Matías Aguirregaray: la conexión familiar con San Eugenio, qué le sorprendió de Arezo y su mejor entrenador

El tricampeón uruguayo con Peñarol recordó un gol que lo marcó a fuego, contó cómo los cambios de entrenadores "desestabilizaron" al aurinegro en 2023 y analizó la serie con Racing por Libertadores.

Matías Aguirregaray, nuevo futbolista de San Eugenio, mirando a la cámara de Ovación junto con su pareja e hijos.
Matías Aguirregaray, nuevo futbolista de San Eugenio, mirando a la cámara de Ovación junto con su pareja e hijos.
Foto: Estefanía Leal.

Matías Aguirregaray, lateral que se acaba de convertir en nuevo futbolista de San Eugenio, habló con Ovación antes de mudarse a Artigas y reveló la conexión familiar que lo llevó a elegir ese rumbo deportivo. También recordó un gol que lo marcó en Peñarol y elogió la personalidad de Matías Arezo, su excompañero. Por otra parte, analizó aquella campaña 2023 con cero punto en la Copa Sudamericana.

- ¿Cómo te llegó la propuesta para jugar en San Eugenio de Artigas?
- Estoy muy emocionado y contento. Me siento muy agradecido con la gente de San Eugenio, que es un club donde jugó la gran mayoría de mi familia: mis dos abuelos, el abuelo de mi señora, mi padre, mis primos y mis tíos. Admiro a esa gente porque es apasionada por el fútbol, que no es lo mismo que el profesionalismo, pero ellos lo viven de manera muy intensa y tengo mucha ilusión y ganas de aportar dentro y fuera de la cancha lo que viví en el profesionalismo, tanto en Uruguay como en el exterior.

Matías Aguirregaray jugando a la pelota con sus hijos.
Matías Aguirregaray jugando a la pelota con sus hijos.
Foto: Estefanía Leal.

- Quizá tu llegada al fútbol del interior no se explica desde lo deportivo o desde lo económico, pero sí desde el sentido de pertenencia.
- Claro, tengo un sentido de pertenencia muy grande. Yo nunca viví en Artigas, me crié desde chiquito en Montevideo pero siempre que tenía la posibilidad en vacaciones, sea después de la escuela o cuando terminaba el liceo, me iba para Artigas y veía a mis abuelos, a mis tíos y primos siempre con la camiseta de San Eugenio. Y eso me tiró para llegar al club, estoy muy agradecido a la gente porque me dan mucho cariño.

- Tenés un amplio repertorio en el fútbol profesional, ¿cuál es el entrenador más importante que has tenido?
- El entrenador más importante que tuve es Antonio Pacheco, aunque lo tuve poco. Desde niño lo veía jugar con mi papá y después me tocó ser compañero suyo en Peñarol. Con él tengo una linda amistad y en esta última etapa en Wanderers me llamó para estar dentro del equipo. Sin lugar a dudas, a nivel sentimental y profesional fue el mejor entrenador que tuve. Después tuve muy buenos entrenadores en Estudiantes como Gabriel Milito y Mauricio Pellegrino, aprendí mucho de ellos.

Matías Aguirregaray recibiendo a Ovación en su casa junto con su pareja e hijos.
Matías Aguirregaray recibiendo a Ovación en su casa junto con su pareja e hijos.
Foto: Estefanía Leal.

- ¿Por qué motivo considerás que es el más relevante de tu carrera?
- El Tony hablaba todo el tiempo con los juveniles, con los más grandes y nunca lo vi hablarle mal a nadie. Aunque las cosas a veces no salían muy bien, él siempre se mantenía calmo y con su convicción de que si nos preparábamos y hacíamos las cosas bien, los logros llegarían. Creo que esa es una marca de él, la preparación, hacer bien las cosas y cuidarse para vivir para esto. También es un tipo muy motivacional, lo viví como compañero y siendo dirigido por él. Pacheco te habla y vos querés salir a la cancha a matar. Y eso no todos los entrenadores lo pueden lograr porque capaz te pueden gritar y hablar, pero no te llegan, y él es un tipo que llega, te digo porque lo viví. La mentalidad de los jugadores cuando él llegó era de aspirar a salir campeón, y eso lo inculcó en el día a día. Sin duda fue el referente máximo de mi carrera.

- ¿De qué forma recordás aquella final de la Liga AUF Uruguaya 2010 en la que convertiste un gol y fuiste campeón?
- Ese es un sueño que todo hincha tiene desde niño y ese día me tocó convertir un gol espectacular, fue lo que soñaba desde que jugaba en la calle y en el baby fútbol. Ese año fue espectacular porque salimos campeones invictos y veníamos de una racha de siete años sin lograr el campeonato. Fue duro porque llegamos con la ventaja de la Tabla Anual, perdimos la semifinal con Nacional y después logramos ganar la primera final con el gol del Tony. En el segundo partido me tocó marcar el empate y con ese resultado logramos el objetivo. No me lo voy a olvidar nunca más y cada vez que me ve un hincha de Peñarol me lo recuerda. Y yo también lo recuerdo con enorme orgullo y felicidad.

