La vida después del fútbol de Popi Muñoz: por qué no volvió a Cerro, qué hace y los recuerdos de Nacional

El arquero uruguayo anunció su retiro el 20 de abril y empieza una etapa distinta en el fútbol; estuvo en Paraguay viendo a Nacional ante Libertad.

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Rodrigo "Popi" Muñoz en Paraguay.
Rodrigo "Popi" Muñoz en Paraguay.
Foto: Diego Domínguez

Durante los últimos meses, Rodrigo “Popi” Muñoz, tenía un ángel que todas las noches le hablaba al oído para que no torciera el brazo y siguiera jugando un poquito más. Al mismo tiempo, un demonio le decía que había llegado la hora, que era el momento de descansar. Así paso meses sin tomar una decisión, hasta que se decantó. Le dio la razón al último consejero invisible y anunció su retiro del fútbol con 42 años.

Lo estiró lo más que pudo. Las primeras semanas tras el retiro del fútbol fueron tranquilas para el Popi. Aprovechó diciembre para tomarse unas largas vacaciones en Brasil junto a su familia, incluidos parientes de Uruguay. Esta pausa de dos meses fue una experiencia inédita para él, ya que nunca antes había podido disfrutar de un descanso tan prolongado desde que empezó a dedicarse al fútbol profesional en los 2000. “Cuando arrancó el colegio de los chicos, había más tiempo vacío en casa y hasta ahora se extraña. Estoy yendo al gimnasio todos los días. Ahora que me metí en la representación de jugadores con una empresa que está en Uruguay, estoy ocupando un poco más la cabeza”, comenta a Ovación.

El retiro no es un evento que los futbolistas anticipen fácilmente. “El jugador de fútbol nunca ve el retiro cerca. Uno quiere estirarlo lo más que se pueda. Mi último club fue Guaraní en diciembre y hace un mes nomás que lo anuncié, así que me tomé mi tiempo”, reflexiona. A pesar de haber pasado toda su vida en el fútbol, sintió que había llegado el momento de colgar los guantes.

Anunciar el retiro fue una mezcla de emociones. Aunque no se sintió abrumado en el momento, todo cambió cuando publicó el video de la decisión. “Increíblemente, cuando subí el video, me empiezan a llegar mensajes de todos lados. Fue un día bastante duro y lindo a la vez también”, recuerda.

La vida después del fútbol

En la actualidad, el exfutbolista trabaja con Pablo Rivero y Hamilton Herrera, quien es amigo suyo y lo introdujo en el negocio de la representación de jugadores. Disfruta de su tiempo con sus hijos, llevándolos a sus actividades deportivas y participando más activamente en sus vidas. “Estoy disfrutando mucho de mis hijos, que juegan al fútbol y los llevo. Mi hija compite en patín, entonces tengo tiempo para esas cosas que antes no tenía”, explica.

En su nueva faceta profesional, ha comenzado a representar jugadores de diversos clubes. “A Rafael Haller, Emiliano Velázquez y Mateo Antoni. Aunque no lo creas, a Haller y Velázquez los acabo de conocer ahora en el hotel (durante la estadía de Nacional en Asunción para el partido de Copa Libertadores ante Libertad)”, comenta. Su enfoque, al momento de dedicarse a una actividad que considera “complicada”, se centra en la transparencia con los jugadores.

Rodrigo Muñoz y Marcelo Palau alentando a Nacional en Paraguay
Rodrigo Muñoz y Marcelo Palau alentando a Nacional en Paraguay.
Foto: Diego Domínguez

“Yo pasé por varios representantes, con algunos tuve problemas, con otros no, pero lo que me caracteriza es que quiero ser bastante claro y no estoy para ser avaro, ni hacer más dinero por un jugador”, puntualiza.

