HISTORIAS

María José Fares tiene 38 años, es profesora de inglés, hincha y socia de Peñarol desde 2003. Su profesión y el destino la pusieron el año pasado a colaborar con el club de sus amores.

Para ella todo comenzó de la forma menos esperada y fue al querer obtener un saludo de los jóvenes ídolos de Peñarol: Facundo Torres y Agustín Álvarez Martínez: “Yo trabajo en la Escuela 190 de La Floresta y había un grupo al que me costaba entrarles y entonces pensé en conseguirles un saludo de ellos porque el Chino Lasalvia (representante de ambos) es hermano de una amiga. ‘Pah, el Chino me dijo que quiere hablar contigo’ me comentó mi amiga y cuando me lo propuso no lo podía creer. Me abracé con otras maestras y lo grité como un gol”, confesó en diálogo con Ovación.

“Después que acepté me vino el susto porque era armar algo especial con vista a poco tiempo porque fue enseguida del clásico del 31 de octubre y era armar material intensivo y que tuviera algo de fútbol porque además de saber inglés general ellos tienen que saber entender a un técnico, un dirigente o la prensa”, afirmó.

“Otra cosa que no sabía qué esperar era que uno en la cancha los ve allá arriba y son ídolos, pero como docente no sabía con qué me iba a encontrar, si ellos querían aprender o no o las bases que tenían y fue una grata sorpresa”, admitió porque encontró buena disposición para aprender en una clase que también integraban la pareja de Agustín Álvarez Martínez y otro integrante del Equipo TMA que representa a los futbolistas.

“Agustín tenía una base porque había hecho inglés particular y anda en coche. Y el resto tenía la base del liceo. Tenía que retomar eso y ver por dónde motivarlos y lo hice con biografías de jugadores o vocabulario vinculado al fútbol y les encantó”, expresó.

Otra de las dificultades que se presentaron fue la frecuencia de las clases porque si bien la idea era tener tres días de clase por semana, las citaciones a la selección uruguaya y las concentraciones con el plantel de Peñarol trastocaron un poco los planes en más de una ocasión.

La casa de Agustín Álvarez Martínez era el centro de estudio y confesó que le sorprendió gratamente la humildad que tienen ambos: “Los niños me mandaban cartas para ellos o me pedían saludos y ellos la verdad que me conmovieron porque nunca se negaron. Incluso a veces estábamos en clase y golpeaban la puerta a pedirle autógrafos y los daba”.

“Me sorprendió lo interesados y dispuestos que estaban y de lo que les gustó”, contó María José que con la partida de Facundo Torres en la pasada jornada a Estados Unidos está a la espera de cómo se podrá comunicar. “Ahora llegó el momento de la verdad. Traté en poco tiempo darles mucho vocabulario y piques. Facundo viviendo allá se va a potenciar y va a poder entender más fácil y el entorno lo va a llevar a hablar en inglés”, agregó.

Más allá de haberlo hecho con dos jugadores del club del que es hincha a María José le gustaría repetir la experiencia porque “fue tremenda y estaría bueno que de aquí en más los clubes puedan dar inglés en formativas para que tengan una base para el futuro”. “No todos van al exterior y muchos terminan su carrera y tienen que salir al mercado laboral común y para ellos también es muy importante el inglés. Es una herramienta”, añadió.

Si bien a Torres le pidió que no haga un “very difficult” como Carlos Tevez, les puso al argentino como referencia y no solo por ser futbolista: “Es un gran ejemplo de un muchacho sin ninguna base de idiomas, con una limitada educación y que fue a Inglaterra y se animaba a hablar y contestaba como sea y de eso se trata, de hacerse entender”.

Lo que no olvidará será el día que mientras estaban en clase, se daba la gala del Balón de Oro: “‘Mirá Facundo cuando se lo entregues a Agustín o viceversa’ y se reían. Ríanse, pero yo me voy a acordar”.