Dos homicidios en una semana y aumento de estafas: plataforma Marketplace, cada vez más usada por delincuentes

Una serie de asesinatos puso otra vez a la plataforma de Facebook, en la mira. La Policía sigue de cerca las estafas: crecieron las denuncias. Lo más común es la venta de objetos que no existen.

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Dos personas miran en un celular la plataforma de venta Facebook Marketplace.
Dos personas miran en un celular la plataforma de venta Facebook Marketplace.
Foto: Estefanía Leal

Una de las mayores empresas tecnológicas del mundo, que nació como una red social para contactar amigos, está ahora en el ojo de la tormenta por ser el intermediario para concretar diversos delitos. Marketplace es un espacio de compra y venta de productos dentro de Facebook, que a su vez pertenece a Meta. La idea inicial era vender sin intermediarios, pero en los últimos años se ha convertido en una especie de tierra de nadie: allí se producen estafas con celulares, muebles o cualquier otro objeto, pero también es el medio para concretar rapiñas que a veces terminan en homicidios. Hay dos casos recientes: un adolescente fue asesinado mientras intentaba comprar un celular, y un policía al querer concretar una venta de championes.

La Policía confirma a El País que han aumentado las denuncias.

El caso del policía, de 35 años, fue así: el lunes 12 de agosto Carlos Umpiérrez se dirigió al punto de encuentro para vender un par de championes, que había acordado por Marketplace. Estaba vestido de particular en el momento del crimen que se dio en el barrio Marconi.

Cuando llegaba al sitio, uno de los delincuentes lo saludó para marcarle que él era el comprador con el que había estado chateando. Carlos cruzó la calle para ir a su encuentro. Allí apareció otro hombre en escena, le apuntó con un arma, le pidió los championes y luego le disparó tres veces a la altura del tórax.

El policía intentó defenderse con su arma de reglamento -que después le robaron- pero no logró hacerlo porque esta se “encasquilló”. Es decir, no salieron las balas. Hay dos imputados, un hombre y una mujer que son pareja. Según dijo la fiscal del caso, Andrea Naupp, la mujer se encargó de concertar el encuentro con el policía y el hombre le disparó. Pero se supone que hay al menos una persona más involucrada, que no fue detenida.

Justo una semana antes de este episodio se dio otro homicidio. Un adolescente de 17 años fue baleado en la cabeza durante un intento de rapiña en Flor de Maroñas. La víctima acordó la compra de un celular también a través de Marketplace y fue junto a su padre al punto acordado. En la calle Pantaleón Pérez casi Senda S, ambos pararon la moto en la que circulaban y el adolescente llamó a la persona que le iba a entregar el teléfono, una mujer que nunca atendió ni apareció.

Mateo Estigarribia, juvenil de Boston River que falleció tras rapiña.
Mateo Estigarribia, jugador de las formativas de Boston River.
Foto: Prensa Boston River.

Ahí apareció una persona realizando disparos y sorprendió al menor por detrás. Ambos forcejearon y el adolescente recibió un balazo en la cabeza. El rapiñero se fue sin llevarse nada material, pero si la vida de Mateo Estigarribia, jugador de las formativas de Boston River.

El padre cargó a su hijo en la moto y anduvo unas cuadras hasta que se cruzó con una patrulla que hizo el traslado al hospital Pasteur. Luego, Mateo fue derivado a la mutualista Médica Uruguaya en grave estado. Allí falleció.

La Policía investiga el caso y la teoría hasta el momento es que fue “emboscada” por parte de los supuestos vendedores del celular, para cometer una rapiña.

27 años de prisión

El año pasado se dio el juicio de un caso emblemático, el de Lucas Zanolli, que también involucra a Marketplace. El joven fanático de los autos, con 18 años cuando fue asesinado en noviembre de 2021, había puesto a la venta su coche. Se trataba de un Gol G1, al que le habían hecho infinidad de cambios para mejorarlo; quería comprarse uno mejor.

Lucas Zanolli. Foto: Difusión
Lucas Zanolli, joven asesinado al intentar vender su auto.
Foto: Difusión

Un comprador mostró interés. Y el 3 de noviembre Lucas comenzó las conversaciones con el joven que lo mataría.

—Hola, qué tal. ¿De dónde sos?