Aunque no extraña el fútbol como jugador, sí ha retomado el interés en verlo y jugarlo de manera recreativa. “Estoy jugando con Marce Palau que está acá; nos juntamos, vamos a jugar al fútbol. Los primeros meses dije ‘no voy a mirar fútbol’. No quería mirar fútbol paraguayo, ni uruguayo y no miré. Ahora cuando empecé con esto hace un mes y pico empecé a mirar de vuelta y me pica”, admite.

Una de las decisiones más difíciles fue optar por no regresar a Uruguay debido a la estabilidad y el arraigo de sus hijos en Paraguay. “Mi nena lleva 11 años en el mismo colegio, el varón más grande siete y el otro cinco o seis años. Se criaron acá, con todos sus amigos y era como cambiarles todo”, señala, destacando la importancia de la continuidad en la vida de sus hijos.

Lo de Cerro es algo que le prometí a mi abuelo que falleció, que tiramos las cenizas en el Tróccoli y que en algún momento iba a volver al club

A pesar de las oportunidades ofrecidas por Cerro y una promesa hecha a su abuelo de volver algún día, la familia fue su prioridad. “No fue una decisión fácil decir que no. Pero cuando uno tiene hijos, ellos están primero”, explica. Y concluye: “El club se portó bien conmigo, pero la familia puede más”.

Los recuerdos de su gran etapa en Nacional

De Nacional -camiseta que defendió de 2008 a 2012, con 104 partidos disputados- se llevó grandes recuerdos y amigos. “Pasaron buenos compañeros, el Morro (Santiago García), un personaje lindo; Seba Coates, Nico Lodeiro... Me tocó una época de una camada linda de Nacional, donde los tres años fueron bastante buenos. Disfruté mucho esa etapa que hoy en día la tengo guardada”, destacó Rodrigo Muñoz.

Respecto a la etapa más gloriosa que le tocó jugar en Nacional, alcanzando las semifinales de la Copa Libertadores en 2009, reflexiona: “No sé si fue un accidente. Yo creo que teníamos un equipazo. Todo el mundo dice ‘ah no, porque no jugaron contra los mexicanos por la fiebre porcina’. Pero creo que si hubiésemos jugado contra los mexicanos, hubiéramos ganado igual. Nos tocó Palmeiras, pasamos y la verdad hicimos una muy buena copa”.

 RODRIGO MUÑOZ 20111208 720x500

Los buenos momentos con el equipo Tricolor quedarán en su memoria y museo personal: “Tengo los zapatos, la camiseta y los guantes del penal que le atajé a (Diego) De Souza, en la segunda de las cinco finales contra Defensor. Si nos ganaban esa, por la ventaja deportiva salían campeones. Esa indumentaria la tengo guardada en el museo.

En relación al actual entrenador de Nacional, Álvaro Recoba, que también fue su compañero señala: “Lo tuve de compañero. Fue una excelente persona y ya se veía que tenía pasta como técnico. Es muy tranquilo. Todavía capaz que no ha logrado esa identidad que él quiere porque Nacional no está jugando bonito, pero sí logrando resultados. A la larga le va a tener que ir bien porque es crack”.

Y agrega: “A Bruno Piano también lo conozco. Son gente que quiere laburar y hacer las cosas bien. Están sacando resultados que es lo que sirve”.

Rodrigo Muñoz

Su cuenta pendiente

“Me moría por estar en la selección. Todo lo que tuve lo disfruté, que es lo máximo para un jugador”, señaló. Y apuntó: “El Maestro (Oscar Washington Tabárez), con el que estoy agradecido, me llevó a un Mundial, una Copa América, estuve en tres Eliminatorias, con muchos partidos, amistosos y todo era a su forma”. Sin embargo, con el DT jugaba un único arquero: “Te ibas a cualquier amistoso lejos y no cambiaba. Me tocó ir a Alemania, estuve en Jordania y el Maestro no cambiaba. Él lo dejaba muy claro: ‘Es un arquero y quiero que juegue porque tengo poco tiempo con ustedes’. No me tocó, pero es una espinita que quedó, pero igual a la selección la disfruté mucho”.

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