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El combate de los nuevos comunistas

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Foto: Ariel Colemgna

¿QUIÉNES REPRESENTAN LA SANGRE NUEVA DEL MARXISMO?

Las juventudes comunistas uruguayas atraviesan un momento turbulento, cargado de discusión interna entre los defensores de las ideas originarias y aquellos que pregonan adaptaciones históricas. Pero unos y otros mantienen la defensa de los ideales de la hoz y el martillo.

El camarada Pedro Castro, en Fray Bentos, tuvo que dejar su oficio de la construcción. Como su nombre se había ventilado como referente sindical, las empresas burguesas del rubro no lo contrataban. Hoy se desempeña como guardia de seguridad.

En Maldonado, el electricista José Koelho pasó por idéntica situación, aunque con salida diferente: asociado a otros nueve formó la cooperativa La Chispa, que trabaja en construcción para obras públicas o particulares. Por estos días, el camarada asiste a un curso de marketing, brindado con apoyo del Mides, para vender mejor la propuesta ante los potenciales clientes.

Otro camarada, Washington Nunez, de Salto, quedó sin trabajo. La granizada del jueves arruinó la cosecha de arándanos, en la que se desempeñaba como zafrero. Al igual que otros centenares de integrantes de la clase obrera salteña, quedó desempleado un mes antes de lo previsto. Ni el dueño de los medios de producción ni el Estado dan respuestas por el momento.

Corren tiempos revueltos para ser marxista, uruguayo y joven. A 100 años de la Revolución Rusa y 26 de la caída de la URSS, la cuestión ideológica sigue viva en muchos, incluidos orientales de 20 o 30 años, que solo han podido ser testigos de una historia de declive práctico de aquellas teorías. Para ellos, "lucha de clases", "plusvalía" o "colectivización de la tierra" son conceptos con la misma vigencia que un siglo atrás.

De hecho y bajo esta mirada, los tres gobiernos del Frente Amplio significan un avance, en especial de derechos del proletariado, pero también un retroceso a nivel del discurso oficial, que excluye completamente la jerga comunista.

A Pedro Castro, de Fray Bentos, le resulta inaceptable que ninguno de los componentes de primera línea del Frente Amplio, ni siquiera del Partido Comunista, mencione nunca jamás a Marx o a Lenin. Y a Stalin, ni de remate.

"Parece que hubo que sacarle la palabra marxista para que el partido se transformara en bueno para el gran capital", asegura.

Pero él, como Nunez en Salto o Koelho en Maldonado, Ximena Rodríguez en Montevideo y muchos otros, están orgullosos de ser los nuevos defensores de la hoz y el martillo. Cada vez que los integrantes de alguna agrupación marxista se reúnen, suele decirse después que tuvieron un "combativo" encuentro o jornada. La referencia no debe tomarse literal, sino figurativa del pensamiento comunista: toda acción política es combate desde la trinchera de la lucha de clases. ¿Quiénes son y qué piensan sus nuevos soldados?

Divididos.

La Unión de Juventudes Comunistas (UJC) es el organismo que nuclea a los menores de 30 años militantes de esa orientación ideológica. Es un bicho raro de la política, porque no depende ni responde a ninguna otra organización "adulta", ni siquiera al Partido Comunista del Uruguay (PCU), por más que sus vínculos son históricos y evidentes.

Por estos días atraviesa momentos turbulentos, combativos entre ellos. De hecho, en Facebook hay dos UJC. Una con mayor vinculación al PCU que se pasa rindiendo homenaje al Che Guevara, y otra con un reclamo más concreto: pide la liberación de Marcelo Sánchez, el dirigente del Nuevo Partido Comunista (NPC) que está procesado por el delito de lesiones graves en el marco del asesinato de Andrés Pereira, ocurrido en 2014 en confusas circunstancias durante (o después de) un campamento de la agrupación en Punta Espinillo. La primera tiene unos 10.000 seguidores y la segunda, algo más de 6.000.

La camarada Lucía Ubal se desempeña como secretaria nacional de la UJC (la primera), pero declinó hacer comentarios. El secretario general Daniel Mariño también se llamó a silencio. Y una combativa y respetuosa integrante, de nombre Virginia, respondió a la invitación: "Sin ánimo de ofender porque sos un trabajador, no quiero dar una entrevista en El País, el cual es parte de una cadena de medios que responden a la oligarquía".

Pedro Castro tiene 36 años y hoy es parte de la comisión directiva del NPC, que se forjó en 2003. Eran tiempos en que el Frente Amplio se preparaba para ganar las elecciones con Tabaré Vázquez como candidato fuerte. Todas las agrupaciones discutían un programa con el cual seducir al votante que luego de la crisis de 2002 estaba más maduro que nunca para el cambio. El PCU, con Marina Arismendi en ese momento como secretaria general, se proponía cambios históricos en las formas de comunicar su pensamiento.

"Querían presentar un programa lavado al punto de que fuera aceptado por la burguesía nacional. Eso es imposible y contranatura. Un partido comunista que lave para ser agradable a la burguesía no es comunista. Solo le quedan los símbolos", dice Castro.

