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Juan Pablo Rodríguez y una vida entre el Racing del fútbol profesional y la Liga Universitaria

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Juan Pablo Rodríguez en Racing Universitario. Foto: Liga Universitaria.

ESCUELITA DE LA VIDA

Dejó de jugar todos los fin de semanas con el grupo de amigos para poder continuar su carrera en el exterior, sin embargo, siempre supo que volvería a casa. Ahora pelea por el título.

Antes de debutar en la Primera División del fútbol profesional, la Liga Universitaria impregnaba los días de Juan Pablo Rodríguez de una combinación casi perfecta: fútbol y amigos.

El equipo, en el que también estaba su hermano Maximiliano Rodríguez, pasó a ser el grupo de personas con las que deseaba compartir todo. Antes de embarcarse en un proyecto jugó en Estudiantil Salteño, La Chacra y Defensor Sporting Universitario. Luego los hermanos refundaron Racing Universitario, pero la competencia en el primer equipo del otro Racing (tras su debut cuando corría el año 2001) no le permitió continuar jugando los domingos con aquel querido grupo.

Sin embargo, el atacante se hacía presente algún que otro fin de semana de forma secreta. No lo detuvo eso y tampoco lo hizo el Río de la Plata, porque cuando se fue a jugar a Estudiantes “se escapaba” un fin de semana cada tanto para ver o jugar con la que era casi su familia. Los siguientes pases significaron un salto más grande.

Venirse de Ecuador o México no era una opción y la continuidad que logró tampoco se lo permitía. Mucho menos cuando jugó en Arabia. Pero a donde fuese que jugara, Juan Pablo estaba seguro de algo: “Sabía que cuando terminara la carrera deportiva iba a seguir jugando con ellos”, confiesa el atacante, que hoy tiene 40 años y forma parte de la Pre Senior de elenco verde, que se desempeña en la categoría A y está entre los ocho que pelean el título.

Poco después de volver se recibió de ingeniero y, aunque le llevó “20 años”, está de acuerdo con mejor tarde que nunca. Cree que es necesario tener herramientas para los momentos malos, como las lesiones, o cuando uno deja de ser profesional. Ahora tiene un emprendimiento de etiquetas.

El diferencial de la Liga

Juan Pablo Rodríguez en la Copa de Campeones de Racing Universitario. Foto: Liga Universitaria.
Juan Pablo Rodríguez en la Copa de Campeones de Racing Universitario. Foto: Liga Universitaria / Carolina Passeggi.

Vínculos y viajes, a eso hace referencia si le preguntan qué le ha dejado jugar en la Liga, además de conocer a dos de los tres padrinos de sus hijos. “Más allá de seguir vinculado a la pelota, que es lo que me apasiona, me ha dado amistades que trascienden. Tengo mucho sentido de pertenencia”, explica el atacante, y añade: “Es una cultura, por más de que yo vivo muy intenso el fútbol, la Liga tiene algo más, el famoso ‘espíritu de liga’. Los valores que te inculca son diferentes a los de lo profesional, empezando porque acá pagás para jugar, es otra visión del deporte”.

En esta modalidad y pese a no disponer de mucho margen de entrenamiento, Racing busca ser competitivo y pelear la cima mientras mantiene el grupo de amigos.

El ascenso

Jugadores de Racing locos de la vida con el ascenso. Foto: Estefanía Leal.
Jugadores de Racing locos de la vida con el ascenso. Foto: Estefanía Leal.

Todo es felicidad en la familia Rodríguez: el Racing del fútbol profesional recuperó la categoría luego de dos años, ocho meses y 25 días y el ascenso fue “alegría bárbara”.

Pese a que no pudieron ver juntos el partido que los devolvió a Primera ante Sud América, Juan Pablo fue testigo del duelo con su hijo de seis, que ya es fanático del fútbol y este año inició el baby. También tiene dos hijas de 9 y 12, que “ya llevan a Racing dentro”.

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