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La noche que el"Mota" Gargano volvió a ser el jugador de clase europea

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Walter Gargano
MARCELO BONJOUR

TORNEO CLAUSURA

Tocó de primera, tuvo movilidad, le dio velocidad al medio y se convirtió en el generador de ataques en Peñarol. ¿Lo negativo? Se pierde el partido ante Liverpool.

Recibe y “tiki”, de primera el pase al compañero que está mejor posicionado. Aguanta el balón y “pimba”, pase largo para poner en carrera a un delantero. Y si hay espacio para correr, salida en velocidad pero sin trasladar demasiado, sino lo necesario para levantar la cabeza y calcular el pase filtrado. Ese fue el partido de Walter Gargano y Peñarol lo disfrutó en el triunfo 1-0 sobre Wanderers.

El “Mota” recuperó la memoria, pero no la de las últimas temporadas con la camiseta aurinegra, sino la de sus años mozos en Italia, cuando era figura del Napoli o de la selección uruguaya en la mitad de la cancha. Gargano jugó como lo hacía (y se hace) en Europa y la consecuencia fue una mejoría sustancial en el fútbol de Peñarol.

No fue la única explicación, porque también el posicionamiento que le dio Mauricio Larriera a Giovanni González como volante por derecha tuvo un papel preponderante en el cambio de postura del equipo, pero la distribución del juego estuvo a cargo de Gargano.

Giovanni González
Giovanni González jugó como volante y le dio otra dinámica al ataque. Foto: Nicolás Pereyra

Haciendo el doble cinco junto al inamovible (condición que bien justificada tiene) Jesús Trindade, el “Mota” cumplió mucho más una función de generador de fútbol que de marcador, apoyado por la fuerte presión que ejercieron los delanteros en la salida rival. Esto y la nueva posición de Gio liberó de la responsabilidad de bajar a buscar la pelota a Facundo Torres, quien ya no cargó casi exclusivamente con el peso del ataque y se encontró mucho más cerca del área rival, generando situaciones de gol propias y para los compañeros e incluso convirtiendo el tanto de la victoria con un muy buen disparo desde afuera del área.

Peñarol no fue entonces “Torresdependiente” y pasó a ser un equipo bastante más colectivo. Fueron pequeños ajustes a los muchos que el técnico todavía debe hacer en la oncena para conseguir el funcionamiento adecuado, pero que permitieron ver por un tiempo prolongado en un partido la postura, la idea y el fútbol que pretende el técnico.

El inconveniente es que, luego del gran partido que jugó Gargano y que podría marcar el punto de partida para el Peñarol que Larriera tiene en mente, el técnico no contará con el volante central para el próximo partido pues llegó a su quinta tarjeta amarilla. Y no es un juego cualquiera, sino que es ante Liverpool, ese equipo que lidera y al que necesita descontarle los cinco puntos que hoy le lleva de ventaja en el Clausura para pelear por el titulo y llegar a la meta de definir el Uruguayo.

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