Piojo Pérez: el conflicto de la Mutual, cómo lo marcó el penal del 2007 y su vínculo con un referente tricolor

por Mariana Malek

Sergio Maximiliano “Piojo” Pérez cumplirá 35 años en los próximos días. Sin embargo, su etapa de futbolista se terminó hace ya algún tiempo. Hoy es el vicepresidente de la Mutual de Futbolistas Uruguayos(MUFP) y “despunta el vicio” de dirigir en la Liga Universitaria de Deportes: los sábados a la Pre Senior de Madrugada y los domingos a la Mayor de Jesús María.

El exdelantero fue uno de los juveniles que prometía en el Peñarol de principios de los 2000 y atravesó una etapa de mucha inestabilidad dentro del aurinegro.

Actualmente, tras retirarse ejerce un cargo político en el que busca el beneficio de todo el colectivo de futbolistas y es uno de los protagonistas de las actuales negociaciones en el marco del conflicto que el sindicato de futbolistas mantiene con la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF).

Su llegada a la vicepresidencia de la MUFP lo tomó un poco por sorpresa, en medio del movimiento lo designaron y es un cargo que implica mucho tiempo y trabajo.

“Hice el curso de técnico mientras jugaba en Progreso 2017, porque en realidad cuando me proyectaba era para ser entrenador o gerente deportivo. También me gustaba la economía y tengo agendado para inscribirme en Facultad de Economía este año si se abren cupos para el segundo semestre”, confesó a Ovación.

Le costó la decisión de entrar en la Mutual: “No fue algo que lo haya programado, sino que se dio con el movimiento y fuimos armando la directiva. Me costó mucho tomar la decisión”, detalló.

Pérez, en su calidad de vicepresidente de la MUFP, es parte de las negociaciones del gremio de los futbolistas con la AUF y que pone en riesgo la continuidad del campeonato con normalidad.

Según explicó el organismo está trabajando intensamente, como lo hizo durante todo el 2022 para llegar a un acuerdo con los clubes y que se aprueben una serie de modificaciones que beneficiará a futbolistas y clubes.

“Lo que nos deja tranquilos es que hicimos todo el proceso y tenemos las cosas claras. No es que paramos el fútbol porque sí, propusimos un estatuto con mejoras, estuvimos ocho meses negociando, lo llevaron a los clubes y no se votó. En nuestra asamblea sí”, enfatizó.

Pérez explicó que el convenio que hicieron con la AUF por los salarios de la Segunda División se venció y no se puede retroceder con un aumento económico.

“El convenio colectivo es muy amplio, lo que hicimos fue mejorarlo porque la última era de 2007. Le hicimos algunas mejoras que son, también, para los clubes. Por ejemplo propusimos una unidad de control que es para que los salarios se paguen en tiempo y forma, entonces si los clubes no cumplían con eso haya una especie de quita de puntos, lo dejamos abierto, pero con ese espíritu”, indicó el exdelantero.

El objetivo de ese tipo de reformas era beneficiar a los equipos que cumplían y contrataban acorde, para que no tuviesen desventajas frente a quienes contrataban estrellas pero acumulaban deudas.

En tanto, Pérez valoró que ahora haya un representante de los futbolistas dentro de AUF, como es Matías Pérez es fundamental.

Ahora somos parte y estamos cerca de la información. “Si es para aportar y contribuir al fútbol uruguayo, por qué no vamos a estar. Si queremos contribuir”, reflexionó.

Sin embargo, reconoció que este tipo de acciones no siempre es bien recibido.

“Desde que FIFA intervino la AUF y modificó el instituto hizo que hubiese más personas en la toma de decisiones que lo volvió más transparente”, explicitó.

Bajo el mando de Gregorio Pérez en 2007 el Piojo debutó en el primer equipo de Peñarol con 18 años. De aquella época recuerda que lo vivió con mucha emoción, aunque analizándolo a la distancia entiende que tal vez no estaba suficientemente preparado para estar en el primer equipo.

“En el momento lo disfruté un montón, sí, de repente haciendo un análisis a la distancia la preparación mental y táctica que tenés que tener para jugar en primera división, no la tenía. Implica mucho más que jugar bien a la pelota, yo jugaba muy bien a la pelota y era muy vistoso. El fútbol implicaba un montón de cosas y una de ellas era la convivencia en un plantel de jugadores grandes en las que dejás de ser protagonista y sos un eslabón más. A mi me costó muchísimo eso porque siempre en juveniles era el más vistoso y siempre recibí una palmada en la espalda, no sabía manejar las frustraciones”, detalló.

Foto: Archivo

En aquel momento también vivió una experiencia que para muchos no quedó en los mejores recuerdos. La noche fría del 17 de mayo de 2007, Gregorio Pérez lo designó entre los responsables de patear los penales en la final por el Torneo Clausura 2007 con Danubio. La serie estaba a favor de los franjeados y cuando el tiro dio en el horizontal el sueño del campeón se desmoronó. El franjeado se quedó así con Apertura, Clausura y Anual.

Aunque muchos pueden pensar que sintió un bajón anímico terrible por haber errado ese penal, el Piojo aseguró que la inconsciencia de los 18 años lo protegió. “Después vino la Liguilla y jugué muy bien, incluso un clásico. En esa época los periodistas y la gente me decía que pensaban que iba a tener un bajón anímico y no. La verdad no era muy consciente, estaba acostumbrado a patear penales desde juveniles y me tocó en primera con Gregorio que era el entrenador y eso me dio confianza”, indicó.

Luego de ese momento, Peñarol continuó con mucha inestabilidad, luego de que fue despedido Gregorio Pérez, fue turno de Gustavo Matosas y finalmente de Mario Saralegui. El Piojo terminó saliendo a préstamo del aurinegro a varios equipos y terminó identificándose con otro equipo: Cerro.

Foto: Archivo

El Villero tiene un lugar especial en el corazón del Piojo, porque en el equipo consiguió el único título oficial de la institución: La Liguilla 2009.

Pero también tiene una anécdota insólita y muy clásica del fútbol uruguayo. Cuando salió a préstamo a Cerro, Peñarol se encargaría del 80% de su sueldo mientras que el albiceleste le pagaría el 20% restante. Sin embargo, luego de acordar los dirigentes de su nuevo equipo le comunicaron que no cobraría ese 20% porque no lo necesitaba.

Sin embargo, el profesionalismo del exdelantero sorprendió a los dirigentes: “Me llamaron y me dijeron que como era tan profesional iban a pagarme ese 20%, como si no supieran quién era o nunca me hubiesen visto. La verdad que eso fue una anécdota de esas insólitas del fútbol uruguayo”, reflexionó.

El Piojo está identificado con Peñarol, es el equipo en el que se formó y, además, dónde debutó y jugó unos cuantos años. Sin embargo, la vida y el amor tuvieron otros planes y está casado con la hermana de Sebastián “Papelito” Fernández con quien tiene tres hijas.

“No he tenido problemas por el tema de Peñarol y Nacional, incluso he ido al Parque (cuando Seba estaba) a verlo. A veces me pongo un gorro, pero no pasa nada, no soy un jugador ultrarreconocido como para que se genere algo”, sostuvo.

Foto: Archivo

Cuando alguien lo reconoció le hizo algún comentario “en tono jocoso” señaló, pero aclaró que “no pasó nada”.

Sobre de qué equipo serán hinchas sus hijas aún no tiene una decisión tomada, si bien es hincha y socio de Peñarol, quiere que puedan elegir y no se pierdan la chance de tener como actividad familiar con sus primos, los hijos de Sebastián, que son Tricolores.