espeso de frescura, con el sonido del canto de decenas de pájaros y el leve crepitar de los follajes que la brisa ladea. Este es otro tipo de silencio. ¿Así se siente la paz? Tal vez esto es descubrir un tesoro.

Relación tóxica.

En las últimas semanas, quienes ingresan a las redes sociales del Parque Grutas de Salamanca se sorprenden con los posteos que comparten sus gestores. El pasado 1° de diciembre, escribieron: “A raíz del interés político generado en Salamanca, producto de una buena gestión, hoy nos quieren afuera. Algunos hablan de interés personal. Interés político expresado por el Director de Turismo de Maldonado frente al abogado de la intendencia y más. Abuso de poder para acomodar a sus allegados”. El jueves, otra declaración: “¿Alguien sabe qué pretenden la Intendencia de Maldonado y el Municipio de Aiguá con este lugar? Nosotros lo hicimos funcionar y ahora nos sacan del camino”.

El origen del problema se remonta a la sorpresa que la empresa se habría llevado al ganar la licitación. “Cuando empezamos a abordar el lugar, comenzamos a ver que el pliego decía que había una construcción para la administración y esta no existía; decía que el parador estaba en condiciones para empezar a funcionar y no era así. El parador puntualmente tenía un salón donde había únicamente tres mesas y debajo de una de esas mesas estaba la cámara séptica, lo que según nos dijo un técnico hacía imposible la habilitación”, describe Rivas.

Gonzalo Rivas.
Gonzalo Rivas.
Foto: Pasaporte Aventura.

De acuerdo a su relato, las autoridades le comunicaron que se buscaría una solución pero que debían pagar el canon y cubrir el costo de la energía eléctrica. “¿Cómo es que tengo que pagar por algo que no puedo explotar? Es como que me des un auto y no lo pueda usar porque no tiene motor. Y ahí dijimos, nos vamos. Y en 2015 hicimos abandono del lugar y lo dejamos por escrito en comunicación a la intendencia”, relata Rivas.

Volvieron, porque desde la dirección de Turismo les habrían pedido que retomen los servicios, “que los temas se iban a solucionar”. Sin parador y sin administración, Pasaporte Aventura empezó a desarrollar algunas actividades básicas para compensar los gastos de traslado.

Tras las Elecciones Municipales de 2015 y la asunción de Enrique Antía, los operadores turísticos se reunieron con el flamante intendente. “Nos recibió, nos escuchó, nos entendió, y decidió hacer obras en el lugar”, cuenta Rivas. La comuna construyó dos cabañas más, la administración y solucionó el problema del parador. “Se hizo una apuesta para mejorar el atractivo del lugar, en un contexto en el que venimos trabajando para diversificar el producto turístico del departamento; así como recuperamos las fachadas antiguas de Aiguá, se potenció a las Grutas de Salamanca”, repasa Martín Laventure, director de Turismo a partir de 2020.

Finalmente, en abril de 2019 se inauguró el complejo. Una foto lo muestra al intendente y al alcalde Ernesto San Román cortando la cinta junto a Rivas. La apertura, plantea Rivas, ocurrió cinco años después de haberles sido adjudicada la licitación. “Y ahí empezamos, ofreciendo todos los servicios a full. Despacito, con mucha repercusión en Instagram, tuvimos un buen turismo, una buena temporada de campamentos; luego vino la pandemia y sobrevivimos”.

Inauguración del Parque Grutas de Salamanca, en abril de 2019.
Inauguración del Parque Grutas de Salamanca, en abril de 2019.
Foto: Pasaporte Aventura.

Una vez inaugurado el parque, la intendencia y el municipio le reclamaron a Pasaporte Aventura que pagara el canon y la cuenta de UTE, que hasta el momento, al no poder hacer una explotación comercial del lugar, no habían abonado. “En las reuniones que tuvimos, les dijimos que íbamos a pagar pero queríamos saber qué pasaba con los cinco años para atrás que no pudimos explotar, ¿los perdemos o nos los dan para adelante? Y ahí empezó todo un tire y afloje político, de que ellos no querían sumarnos esos años a los 12 previstos en la licitación”.