—Buenas, qué tal. Soy de Colón ¿vos? -respondió Lucas.

—Pando. ¿Qué motor es el auto? 1.8 con liga, digamos, está a nafta. ¿Cuándo se podría ir a ver? -siguió esta persona, en Facebook.

El segundo contacto fue el 20 de noviembre. El supuesto interesado le preguntó si podía ir a ver el auto y Lucas le pidió que le dijera una hora.

—Y a eso de las 14 maso, ya que estoy medio lejos y voy en bus. ¿Puedo ir con un mecánico para probar el vehículo?

Lucas Zanolli era amante de los autos. Foto: Facebook de Lucas Zanolli
Lucas Zanolli junto al auto que intento vender.

Ese mismo día fue a la casa de Lucas en Colón y probó el auto. A su novia le pareció que el encuentro había sido muy largo, pero Lucas le contó que habían pasado un buen rato hablando sobre los detalles del auto.

En el juicio se mostraron chats por Facebook de tres días más: el 22, 26 y 29 de noviembre. Este último día, sobre las 18:45 horas, el ahora condenado fue a la casa de Lucas con una mujer a la que presentó como su madre. Salieron a dar una vuelta para probar el auto y nunca volvieron.

El 30 de noviembre encontraron el cuerpo de Lucas. La Policía logró ubicar al homicida, buscando su nombre, el mismo que usaba en Facebook, y que logró relacionar con una dirección.

Una vez en el domicilio, y después de una breve conversación con la madre del asesino, se fueron del lugar para seguir otra pista. Pero luego volvieron y le pidieron a la mujer para inspeccionar el vehículo que tenía en el fondo. Era el auto de Lucas, pero con otra matrícula.

Un rato después, personal de Policía Científica encontró su cuerpo en el galpón del fondo. Lucas fue asesinado mediante estrangulamiento dentro del auto, con un elemento con el que lo apretaron contra la cabecera. El homicida tenía 20 años en el momento del crimen y fue quien contactó a Lucas para comprarle el auto. El joven fue imputado por homicidio muy especialmente agravado por haber matado con el fin de robar el coche. La Fiscalía pidió una pena de 29 años, pero finalmente la jueza Marcela Vargas determinó 27 años.

Juicio del caso Lucas Zanolli
Juicio del caso de Lucas Zanolli.
Francisco Flores/Archivo El Pais

El director nacional de la Policía José Azambuya dice a El País que estos casos graves y notorios no podrían haber sido evitados simplemente siguiendo las recomendaciones que han dado desde Fiscalía y la Policía, porque se consolidaron delitos que no eran simplemente estafas. “Ha habido hechos que lamentamos obviamente, uno con un oficial de la Policía incluido”, indica Azambuya.

Productos que no existen

¿Y las estafas? Se trata de algo aún más habitual. Azambuya afirma que están desarrollando un trabajo a nivel nacional respecto a lo que ocurre en la plataforma. Este equipo de trabajo está liderado por Cibercrimen y la unidad de la Dirección de Investigación de la Policía Nacional.

Conferencia de la DGRTID por droga incautada
José Azambuya, Director Nacional de Policía.
Estefania Leal/Archivo El Pais

El objetivo de la Policía es estar en todos los departamentos con los mismos procedimientos. Pero las estafas siguen ocurriendo. En los últimos meses ha crecido el número de denuncias. Para el comisario Paulo Rocha, director de la Unidad de Cibercrimen, esto quiere decir que el fenómeno aumenta y que la población cada vez denuncia más. “Hay muchas modalidades. Lo más común es esto de que se vende un producto que no existe y se pide una seña”, dice Rocha.

Veamos algunos casos. Una computadora fue “vendida” al menos siete veces, por el mismo usuario. Luego de la investigación, la Policía comprobó que ni siquiera existía. El gancho más grande era el precio, muy barata para lo que el equipo prometía.

Con el mismo usuario ese vendedor contó varias historias. Desde que se había ganado la computadora en un sorteo, que la tenía casi sin uso porque en su trabajo le dieron una o que necesitaba el dinero en efectivo rápido para terminar con una deuda con una financiera.

