La familia Wagner sabe lo que es estar vinculada con el nazismo por eso, su Festival anual de Bayreuth (en el sur de Alemania), dedicado exclusivamente a las óperas del patriarca familiar, Richard Wagner, comenzó después de la salida del tenor ruso Evgueni Nikitin, quien debió renunciar al papel principal de El buque fantasma por tener tatuajes nazis.

Nikitin, de 38 años, renunció al papel por un recuerdo de sus años de juventud como miembro de una banda de heavy metal. Sus tatuajes incluyen una cruz esvástica -sobre la cual se tatuó otro motivo-- y dos runas (los caracteres del antiguo alfabeto de las lenguas germánicas orientales y septentrionales).

Nikitin explicó que se tatuó en su juventud, en 1989, 1990 y 1991, en Rusia y que eligió los motivos por razones espirituales y no políticas, relacionadas con mitos nórdicos y catálogos de tatuajes. "Los símbolos no tienen para mí ningún significado político. Solo tienen un significado sentimental. Nunca he pertenecido a ningún partido , ni ayer, ni hoy", añadió.

Otra institución musical de Baviera, la Ópera de Munich, defendió a Nikitin y acusó a la familia Wagner de una reacción exagerada. "Creo que se trata más de un problema de Bayreuth y de la familia Wagner que del cantante", comentó Nikolaus Bachler, director del Bayerische Staatsoper de Múnich, que decidió mantener a Nikitin en una representación de Lohengrin de Wagner en noviembre.

Los vínculos del Festival con los dirigentes del Tercer Reich constituyen uno de los capítulos más sombríos de la historia de la música en Alemania. Hitler solía acudir para escuchar a su compositor favorito. Actualmente está dirigido por las medio hermanas Katharina Wagner, de 34 años, y Eva Wagner-Pasquier, de 67, que dirigen Bayreuth desde 2008, tras la retirada de Wolfgang Wagner, nieto del compositor, y fallecido en 2010. El festival siempre está rodeado de escándalos. (AFP)