HISTORIAS DE COLECCIONES

Anticipándose incluso al lanzamiento oficial, que se producirá hoy, la demanda por el álbum Panini de Qatar 2022 ya superó las expectativas de sus responsables y promete batir el récord alcanzado en Rusia 2018, cuando se vendieron nueve millones de sobrecitos en el Uruguay.

Las figuritas ya llegaron a 20 mil de los alrededor de 25 mil puestos de venta previstos por Panini y la empresa distribuidora, Portezuelo, indicó a Ovación el gerente comercial de Panini en Uruguay, Nicolás Lerner.

El álbum llega con novedades, como las figuritas Extra, 20 jugadores sorpresa que vendrán por fuera del álbum en cuatro colores (bordeaux, bronce, plateado y dorado) y que en el futuro tendrán un valor adicional como coleccionables. Pero en su esencia mantiene el encanto de las viejas recopilaciones, aquellas que se pegaban con cola o se jugaban en el recreo después del momento de mágica incertidumbre al abrir cada sobre.

Existen figuritas sobre todos los temas, pero el vínculo con los mundiales de fútbol resulta especial, porque se refieren a un tema muy particular también. Y así fue prácticamente siempre.

Para la primera Copa del Mundo, en 1930, en este país circuló una colección de chapitas, pero no hubo figuritas de papel. En realidad, si bien hubo figuritas de papel, cartón o incluso tela con retratos de jugadores o motivos de fútbol desde comienzos del siglo XX, no se estilaba publicar un álbum para coleccionarlas: se guardaban en una caja o se pegaban en un cuaderno. El primer álbum de fútbol en Uruguay salió recién en 1933 con los diez clubes de Primera, más imágenes de los campeones de Colombes 1924, Amsterdam 1928 y Montevideo 1930. Respondió a una iniciativa de la fábrica de golosinas Glorieta.

Las figuritas, que inicialmente se vendían en las cajas de cigarrillos, algo asombroso si se considera que siempre tuvieron un importante público infantil, luego fueron el reclamo de los fabricantes de chocolatines, hasta que se independizaron como producto comercial.

Los siguientes dos mundiales, Italia 1934 y Francia 1938 transcurrieron sin álbumes en Uruguay. La costumbre regresó para Brasil 1950. El periodista y árbitro Nobel Valentini había iniciado una serie sobre fútbol y básquet llamada “Goles y dobles” y tras la conquista de Maracaná publicó uno conmemorativo. La característica predominante de estas colecciones, durante mucho tiempo, fue que salían luego de la disputa de la Copa del Mundo, por lo cual en sus cromos se presentaban jugadas de esos torneos.

Aquel Goles y dobles Extra de 1950 es un clásico de los coleccionistas y cada tanto aparece alguno en venta por Internet, a elevado precio. En la tapa aparecen los dos arqueros del plantel celeste, Roque Máspoli y Aníbal Paz, mirando el cartel oficial del torneo. Tiene formato chico y apaisado (22 cm de base, 13,5 de alto). Las figuritas son pequeñas (2,5 cm por 3,5) y para formar las imágenes, por ejemplo, los goles de Juan Alberto Schiaffino y Alcides Ghiggia a Brasil, era necesario armarlas como en un rompecabezas.

No hubo nuevos álbumes uruguayos hasta el Mundial de Inglaterra 1966, cuando aparecieron dos: Donald en el Mundial 1966, cuya tapa muestra al pato cayendo en paracaídas en el estadio de Wembley, y Londres 66, con una combinación de las banderas de los participantes y la Copa Jules Rimet.

El primero circuló antes de la Copa y mostraba a jugadores que estarían en Inglaterra, aunque solo algunos y sin distinción de nacionalidad. Era un producto de Disney, por lo cual sus personajes aparecían en las figuritas junto a los futbolistas. Londres 66, en cambio, salió luego del torneo y así ofrecía imágenes, de reducido formato, con escenas coloreadas de los partidos. Otra curiosidad; había un espacio para los periodistas y relatores uruguayos enviados a Inglaterra.

Para la siguiente copa otra vez hubo dos, con mayor calidad y formato que los de 1966: México 70 e Idolos 70. El primero presentaba fotos color de todos los planteles, presumiblemente tomadas de algún álbum extranjero, y una segunda parte con escenas coloreadas de la campaña celeste.

Idolos 70 traía diversas secciones, desde los escudos de los seleccionados que habían intervenido en las eliminatorias y los rompecabezas de todos los campeones hasta figuritas redondas de cartón con los rostros de los jugadores uruguayos de Primera “A”.

Para las siguientes copas del Mundo se pusieron a la venta colecciones nacionales pero con cromos tomados de colecciones extranjeras.

Luego fue el turno de Campeonato Mundial de Fútbol 1974, con el estadio de Berlín en la tapa y los jugadores de los 16 participantes, en general en dibujos.

Una novedad para la siguiente Copa: el álbum Argentina 78 fue publicado por La Mañana y El Diario, y las figuritas debían recortarse de ambos periódicos.

En 1982 hubo dos colecciones: El álbum de Naranjito, en referencia a la mascota de aquel Mundial, y España 82, que agregaba los jugadores del fútbol uruguayo (la Celeste no se clasificó aquella vez). Otro álbum local fue México 86, ya con Uruguay entre los participantes.

A nivel internacional, la casa Panini de Italia había iniciado en 1970 sus colecciones oficiales de los mundiales (una recopilación de aquellos álbumes, aunque impresa en formato “revista”, fue lanzada hace unos años por El País).

En 1990 y en acuerdo con Coca-Cola, produjo El álbum del Mundial. La singularidad fue que los sobres también eran numerados y se canjeaban por tapitas de refresco, por lo cual era posible llenarlo evitando las repetidas.

Panini instaló su representación en Uruguay en 2004 y dos años más tarde lanzó su primer álbum mundialista con Alemania 2006. El gran furor se inició en 2010, cuando la Celeste llegó al cuarto puesto final en Sudáfrica. Si bien la mayor parte de los sobres se vende antes del comienzo de cada Copa, está claro que el éxito deportivo termina de redondear el suceso comercial.

La especial fecha de Qatar 2022, que comenzará en noviembre en vez de junio como los torneos anteriores, determinó que se produjera una expectativa especial con esta edición del álbum de Panini, pues la fecha de salida habitual es tres meses antes del mundial. Eso multiplicó las consultas, dijo Lerner, que abarcó a interesados de todas las edades.

Este álbum tendrá 638 figuritas, que podrán pegarse en alguno de los 220.000 álbumes que se pondrán a la venta o se entregarán en promociones, con dos variantes (común o premium de tapa dura). Las figuritas Extra, en total 80, pues se trata de cuatro versiones de 20 futbolistas, representan una colección paralela, pero no se requieren para llenar el álbum. Y a eso se añaden las figuritas virtuales y las cartas.

“Las figuritas representan una experiencia que no conoce edad ni género y representa un vínculo emocional entre todos, los que coleccionaban álbumes de niños y hoy son adultos, y los niños del presente”, aseguró Lerner.