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Nacional le puso corazón y, esta vez, con eso le fue suficiente para ganarle a Cerrito

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Leandro Fernández celebra el gol anotado en el Nacional-Cerrito. Foto: Estefanía Leal.

TORNEO CLAUSURA

El equipo de Martín Ligüera jugó más de 60' con un hombre de más, pero lo terminó ganando en la hora con una gran definición de Leandro Fernández.

Leandro Fernández celebra el gol anotado en el Nacional-Cerrito. Foto: Estefanía Leal.
Leandro Fernández celebra el gol anotado en el Nacional-Cerrito. Foto: Estefanía Leal.

Ganas, sobraron. Jugadores de ataque, también. Cada cambio de Martín Ligüera era pensando en el arco rival y es que el juego se fue decantando para la valla de Kevin Larrea a medida que los minutos pasaban y que Nacional no podía abrir el marcador ante Cerrito.

Al tricolor le volvió a faltar fútbol, pero lo cierto es que con el apoyo de su hinchada y con el premio a uno de los mejores que tuvo en cancha, Leandro Fernández, se terminó quedando con tres puntos que no se le podían escapar.

Nacional vs. Cerrito
Zunino gana por alto sobre Amondarain. Foto: Estefanía Leal

Puntos que ponen presión a Peñarol, líder de ambas tablas, pero también a Cerro Largo y Plaza Colonia que escoltan al aurinegro en el Clausura y en la Anual respectivamente.

Si bien a Nacional le costó encontrar los caminos en la primera mitad, se podía pensar que la expulsión de Julián Perujo en el minuto 33’ le iba a dar otra soltura al equipo y tranquilidad y aunque metió al rival en su arco, el juego fue escaso.

A esa altura del encuentro, el tricolor tenía que agradecer que el choque seguía sin goles luego de un increíble tanto que desperdició Juan Manuel Ortíz abajo del arco cuando Esteban da Silva lo dejó de cara al gol ante una defensa tricolor mal parada.

Gonzalo Bergessio e Ignacio Avilés disputan la pelota en el Nacional-Cerrito. Foto: Estefanía Leal.
Gonzalo Bergessio e Ignacio Avilés disputan la pelota en el Nacional-Cerrito. Foto: Estefanía Leal.

Prueba de que a Nacional le costó es que fue Matías Zunino, pese a que va muy bien al ataque, fue quien generó las chances más claras de gol con un cabezazo que contuvo Larrea y un remate cruzado apenas ancho.

El gol tricolor llegó a los 39’, pero no subió al marcador porque Santiago Ramírez, que definía de forma certera, estaba en posición adelantada.

Tras el descanso Nacional sabía que tenía que ir en busca del gol y si bien Ligüera mandó a la cancha a Carballo, D’Alessandro, Ocampo e hizo debutar a Franco Fagúndez y Juan Manuel Gutiérrez, las ideas seguían sin aparecer. El hincha se impacientaba y era normal porque volver a dejar puntos significaba la certeza de seguir alejándose del objetivo de ser campeón del Uruguayo nuevamente.

El abrazo entre Gonzalo Bergessio con Leandro Fernández tras su gol en el Nacional-Cerrito. Foto: Estefanía Leal.
El abrazo entre Gonzalo Bergessio con Leandro Fernández tras su gol en el Nacional-Cerrito. Foto: Estefanía Leal.

Si algo tuvo el partido es que fue peleado, poco vistoso y con mucha pierna fuerte y el gol no podía ser de otra manera.

Luego de que Armando Méndez desperdiciara un centro de Ocampo en el que apareció como “9” dentro del área y que Flavio Scarone lanzara un centro que casi se le mete por el segundo palo a Rodríguez, llegó el desahogo.

Tiro libre desde la izquierda. Uno, dos, tres rebotes y una pelota suelta que cayó en el pie izquierdo de Leandro Fernández. Remate letal que venció la resistencia de Larrea y a festejar con los hinchas y también con mucha rabia. Faltó fútbol, es cierto, pero le puso corazón y, esta vez, a Nacional le alcanzó con eso.

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