Gritos, enojos, baboseadas y un segundo tiempo infartante: una tarde de alto voltaje en Liverpool vs. Peñarol

Los de la Cuchilla le volvieron a ganar a los Mirasoles, le dieron vuelta el marcador y quedaron segundos en la Anual. Un gol anulado en el final desató la ira de los aurinegros.

Leonardo Fernández y David Terans tras la derrota de Peñarol en Belvedere.
Leonardo Fernández y David Terans tras la derrota de Peñarol en Belvedere.
Foto: Leonardo Mainé.

Después de un primer tiempo aburrido, en el que prácticamente no hubo situaciones claras de gol, todo cambió para el complemento, que tuvo todo tipo de condimentos para el triunfo final de Liverpool 3-2 contra Peñarol por la quinta fecha del Torneo Intermedio.

Hinchas de Liverpool cantándole a los allegados y dirigentes de Peñarol que se iban cabizbajos y enojados por la derrota. Consejeros que seguían mirando incrédulos sus teléfonos, repasando las jugadas que ellos entienden que se los perjudicó. Otro dirigente gritando a los cuatros vientos “mejor no digo lo que pienso porque sino me van a llamar de Fiscalía”. Estados de whatsapp por doquier, denunciando arreglos en contra de los Mirasoles. Ese era el estado de situación en el Estadio Belvedere dos minutos después de que el árbitro Hernán Heras pitó el final del encuentro. Instantes después, los fanáticos de Liverpool que no podían salir del escenario saludaban y le cantaban al bus en el que se iban los futbolistas rivales a lo lejos.

“Que todos sepan que volvió Liverpool” escribió la cuenta de X de los negriazules junto a la foto de Kevin Amaro y Nicolás Vallejo después del tercer gol. Y no es para menos, porque los de la Cuchilla lograron dar vuelta el marcador, anotaron tres goles en 10 minutos y le volvieron a ganar a Peñarol, quedando en el segundo lugar de la Tabla Anual (a seis de Nacional) y dejando a los Mirasoles cuartos en la acumulada, a nueve del líder.

En el primer tiempo Liverpool abusó de la salida desde el fondo, perdió pelotas por el carril central con frecuencia y en varias ocasiones debió saltear líneas buscando a Abel Hernández, que hizo un trabajo magistral de pivoteo, ganándole los duelos a Javier Méndez. Igualmente, Peñarol fue quien se aproximó con más frecuencia, pero le faltó el último toque para incomodar a Sebastián Lentinelly. Un tiro libre de Leo Fernández provocó una estupenda atajada, pero en el rebote Maximiliano Silvera la mandó a guardar.

Maximiliano Silvera y el festejo de gol en el partido entre Liverpool y Peñarol.
Maximiliano Silvera y el festejo de gol en el partido entre Liverpool y Peñarol.
Foto: Leonardo Mainé.

Parecía un golpe fuerte para el local en la última del primer período, pero pagó con una moneda similar: un gol al comienzo del complemento, después de una buena jugada colectiva y un cabezazo de Hugo Quintana. Liverpool se envalentonó, empezó a encontrar los circuitos por afuera (una de sus virtudes) y los goles fueron cayendo, casi que al mismo tiempo que los importantes errores defensivos de Peñarol, como en la incidencia del tercer gol en la que quedó mano a mano Nicolás Vallejo después de un error compartido de Nahuel Herrera con Pedro Milans.

Nicolás Vallejo y el festejo tras el gol marcado en el partido entre Liverpool y Peñarol.
Nicolás Vallejo y el festejo tras el gol marcado en el partido entre Liverpool y Peñarol.
Foto: Leonardo Mainé.

El empate llegó, pero fue anulado a instancias del asistente Alberto Píriz tras varios minutos de revisión en el final del partido. Sea para un lado o para el otro, es una jugada muy fina, en la que el VAR de Antonio García confirma la decisión. Por ello, Ruglio explotó: “Dos partidos seguidos hasta inclinar y no les importa el tamaño del escándalo si el mandado está hecho”.

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