- ¿Qué balance hacés de tu última etapa en Peñarol durante 2023?
- Nosotros hicimos un muy buen campeonato uruguayo y llegamos a la final. Si bien no se pudo lograr el título, no todos llegan a las finales y nosotros estuvimos ahí. Creo que tuvimos un semestre muy bueno que lo opacó un poco la Copa Sudamericana, que fue muy mala. Después empezaron los cambios de entrenadores que a nosotros los jugadores nos pesan mucho porque veníamos bien. El grupo estaba bien, pero tanto cambio te desestabiliza un poquito. Nos tocó ganar la semifinal del Campeonato Uruguayo, llegamos a la final y ahí no salieron bien las cosas. Pero lo tomo como algo positivo porque, si bien perdimos la final, no todos los equipos alcanzan esa instancia. En Peñarol me tocó jugar cinco finales, gané tres y las que perdí las tomo como experiencia y momentos positivos donde no logramos la frutillita de la torta.

- En la interna del plantel, ¿qué explicación le encontraron al no haber podido sumar puntos en esa Copa Sudamericana?
- No encontramos mucha explicación porque hicimos un gran Torneo Apertura, pero salíamos a jugar la Copa Sudamericana y no lográbamos el triunfo, eso nos dolía mucho. Jugábamos buenos partidos y terminábamos perdiendo, a veces son rachas. Después nos molestaron mucho los cambios de entrenadores, pero son decisiones que forman parte del fútbol y el jugador tiene que comprender; se pagó el precio de no encontrar el triunfo a nivel internacional.

- ¿Cómo influyó tanto cambio de entrenador en pleno año electoral?
- No era que estábamos mal y cambiaban al entrenador, veníamos bien y habíamos salido campeones del Apertura más allá de las derrotas en Sudamericana, que a Uruguay le cuesta competir un poco en lo internacional. Los cambios de entrenadores nos sorprendían y desestabilizaban porque uno veía que los entrenadores hacían las cosas bien. Eso nos golpeaba un poco e inconscientemente a la hora de salir a la cancha te juega en contra.

- ¿De qué forma te impactó la salida de Darío Rodríguez, de quien también habías sido compañero?
- Perdimos uno o dos partidos y lo sacaron, esas injusticias me dolieron y me fueron sacando un poco las ganas. De forma inconsciente después capaz no rendí al máximo en la cancha; esas cosas te cambian un poquito la mente. Sin poner ninguna excusa porque los que entrábamos a la cancha èramos los jugadores, pero sí hubo un entorno que no ayudó.

- ¿Cómo ves la serie de Peñarol frente a Racing?
- Creo que Peñarol tiene chances, a mí me tocó enfrentar a este Racing y es espectacular, pero los dos llegan bien. Peñarol está entonado con la obtención del Intermedio y el plantel armado, tiene que seguir tranquilo y con humildad sabiendo que estando concentrado las cosas se pueden lograr.

- ¿Hubo algo que te haya sorprendido de Matías Arezo cuando compartiste plantel con él en 2023?
- Su personalidad, eso me gusta mucho de él. Era uno de los jóvenes del plantel pero estaba recontra metido y definía muy bien. Se lo notaba con muchísimas ganas de hacer las cosas bien y tratar de que Peñarol fuera campeón, estaba muy comprometido. Es un grandísimo refuerzo para Peñarol.

- Desde la llegada de Diego Aguirre a Peñarol el espectro político del club ha encontrado más calma. ¿Vos ya percibías esa capacidad del entrenador para ser un líder unitario?
- Sí, creo que lo respetan mucho. Estaría bueno que también suceda con otros entrenadores porque con más tiempo de trabajo tal vez se pueden lograr más cosas a nivel local e internacional.

- En cuanto a tu recorrido internacional, tuviste la posibilidad de jugar en ligas como las de Arabia Saudita y México, ¿tenés alguna anécdota peculiar para contar?
- En México el padre del presidente tenía un zoológico en el patio de su casa y hacía fiestas, pero nunca me tocó asistir. Después en Arabia Saudita me sorprendió la liga, que es espectacular. Uno dice Arabia y capaz piensa 'no juegan nada', pero no es así, juegan muchísimo al fútbol. Y pueden contratar siete u ocho extranjeros, entonces hacen que la liga sea competitiva. Y los árabes juegan muy bien al fútbol.

- Así como vos naciste en Porto Alegre, tus hijos nacieron en diferentes países donde competías a nivel profesional, ¿cómo vivieron eso a nivel familiar?
- Mis tres hijos son extranjeros, uno nació en Estados Unidos, la otra nació en Arabia Saudita y la más chiquita en Argentina. Eso nos da un poco de risa, pero fueron momentos que se fueron dando cuando estábamos fuera del país. Mi señora es una fenómena porque nunca tuvo miedo a nada ni puso una traba. Estados Unidos y Argentina tal vez es lo más cercano a Uruguay, pero en Arabia Saudita fue duro tomar la decisión, pero ella siempre fue para adelante y son experiencias que vivimos.

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