El costo de aquel debate fue la ruptura. Muchos jóvenes de la UJC resolvieron la creación del nuevo partido. Desde entonces hasta la actualidad, el NPC solicita su incorporación al Frente Amplio pero nunca le fue concedida. Según Castro, la exclusión responde a la oposición combativa del PCU y sus aliados que impiden reunir los votos necesarios para la entrada.

Washington Nunez, de Salto, también pertenece al NPC e inscribe en el conflicto político el procesamiento de Marcelo Sánchez y otros dirigentes. "Creemos en la inocencia de ellos. Nosotros somos los primeros en querer saber quién mató a Andrés", dice. En todos sus comunicados y marchas el NPC califica a Sánchez como "preso político".

Los campamentos son una tradición del grupo y los siguen haciendo. "Además del entretenimiento, se trata de un entrenamiento solidario socialista. De que todos contribuyan, por ejemplo, para hacer el almuerzo o para organizar las actividades. Se educa con el trabajo", cuenta Castro.

El futuro.

Para Nunez, muchas ideas de la revolución rusa son aplicables en el Uruguay de hoy. "Algunas tienen similitud con el ideario artiguista", dice, y cita el reglamento de tierras. Para este camarada salteño, una reforma agraria que implique la distribución de tierras debe ser una idea por la que luchar.

"En el norte hay miles de hectáreas que tienen dos ovejas pastando. El campo se está despoblando", asegura.

Para José Koelho hay que avanzar "a la uruguaya". "Las veces que yo he propuesto medidas más radicales, no me acompaña la gente". Pone el ejemplo de una medida que buscó en el Sunca, el sindicato de la construcción.

"En la obra están los cuadrilleros, que trabajan a destajo en función de los avances de la obra y arreglan directamente con la empresa. La parte sindicalizada trabaja a jornal. Alguna vez yo quise desarmar a los cuadrilleros, pero a la gente no le interesa. Ganan más, pero al poco tiempo se quedan sin trabajo. Prefieren pan para hoy y hambre para mañana. No hay forma de que entiendan que lo mejor es trabajar a jornal", relata.

El camarada inscribe esta lucha en el combate con las ideas capitalistas. "Si pensamos que vamos a tener una casa y dos autos, el mejor celular y ropa de marca, el mundo no puede resistir tanta ambición de consumo. Tiene que haber un desprendimiento de las cosas materiales para avanzar en una sociedad sin tanta desigualdad".

Ximena Rodríguez vive en Montevideo. Madre de tres hijos, trabaja como cajera en el supermercado de una cooperativa. Todo el día recibe y cuenta dinero. "Soy marxista desde que tengo memoria, pero no hay por qué aplicarlo a rajatabla. Cada sociedad tiene que adaptarlo. Eso es lo desafiante".

URSS

Símbolos están de moda entre coleccionistas.

Ninguno de los clientes de William es comunista, aunque debe ser el comerciante de objetos de colección que más elementos de la URSS tiene en Montevideo. Y todos originales. Insignias, gorras, partes de uniformes, banderas o afiches de la extinta república roja adornan sus vitrinas, en el centro de la ciudad. William aclara que su stock es cuestión de demanda. "Hoy los objetos de la URSS son muy preciados por los coleccionistas. Como hace 20 años la gente buscaba elementos de los nazis, hoy está de moda lo soviético". William aclaró que en Uruguay no se consigue prácticamente ningún objeto original que remita a la Unión Soviética, por lo que debe comprarlo en viajes o por internet.

DOCENTES

Debaten ideas soviéticas de posible aplicación en Uruguay.

La semana pasada, la comisión "100 octubres" organizó una jornada de debate sobre educadores soviéticos. Un panel de docentes uruguayos analizó las propuestas de los pedagogos Anton Makarenko, Nadia Krupskaya y Lev Vigotsky. En poco tiempo, la URSS logró bajar la tasa de analfabetismo del 80% a casi 0%.

Nicolás Machado, profesor de Historia, casi licenciado en Educación y uno de los panelistas de charla, opinó que algunas experiencias de aquellos pensadores podrían aplicarse hoy en beneficio de la educación uruguaya. "El valor que le daba Makarenko, por ejemplo, al trabajo colectivo es una referencia importante. Los colectivos educan. Creemos que todo lo que educa es la relación del maestro con el alumno, pero también hay que generar proyectos y un sentido de pertenencia de todo el grupo en un centro".

La profesora María Luisa Battegazzore disertó sobre Nadia Krupskaya, esposa de Lenin y responsable en parte del sistema educativo en los primeros años de la URSS. Para la docente uruguaya, una idea que merece discutirse, al menos en la academia, son los sistemas actuales de notas y competencias de alumnos. "La moda actual de las olimpíadas de matemáticas, física... terminan en una equiparación de la educación con el triunfo deportivo. Y aparecen los valores burgueses en su máxima expresión".

La comisión "100 octubres" organizó otros eventos de estudio de la Revolución Rusa, entre ellos un ciclo de cine y una charla sobre la vigencia de El Capital, uno de los libros fundamentales de Karl Marx.

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