Entre algunos butaquistas la pregunta se corría como teléfono descompuesto. Tanto que algunos llegaron a preguntarse: “¿Están usando algún tipo de amplificador?”. El ruido de la percusión instalada en la Tribuna Abdón Porte el día del clásico superaba los decibeles de otros partidos y una serie de hinchas -especialmente tres veteranos, que son habitués en el Gran Parque Central- mostraban asombro desde su asiento.

Antes de todo el desmadre que devino en el ingreso de bengalas, bombas de estruendo y banderas robadas, el estadio era una fiesta. Y así lo percibían los fanáticos que con una mano arengaban y con la otra filmaban los cánticos. Sin embargo, el tinte cambió después del 2-1 tricolor e increíblemente las caras de alegría se transformaron en preocupación cuando los jugadores de Nacional empezaron a verse afectados por la pirotecnia que les caía a pocos metros.

Luis Mejía, por ejemplo, estaba adelantado en su arco, relojeando hacia atrás, donde tenía a la cabecera. La situación se desvirtuó y devino en que 70 personas terminaran quedando a estudio de la Comisión Especial de la Asociación Uruguaya de Fútbol para ser ingresadas a la lista negra, informó DSports.

Ovación intentó contactarse con el encargado de la seguridad de Nacional, Wilson Miraballes, para evacuar algunas dudas acerca de su rol durante el clásico y conocer su visión sobre de lo que había pasado. El funcionario prefirió no hablar por esta vez.

Sucede que esa área del club ya inició una investigación interna para conocer a fondo los detalles de cómo se originó toda la problemática y se intenta no entorpecer la investigación.

Foto: Ignacio Sánchez.

Se sospecha que la extradición de Alan Lorenzo (líder de la Banda del Parque) y la prohibición de ingresar a espectáculos públicos que tienen todos aquellos que normalmente se encargaban del control en la popular pudo haber influido en el desorden.

Los protagonistas que actuaron en grupo contra la política institucional de rechazar el uso de la pirotecnia -para, entre otras cosas, evitar multas-, se cree, reaccionaron motivados por el reciente recibimiento de Peñarol contra Flamengo por Copa Libertadores.

Los funcionarios de la seguridad tricolor ubicados en la Abdón Porte ese día fueron un total de 15, según pudo corroborar este medio. Ninguno de ellos estaba ubicado contra el tejido, que fue de donde se colgaron todos los hinchas que aparecieron con máscaras cubriéndose el rostro.

La directiva del club previamente le había levantado el pulgar al Colectivo 7411 para que colocara bombas de humo en el interior de la cancha y el equipo tuviera un recibimiento pintoresco. El presidente Alejandro Balbi lo destacó tímidamente, pero luego centró sus declaraciones en decir que “detestaba” lo que había pasado a posteriori.

Estefania Leal/Archivo El Pais

La barra brava de Nacional organizó un asado el sábado previo al clásico en las inmediaciones de la Tribuna Abdón Porte, adentro del Gran Parque Central.

Recibieron la autorización de Nacional y prepararon toda la producción previa, que incluyó el aporte de la percusión de las diferentes filiales del interior.

Uno a uno, fueron amontonando los bombos en una repisa y entonaron gran parte del cancionero que se puso a prueba al día siguiente. Según un informante que estuvo presente, la carne la llevaron los “Bolsos de Salto”.

El domingo del partido, entraron sobre las ocho de la mañana al estadio a colocar banderas e hicieron lo que ellos llaman “la previa” en una plaza que está entre Jaime Cibils y Cornelio Cantera.