Desde el próximo viernes y hasta el domingo de esta semana, se disputará la edición 44 de la Ryder Cup de Golf. La sede de esta edición será el Marco Simone Country Club, ubicado a las afueras de Roma.
La historia de la Ryder Cup se remonta a la década de los años 20 (precisamente en 1927). Inicialmente, la contienda enfrentaba a jugadores de EE. UU. contra jugadores de Gran Bretaña. El torneo se mantuvo muy reñido entre jugadores de estos dos países hasta que en 1973 se incorporaron al plantel jugadores nacidos en Irlanda. Con la irrupción de Seve Ballesteros, a finales de la década de los 70, se terminaron de agregar jugadores del resto de los países europeos y con ello se montó uno de los torneos más atractivos que tiene el golf en la actualidad.
El formato de juego se divide en 3 modalidades: Fourball (parejas en donde se considera la mejor pelota de ambos jugadores), Foursomes (las parejas ejecutan golpes alternados) e Individual. Todas estas modalidades se definen en formato match play. Los viernes y sábados, dos tandas de 4 partidos plantan la mesa para la disputa de los primeros 16 puntos sobre los 28 posibles. El día domingo, los 12 jugadores de cada equipo disputan sus enfrentamientos directos.
El equipo que obtenga más de 14.5 puntos es el ganador. Si se empata en 14 puntos, el campeón de la edición anterior es quien retiene la copa y, por ende, el título.
El equipo europeo parte como favorito para esta edición. No tanto por el ranking mundial de los jugadores que integran su equipo, sino por el hecho de que la localía en Europa pesa mucho. Desde hace 30 años, EE. UU. no ha ganado en territorio europeo. Fue justamente en 1993 cuando el equipo estadounidense ganó en The Belfry, Inglaterra.
Esta Ryder Cup llega además con el condimento de toda la problemática entre el LIV y el PGA Tour. Varios jugadores históricos y ex campeones no pudieron ser elegibles, como por ejemplo Sergio García, el máximo referente de Europa en los últimos años y el máximo ganador de puntos en la historia del certamen. Bryson DeChambeau de EE. UU., ex campeón, tampoco será de la partida. Europa inicialmente tenía como capitán designado a Henrik Stenson, y producto del paso del sueco al LIV, tuvo que entregar su capitanía en manos de Luke Donald. Veremos qué equipo resulta más afectado por la no elegibilidad de algunos de sus máximos referentes, pero sin lugar a dudas, quienes terminan perdiendo son los fanáticos que no podrán ver en la cancha a los mejores exponentes.