La situación se daba así: la persona que quería comprar pedía verla, pero la estafadora decía que no podía, porque siempre estaba en un departamento alejado del comprador que lograba estafar. Las conversaciones seguían por lo general por WhatsApp, donde la mujer le daba un número de cédula y nombre para hacer un depósito en Abitab. Luego de que le llegaba el dinero de “una primera entrega” por la computadora, bloqueaba a la persona.

El director de la Unidad de Cibercrimen dice que hay que tomar más precauciones a la hora de hacer transacciones, y que muchas veces la idea de estar “haciendo un buen negocio” no deja prender las alarmas.

En este tipo de estafas, de poco monto y dónde los delincuentes buscan efectivo rápido, no actúan grupos criminales. Rocha dice que generalmente participa más de una persona: “Requiere siempre la figura que llamamos mulas”. Son los que levantan las transferencias en las redes de cobranza o dan sus datos personales para que sean usados.

“La persona que comete el delito es uno, pero después usan a otra más. Se da mucho con personas en situaciones de calle o gente con problemas de consumo”, dice el director de Delitos Cibercrimen. Los delincuentes le ofrecen una parte de dinero, y ellos se llevan mucho más. La Policía trabaja en conjunto con la Fiscalía y esto ha permitido, en opinión de Rocha, formalizar estafadores.

Estafas telefónicas, cuento del tío, delitos informáticos por medio de uso de la aplicación WhatsApp.
Mujer leyendo desde celular la aplicación de WhatsApp, con un texto de estafa.
Foto: Estefanía Leal

¿Pero qué hace que una persona le dé dinero a un desconocido, para comprar un producto que nunca vio? Nicolás Ovalle, analista de innovación y desarrollo de negocios de base tecnológica, lo plantea así: “En Marketplace no hay ninguna regulación más que la reputación de los perfiles, que es una reputación que termina repercutiendo en el grado de alfabetismo digital”. El razonamiento de los usuarios es que, si muchas cosas fantásticas se pueden hacer gracias a la tecnología, por qué “ese negocio” no puede ser otro ejemplo más.

Para Ovalle, esto siempre pasó y probablemente siga pasando. Por eso cree que es importante educar, dar herramientas digitales. “Porque en realidad de lo que estamos hablando es del famoso cuento del tío, que se aggiornó en las redes sociales”.

Las precauciones que hay que tener, y que pueden ser básicas para una generación que creció usando chats como el MSN, son comprobar que el perfil de Facebook tenga años de creado, desconfiar de precios muy baratos y demorar la compra. Esto último es clave, tomarse el tiempo para verificar todo es fundamental: en el ruido de muchos mensajes o llamadas de la persona que pretende estafar, siempre hay mucha manipulación.

Para prevenir.

Educar a las personas en habilidades digitales

Nicolás Ovalle, analista de innovación y desarrollo de negocios de base tecnológica, cree que es clave que las personas comiencen a tener una educación en el uso de las herramientas digitales. “Hay que tener precauciones respecto a la información que ponemos en redes, las tengamos públicas o privadas”, dice Ovalle.

Nicolas Ovalle
Nicolás Ovalle, analista de innovación y desarrollo de negocios de base tecnológica.

No todo lo que vemos en las redes es real, y por eso Ovalle dice que las generaciones que ya crecieron con las redes sociales entienden algunas dinámicas, mientras que los más adultos quizás no. “Hay una brecha digital, hay que trabajar en eso, además va a seguir evolucionando”, dice el especialista.

En el caso de recibir mensajes y llamadas, presuntamente de un banco, el experto aconseja no atender y sí ir al banco o llamar al teléfono oficial.

Transferencias truchas

Carina Rodríguez quería vender su celular, lo puso a la venta por Facebook, es un teléfono chino pero de buena reputación de la marca Xiaomi. Pero nunca imaginó que esa inocente publicación la iba a dejar con tres préstamos a su nombre que nunca sacó.

App Crypto
Mujer usando celular.
Estefania Leal/Archivo El Pais

“¡Maldito Marketplace!”, dice y se larga a llorar, del otro lado del teléfono. Vuelve de ir al banco, donde de nuevo la trataron mal y no supieron entender su situación. “Es horrible, estoy viviendo una pesadilla”, pero a la vez se siente “culpable de no estar atenta”. Tiene bronca.

Carina dice que nadie la ayuda, que fue a la Policía, a la Fiscalía y nada. “¿Me podés decir cómo es que sacan préstamos a mi nombre si yo no firmé nada? Yo estoy en el clering, ¿cómo hicieron estos tipos? Nadie me puede prestar”, cuenta.

