Apenas terminó la charla para esta nota, Nicolás Pirozzi preguntó cómo iba a transcribir el audio y cómo la inteligencia artificial podría colaborar en la tarea de un periodista. Tomó nota en el celular. Su otra faceta, que lo convirtió en su propio sponsor de cara a los Juegos Olímpicos de invierno, no descansa y lo acompaña a diario. Pero para contar la historia de este esquiador de 23 años, que devolvió a Uruguay a la nieve, hay que viajar primero a Italia para entender cómo pasó de ser campeón sudamericano juvenil con Chile, siguiendo el legado de su padre, a volver del retiro y defender la patria de su madre con la Celeste.
“Mis padres se conocieron en Italia, fueron a hacer un magister a Napolés, nació el amor y después de varios viajes decidieron vivir en Chile. Somos una familia de cinco hermanos y yo soy el menor”, contó Nico en una de las salas del Comité Olímpico Uruguayo que parece no haber sufrido el paso del tiempo. Por su padre, aprendió a esquiar casi al mismo tiempo que a caminar, pero fue su madre que le acercó una propuesta que lo sacó del retiro... y es difícil decirle que no a mamá.
“Aparece una nota en la tele, estaban buscando esquiadores uruguayos. Le llegó a todos mis primos, a mi abuela y se la mandaron a mi madre que me dijo: ‘Nico volvé a esquiar, volvé por Uruguay. Será una experiencia tremenda’. La verdad que fue muy emocionante, yo también tenía ganas de volver a competir”, reconoció.
Pirozzi, que viaja cada año a Uruguay a visitar a su familia y ahora se está quedando en casa de su tía, había colgado los esquíes para dedicarse a su otra pasión. “Estaba dedicado a la universidad, otros proyectos y mucho ski como que me quemó un poco. No me recibí, duré año y medio, sentí que estaba avanzando muy lento en todo el tema de desarrollo de software y conseguí laburo en startups”.
El mate lo acompañó en todas esas horas de estudio, trabajo y hackaton, y hoy una marca de yerba es uno de sus principales sponsors, aunque hay uno de sus auspiciantes que tiene un valor agregado: NutrIA.
“Dije, quiero hacer algo que tenga que ver con todo el tema de mi preparación y esa aplicación se trata de la nutrición y de que puedas llevar un traqueo de tus calorías y proteínas para aprender a comer mejor. Ya lanzamos en Chile, nos ha ido muy bien y me gustaría fomentarlo en Uruguay”, comentó Pirozzi, sobre la aplicación que creó, ha estado Top 1 en fitness en Chile y es parte de su equipo día a día.
“Tengo un entrenador, el head coach, que es un andorrano. A veces tenemos un ayudante, o no, y un equipo de cinco o seis corredores. Ahora a la olimpíada vamos a irnos solos con mi entrenador y nos vamos a unir con otro equipo. También estoy trabajando con un psicólogo deportivo, siempre hay mucha presión, pistas muy difíciles y se trabaja mucho sobre el miedo y el vértigo que algunas te pueden generar. Después, toda la parte de la preparación física la llevo con un preparador físico en Chile y la parte de la nutrición con mi misma aplicación”, confesó entre risas con Ovación.
El ski no es un deporte sencillo en ningún sentido y se necesita mucho más que el talento. “Los esquíes son bastante caros. Existen varias disciplinas y en cada una necesitás cuatro o cinco pares. Cada esquí cuesta 1000 dólares y es una buena inversión. Después todo el tema de los viajes, tenés que viajar mucho”, aseguró Nico, que hace la temporada de junio a setiembre-octubre en Sudamérica y luego viaja a Europa hasta marzo-abril. “Vas de invierno a invierno, todo el rato buscando la nieve y, cuando no esquiás, estás yendo full al gimnasio”, explicó. Este mes Nico iba a viajar a Finlandia, pero al no haber tanta nieve allí por el momento, seguramente viaje a Italia en diciembre, donde están sus pistas favoritas, donde se conocieron sus padres y donde competirá en las próximas olimpíadas de invierno que se inaugurarán el próximo 6 de febrero en el mítico estadio de San Siro.
Gracias a las medallas de oro que consiguió en el Valle Nevado Spring Series en Chile, Pirozzi se clasificó a los JJOO en la disciplina de slalom gigante y buscará asegurar su pasaje en slalom. “Me gustan las dos, pero el slalom gigante se me da más fácil. El slalom requiere como más entrenamiento y hay gente que se dedica solo a eso. Al haberme retirado, la vuelta fue más difícil en slalom. Varía la velocidad y el radio de curva, la distancia entre cada puerta. En slalom están a diez metros y en gigante a veinte”, explicó Nico.
Ayer Pirozzi estuvo en el Uruguay Open, conoció y se sacó una foto con uno de sus ídolos, Diego Forlán, y muchos uruguayos se están enterando del ski gracias a él. “Me gustaría que vieran que tienen un representante uruguayo, que conozcan el deporte y armar como una comunidad de la nieve”, dijo en referencia a la cuenta de @Ski.Uruguay en Instagram que sigue sus pasos, al igual que sus padres. “Mi madre va a todas las carreras y mi padre es otro head coach. Les gusta lo que estoy haciendo y me deja muy contento”.
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