Enviados a Miami, Estados Unidos
El equipo de Ovación llegó al estadio tres horas antes de la final entre Argentina y Colombia por la Copa América. Los hinchas se cruzaban unos y otros y no había problemas. Pero cada vez más cerca del Hard Rock Stadium se percibía que el clima era extraño, que el ambiente estaba tenso. Y también se podía ver qué eran muchísimas las personas que pretendían ingresar al escenario, muchas de ellas sin boletos.
Después de que cerca de 15.000 fanáticos entraron, llamativamente las puertas se cerraron y se veía como no ingresaba ningún hincha. Ya adentro, se vio como un par de fanáticos con camisetas de Colombia quisieron entrar corriendo sin boleto, pero fueron atrapados por Policías que salieron a correrlos. Al mismo tiempo, muchos otros compatriotas intentaron seguir la corriente buscando entrar de cualquier forma: por arriba de las rejas, trepando muros y hasta se vio como un grupo de cafeteros buscó entrar por el sistema de ventilación del estadio. Algo irreal. Ese video -naturalmente- se hizo viral en todo el mundo.
La seguridad dio la orden que no se habilitara el ingreso de hinchas hasta que no hubiera certeza de que no entrarían fanáticos sin boletos. El tema o, mejor dicho, el problema, radicó en que a medida que fueron pasando los minutos cada vez más personas se fueron agolpando por las puertas de ingreso y a medida que se acercaba la hora del partido los nervios empezaron a invadir a todos. Ese hecho, sumado al intenso calor de Miami (32°), provocó el peor combo posible.
Mientras tanto, adentro del estadio se pasaban canciones, y los privilegiados que estaban adentro de nada se enteraron. Sí lo hicieron cuando vieron en la pantalla gigante que el juego se había retrasado inicialmente media hora. Era imposible comenzar después del caos que se desató en las afueras, con personas ingresadas desmayadas y escoltadas por la Policía, con niños llorando por varios lugares, con hinchas tirados en el piso pidiendo “aire” y con muchos más pidiendo agua, ya que estaban a punto de colapsar, apretados por las rejas.
Pudo ser una tragedia, pero por suerte no pasó lo peor. Lo que sí sucedió fue que varios hinchas tuvieron que ser asistidos por la Policía debido a la falta de aire, a desmayos y a golpes que sufrieron por la avalancha que se desencadenó
Había hinchas que intentaban meterse como se pudiera, y ahí la Policía los salía a correr. A los que agarraban, en algunos casos los golpeaban, y en otros solamente los esposaban. Finalmente las puertas se abrieron a la fuerza y mucha gente entró en avalancha sin entradas. Ingresó al estadio todo el que quiso. Eso generó que adentro hubiera más gente de la que debía y que en un momento se volvieron a cerrar las puertas, lo que desencadenó que fanáticos con tickets igualmente quedaran afuera, insólitamente mirando el partido por una pantalla gigante.
Adentro, todo tipo de inconvenientes, porque la mayoría de los hinchas se sentaron en lugares que no les correspondía, y cuando venía el que sí tenía ese lugar, se generaban las discusiones. A su vez, cuando ya iba media hora, entró la Policía y sacó a la fuerza a todos aquellos hinchas que estaban mirando el partido en la escalera.
Bochorno de la organización en la final de la Copa América. Un nuevo problema de seguridad y de fallas en el protocolo. Se tienen que hacer responsables. Al final, Bielsa no estaba tan equivocado, ¿no?
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