Clientes reclaman.

Se inició juicio contra BROU

Daniela Tur, Adriana Coello y Paula Montelongo fueron estafadas por hackers.
Daniela Tur, Adriana Coello y Paula Montelongo fueron estafadas por hackers.
Juan Manuel Ramos/Archivo El Pais

Desde hace más de dos años un grupo de más de 100 clientes del BROU se agrupó para hacer una demanda conjunta al banco. Los casos son diversos, pero todos fueron estafados. Algunos perdieron el dinero que tenían ahorrado y muchos de ellos fueron estafados aún con más sofisticación. Los delincuentes le sacaron préstamos a su nombre, y los clientes están pagando las cuotas de algo que nunca recibieron.

Según contó una de las voceras del grupo, Adriana Coello, el juicio está en una etapa inicial: la semana pasada se hicieron dos instancias, autoridades del banco declararon así como otros testigos. Y se está preparando un segundo grupo, que hará otra demanda contra el banco.

¿Cómo comenzó la pesadilla de Carina? Al otro día de tener el celular en Marketplace le escribió una señora interesada. “Me dice que lo quiere para su pareja. Hablé con él, y nunca objetó nada, ni precio ni pidió más fotos”.

Este hombre le dijo a Carina que se quería desentender del tema y que ella le pasara un número de cuenta para hacer la transferencia. “Le dije que no, que no nos conocimos, que cómo me iba a transferir la plata, si yo no le había dado el celular”, relata.

Ahí empezaron los audios. Ella dio su cuenta para que le transfirieran y al rato le cayó un mensaje de un WhatsApp con el logo del Banco República. “Tenía una supuesta transferencia del Banco Santander de 43.000 pesos”, dice Carina.

En ese momento el estafador le mandó audios diciendo que se equivocaron con la transferencia. “Yo le dije ‘vamos al banco y le doy lo suyo y el celular’, no tenía ningún interés en quedarme con dinero que no fuera mío”.

Acá apareció el tercer estafador. Una persona que llamó y se hizo pasar por empleado del banco. Y le dijo que, si no seguía los pasos, le iban a cerrar la cuenta. De esta manera es que ella ingresó a un enlace y los estafadores le sacaron tres préstamos. Dos de 43.000 pesos y uno de 30.000.

La respuesta del banco: que los préstamos se los van a descontar del sueldo, aunque esté en el clearing. “Marketplace es la peor plataforma. Es impresionante la forma en que te hacen creer y caer en el momento. La maniobra de los actos es muy manipulador”, dice Carina.

Agustina Pérez Comenale, abogada especializada en tecnología, habla del aumento de estafas por Marketplace: “Por algo esas plataformas arrancan primero en un sistema de confianza, con amigos y conocidos. Se buscaba evitar intermediarios, bajar los costos. Después empiezan a aparecer formas de utilizar que van por el lado ilícito”.

Para Comenale, la seguridad de Marketplace es baja si se la compara con otras plataformas como Mercado Libre. “Viendo lo que pasa, empezás a entender un poco el por qué te exigen tanta cosa del otro lado”, dice sobre la verificación que hace Mercado Libre.

La abogada señala que en Marketplace se opera con la misma verificación estándar que se necesita para el usuario de la red social: básicamente un nombre y un correo electrónico.

El problema de esta plataforma es a nivel mundial, según Pérez Comenale los fallos de Estados Unidos y de la Unión Europea “eximen de responsabilidad a la plataforma de intermediación, porque consideran que la mayoría de las responsabilidades son de los usuarios”.

Autos clonados

Ariel compró un auto por Marketplace. Coordinó el encuentro en una estación de servicio en Montevideo y viajó con su familia desde Colonia. Pero cuando tomaron la ruta 1 rumbo a su hogar, los frenó la Policía. El vehículo que acababa de comprar estaba declarado como robado.

Operativo policial en Villa Española
Operativo policial.
Foto: Estefanía Leal/El País.

Ahí marchó la familia en ómnibus para Colonia, perdió los 4.000 dólares que le costaron horas y horas de trabajo y terminó en fiscalía.