Según el relato de Rivas, se había negociado con el director de Turismo —Laventure— y con el alcalde —San Román— que el pago del canon sería de 2021 en adelante pero, cuando fue a pagar, la deuda remontaba a 2014. “Consulté a Laventure y me respondió que no habían podido hacer el proceso burocrático. Le mandé un audio al alcalde contándole lo que había pasado y me dijo ‘bueno, de alguna manera se va a resolver’. Y quedó todo ahí. Nunca más nada”.

Esto desató un enfrentamiento en escalada que Rivas resume como una “relación tóxica” entre la empresa y las autoridades. En octubre pasado, el intendente de Maldonado declaró rescindido el contrato de licitación, y encomendó la entrega de las instalaciones a la intendencia, dando inicio a un cruento entrecruce de acusaciones sobre la forma en que se estaría gestionado el imperturbable paraíso de las grutas. “Lo que quieren hacer es sacarme y quedarse gratis con un negocio que hicimos de cero y está en auge, con una marca que ya está funcionando y que le va cada vez mejor: por eso lo quieren”, dice Rivas.

El éxito en cuestión.

Gerardo Tambasco, abogado de Pasaporte Aventura, centra la defensa en el planteamiento de que la comuna pretende aprovecharse del éxito que cosechó su cliente, lo que habría motivado el acto administrativo para revocar la licitación, al que se oponen. “Había un diálogo constante con las más altas jerarquías, incluso yo participé de algunas reuniones en las que se le manifestó a Rivas de forma verbal y a través de correos electrónicos que no le iba a ser cobrado el canon anterior a 2021, o sea durante el período que la administración incumplía para permitir la explotación comercial, y durante el año en que se mantuvo cerrado por la pandemia; eso, de palabra, se expresó constantemente, sin embargo situaciones que no se dilucidan hacen que el año pasado se ponga un especial interés por el parque”, plantea.

Parque Grutas de Salamanca.
Parque Grutas de Salamanca.
Foto: R. Figueredo.

De acuerdo a la resolución municipal a la que accedió El País, los motivos que se esgrimen para rescindir el contrato son el incumplimiento total del pago del canon —que asciende a 264.749 pesos de 2014 a 2021, y a 26.041 pesos por el año 2022—; incumplimiento total del pago del servicio de energía eléctrica de las instalaciones e incumplimientos de las condiciones de higiene y bromatológicas. A esto, se suma la mención de que el municipio habría recibido quejas de turistas por la atención de la empresa.

Contradicción por las quejas de los turistas

La resolución de la Intendencia de Maldonado a la que accedió El País, suma como un elemento a favor de rescindir el contrato de la licitación de Pasaporte Aventura la existencia de “diversas denuncias, escritas y verbales, presentadas en el Municipio de Aiguá (y en el propio lugar del servicio licitado), relacionadas con la mala atención de parte de la empresa concesionaria a turistas que fueron a hospedarse en el complejo”. El abogado de la empresa, Gerardo Tambasco, señala que nunca se presentó esta prueba. Consultado al respecto, el alcalde Ernesto San Román, dice que “en la alcaldía hay comentarios favorables y de los otros” y menciona que en las cabañas entregadas en 2019 “ya hay cosas que están en mal estado y no debería ser así”. Los concesionarios plantean que es imposible no recibir ninguna crítica negativa, pero confían en la valoración positiva de su trabajo. “Abran Google y fíjense en las valoraciones”. El abogado, agrega, “y que miren los números, desde 2019 todos están en ascenso, debería haber beneplácito y hasta celebración sobre el funcionamiento del complejo, no esta situación que se está viviendo”. En Google hay más de 1.240 comentarios sobre el complejo, y en el sitio especializado en turismo Tripadvisor, unos 50. Según un relevamiento de El País, la inmensa mayoría de las reseñas son positivas. Mencionan especialmente la limpieza (de los baños, en particular), la buena atención del equipo de Pasaporte Aventura y la calidad de la comida del parador. Las pocas críticas negativas mencionan una demora en la entrega de las cabañas y en algún caso disconformidad con la atención del parador, en relación a los precios y el tamaño de las porciones.

