Manuel Airala es el entrenador que más tiempo se mantuvo al frente de Defensor Sporting femenino, lideró un método “revolucionario” de gestión moderna y profesional para el plantel, pero deja el club porque la nueva administración planea un recorte económico para la próxima temporada.
"Sentimos que hubo un retroceso en ese sentido. De todas maneras entendible porque Defensor está pasando por una situación económica bastante compleja", dijo en esta entrevista para Ovación.
—Ya son dos años y medio al frente del plantel principal femenino de Defensor Sporting: ¿seguís el año que viene?
—No, no. Nosotros, como cuerpo técnico, resolvimos darle final al proyecto, a este ciclo. Básicamente porque en la segunda parte de este año nos dejamos de sentir tan cómodos y apoyados en este proyecto.
—¿Eso de parte de la nueva directiva del club? (Que asumió, con Diego Franzini a la cabeza, en mayo de este 2025).
—En parte sí. Empezamos a notar cierto malestar con nosotros, empezaron a cargar de trabajo a nuestro coordinador. También llegaron comentarios de que para el año que viene iba a haber un recorte en lo económico, que iban a bajar los viáticos. Nosotros estamos haciendo tremendo trabajo, apuntando al profesionalismo del femenino. Entonces, si no hay apoyo, hasta acá llegamos.
—Hablan de una “revolución” en la gestión del femenino violeta bajo tu dirección. ¿En qué aspectos se basó, más allá del estrictamente deportivo?
—Lo que se hizo fue digitalizar todo para organizar y planificar el trabajo de manera profesional, como hacen los clubes más importantes del mundo. Esa tarea estuvo a cargo de Gonzalo (Duarte), el coordinador. Individualizamos los entrenamientos y los compartíamos a las jugadores por microciclo, entonces ellas sabían de antemano en qué cancha íbamos a entrenar, si tocaba gimnasio, sintético, bajo techo... Las jugadoras se fueron acostumbrando al método y nosotros seguimos su progreso por una aplicación que nos brindaba información sobre su descanso, alimentación, y así podíamos tomar decisiones para dosificar cargas de los entrenamientos. Implementamos herramientas que sirvieron para planificar la temporada y también cuidar la salud de las futbolistas.
—¿Te gustaría seguir con el proceso en Defensor?
—Por supuesto, pero siempre y cuando no termine siendo esclavizante un trabajo que lo hacemos con pasión. Si del otro lado el club te da para adelante, porque entiende que este es el camino y te respalda desde lo económico, seguiríamos encantados de la vida. Pero sentimos que hubo un retroceso en ese sentido. De todas maneras entendible porque Defensor está pasando por una situación económica bastante compleja.
—¿De Wanderers te fuiste por una situación similar, con algunas referentes del plantel?
—Sí. Yo en el femenino arranqué en 2017 en River, honorario, primero como profe y después pasé a ser entrenador. Además de DT, yo soy licenciado en Educación Física y actualmente trabajo en Recreación y Deportes del INAU. En 2021 asumí como DT de la Sub-19 de Wanderers y a los dos años agarré el plantel de Primera. Teníamos un gran plantel que exigía profesionalismo, y luego de una serie de promesas incumplidas renuncié. Agarré Defensor a mediados del 2023.
—¿Cómo es el presente del fútbol uruguayo femenino?
—Desde que arranqué yo en 2017 he notado un crecimiento en muchos aspectos, con sus altibajos pero una profesionalización. Pero creo que por parte de la AUF todavía hay cosas que ajustar y mejorar como el sistema del campeonato y los materiales. Por ejemplo, antes jugábamos con una pelota Puma y desde este año con una sin marca de muy mala calidad. Ese tipo de cosas bajan el nivel del juego.
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