Casos como este son más comunes de lo que se piensa. La abogada Serrana Carbajal cree que la gente que cae es por falta de información. “Ven el sueño de tener un auto propio. Están a un precio que es una oportunidad única. Son personas que creen que se ahorran en no gastar en un título y en un escribano”, dice la abogada que ha defendido decenas de casos de estafas por Marketplace.

En el caso de Ariel el auto que le incautaron siquiera era el requerido, sino otro igual, también robado. “Tienen muchas maneras de operar, una de ellas es robar un auto y duplicar la matrícula y la documentación. Ahí se dedican a robar otros autos del mismo color, marca y modelo”, dice Carbajal.

Los delincuentes también clonan chapas de vehículos que están estacionados en la calle y luego ponen a vender uno igual por Marketplace. “Tuve un caso de una señora que le caían multas de tránsito que ella me aseguraba no podían ser, que no había pasado por ahí”, cuenta la abogada. En este caso detectaron que circulaba un auto con su chapa clonada, el vehículo también era robado, y la Policía lo pudo comprobar por los números del chasis del motor.

Hay más. Un hombre fue detenido por la Policía acusado de cometer hurtos en su auto. Le informaron que tenía su auto incautado, lo cual era imposible. El hombre tenía el auto estacionado en su domicilio. Otro caso de clonación, ya que él había publicado en Marketplace el auto para venderlo, pero nunca concretó nada, cuenta la abogada.

Carbajal lleva años defendiendo a personas que fueron estafadas comprando o vendiendo autos. “Siempre abogué porque los bienes registrables no puedan ser vendidos por plataformas. No estábamos hablando de una mesa, me refiero a los inmuebles, los vehículos y los animales pedigree”, afirma la abogada, quien recuerda el caso de una familia que pensó adoptar un perro dálmata por Facebook, pero cuando lo bañaron se le fueron las manchas.

También hay estafas con terrenos y alquileres. Lo que pasa por Marketplace al título de “único dueño vende” o “papeles al día”, a veces es el primer señuelo para caer en una estafa. O algo peor: ya vimos, una simple transacción puede terminar en una violenta rapiña.

Herramientas.

Sancionan una ley que crea los Ciberdelitos

Con el respaldo del oficialismo, y sin los votos del Frente Amplio, el Senado sancionó el proyecto de ley sobre ciberdelitos, promovido originalmente por el diputado de Cabildo Abierto Sebastián Cal.

Camara de Senadores
Cámara de Senadores.
Francisco Flores/Archivo El Pais

El legislador reclamó este año que el proyecto estaba estancado, ya que se había aprobado en Diputados pero no avanzó. A su entender, “son miles y miles de uruguayos afectados por distintos tipos de ciberdelitos.” Dice que esta ley es clave para enfrentar nuevas realidades que no tienen hoy en la justicia una forma de ser tratadas, ya que como tal no son delitos.

Este proyecto, que consta de 11 artículos, establece ocho nuevos ciberdelitos, incorpora agravantes para delitos ya existentes cometidos por medios digitales y propone una campaña nacional de educación para mejorar la prevención.

También contempla la creación de un registro de ciberdelincuentes y proporciona a los bancos herramientas para bloquear fondos en caso de movimientos no autorizados. Esto fue señalado como fundamental por representantes de las entidades bancarias, ya que una misma persona puede hacerse de una cuenta en más de un banco y, si existiera un registro, al menos se podrían tener precauciones especiales.

El proyecto fue aprobado en general en el Senado con 16 votos a favor de un total de 24. En la votación en particular, todos los partidos coincidieron en los artículos relacionados con el registro de ciberdelincuentes, el intercambio de información entre instituciones financieras para prevenir ciberdelitos y también la inmovilización de fondos ante actividades sospechosas.

El senador blanco Javier García, responsable de presentar el proyecto en la Comisión de Innovación, Ciencia y Tecnología, dijo que “es imperioso crear una serie de reglas para que los diferentes operadores jurídicos, como jueces, fiscales y también la Policía, tengan herramientas eficaces para el combate a los ciberdelincuentes”.

Además, García expresó que el proyecto es fundamental para la adhesión al Convenio de Budapest: es el único acuerdo internacional, creado por el Consejo Europeo, para regular el ciberdelito. Ahora solo resta que el texto sea promulgado por el Poder Ejecutivo.

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