El abogado defiende el no pago del canon —y de la UTE— amparándose en que “no nace el derecho a la exigencia del total del cumplimiento en tanto el incumplimiento de la intendencia perjudicó la ecuación económica financiera que debe guardar todo proceso de compra y contratación”. Sin embargo, el área legal de la comuna respondió a este descargo alegando que desde el comienzo de la explotación “el concesionario se encontraba en condiciones de prestar servicios comprendidos en la licitación, sin perjuicio de las ampliaciones que se concretaron en 2018”, y que además no surge ninguna prueba que verifique un acuerdo en relación al pago del canon.

Ante la consulta de si existieron o no estas conversaciones, Laventure reconoce que “se manejaron un montón de posibilidades para ver si se podía mejorar el servicio y eso implica para la intendencia negar un lucro económico para que fuera rentable para el concesionario y el servicio fuera bueno. Pero, mientras se manejaban esas posibilidades, sucedieron otro tipo de situaciones que generaban las inspecciones bromatológicas que llevó adelante el Municipio de Aiguá. Finalmente, se llegó a la situación de decir bueno, ya es imposible buscar puntos de acuerdo y se pasó a la órbita jurídica”.

El director afirma que el trabajo de la empresa “probablemente haya ayudado al posicionamiento de Grutas de Salamanca en el mapa turístico”, pero “en una balanza entre lo positivo y lo negativo, pesó más toda la serie de irregularidades que impiden el objetivo final del desarrollo que entendemos que ese lugar necesita, dentro de la política de turismo”.

Parque Grutas de Salamanca.
Parque Grutas de Salamanca.
Foto: R. Figueredo.

En la resolución, se relata que los diversos informes del Municipio de Aiguá “resultan elocuentes para demostrar la certeza y gravedad de las condiciones de higiene paupérrimas”, haciendo referencia al estado de los baños —situación que no constató El País en su visita— y del parador, para el que se habría dispuesto la medida de cese preventivo e inmediato, que no fue acatada.

San Román, el alcalde, detalla que durante dos años, cada 20 días, envió periódicamente a los inspectores a controlar el lugar. Cuando se le pregunta qué problemas hallaron en el mantenimiento, menciona parrilleros con residuos, que en la zona del camping se dejaban bolsas de basura a medio cerrar que los animales rompían, y que los baños siguen sucios aunque se incorporó una tasa de 25 pesos la entrada para costear su limpieza. “Falta presencia el en lugar, Rivas atiende el parque a distancia, en mi opinión no se puso a nivel de lo que tiene que estar”, opina.

En relación a las condiciones bromatológicas, el abogado plantea que los adjetivos “son opiniones no fundadas” del representante legal de la comuna, que no se condicen con el contenido de los informes que en muchos casos son “observaciones mínimas”, como la sugerencia de “limpiar vidrios”, “pasto cortado no juntado”, “fogones con residuos” pero de personas que estaban acampando, y que otras “deficiencias menores” señaladas en el parador se explican porque la inspección se realizó en el pico de elaboración de alimentos.

Parque Grutas de Salamanca.
Parque Grutas de Salamanca.
Foto: R. Figueredo.

Plantea que las observaciones formuladas por la Dirección General de Higiene responden principalmente a “situaciones edilicias estructurales responsabilidad de la intendencia”, que hizo la obra: contar con determinado tipo de pisos, de paredes y tanques de agua. Por último, confirma que fueron corregidas las observaciones que sí correspondían al concesionario (correcta disposición de residuos fuera de la zona de elaboración, correcto uso de tecnología de frío, obtención de carné de manipulación de alimentos).

Parque Grutas de Salamanca.
Parque Grutas de Salamanca.
Foto: R. Figueredo.

Al punto en que se llegó, con la relación rota, la empresa plantea que de retirarse deberá ser compensada. Estima que su ganancia anual es de 100.000 dólares y esto debería abonársele por cada uno de los años en que no pudo trabajar el complejo: o sea nueve de los 12. Ahora resta la confirmación de la revocación del contrato. Si esto ocurre, Pasaporte Aventura peleará la nulidad del acto ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo e iniciará un juicio contra la intendencia por daños y perjuicios.

Mientras tanto, entre las sierras de Aiguá, rodeado de mitos y leyendas, el complejo vive días de esplendor, con cada vez más visitantes que disfrutan sus inolvidables paisajes sin sospechar la discordia que atañe a sus preciadas grutas.

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