Lo que dejó el triunfo de Nacional 2-0 ante Wanderers: Carballo y Ocampo, dos socios de lujo para Suárez

Felipe Carballo, Brian Ocampo y Luis Suárez. Foto: Juan Manuel Ramos.
Angel, Asteggiante

TRICOLORES

El Pistolero no convirtió, es cierto, pero volvió a dejar en evidencia que se entiende muy bien con ambos.

Nacional se sacó de encima a Wanderers anoche en el Gran Parque Central casi que sin despeinarse. Le ganó 2-0 y cosechó un triunfo clave pensando en las dos tablas. El Bolso sigue líder en la Anual con seis puntos de ventaja sobre Liverpool y en el Clausura se mantiene a tres unidades del puntero River.

Los hinchas tricolores disfrutaron de una jornada redonda en el corazón de La Blanqueada porque estuvieron en presencia de la mejor versión del equipo con un Brian Ocampo sensacional y un Felipe Carballo totalmente determinante en el juego y en el área rival. Luis Suárez jugó otra vez de titular y estuvo los 90’ en cancha. No convirtió, es cierto, pero volvió a dejar en evidencia que se entiende muy bien con ambos.

Brian Ocampo. Foto: Juan Manuel Ramos.
Brian Ocampo. Foto: Juan Manuel Ramos.

El extremo recuperó la confianza e hizo lo que quiso. Ganó absolutamente todos los mano a mano, se hizo cargo de las pelotas quietas y jugó de memoria con el Pistolero como si llevaran juntos 10 años.

A los 3’ Ocampo le puso un centro perfecto a Lucho que se fue apenas a centímetros del poste. Luego, a los 15’ en un contragolpe, filtró una pelota en diagonal entre dos zagueros Bohemios para dejar a Carballo de cara al gol. El volante, de muy buen pie, definió sutilmente por encima del arquero Mauro Silveira.

En el complemento, el segundo gol lo armó en sociedad con el salteño. Pared en el borde del área para llegar hasta el fondo, tirar el centro atrás y dejar de nuevo a Carballo de cara al gol con el arquero ya vencido.

Felipe Carballo. Foto: Juan Manuel Ramos.
Felipe Carballo. Foto: Juan Manuel Ramos.

Suárez juega a otro ritmo, eso rompe los ojos. No tiene la potencia de temporadas anteriores, pero entiende el juego mejor que nadie. Se saca rivales de encima solamente acomodando el cuerpo y devuelve todas las pelotas a un toque aprovechando la velocidad de sus compañeros.

En ese funcionamiento, los que mejor lo entienden son justamente Ocampo y Carballo. Si bien tienen características diferentes y no comparten la misma posición en la cancha, tienen varias cosas en común: se anticipan muy bien a las jugadas ganándole segundos a sus rivales y tienen un guante en el pie.

Si está con confianza como ayer, Ocampo demostró que es el jugador más desequilibrante del medio local en el uno contra uno.

Luis Suárez. Foto: Juan Manuel Ramos.
Luis Suárez. Foto: Juan Manuel Ramos.

Lo de Carballo es ya más sostenido en el tiempo. Un volante totalmente moderno que marca y hace jugar a sus compañeros y que encima llega con mucha facilidad al gol. En este Uruguayo, sin ir más lejos, ya acumula siete gritos. Una cifra altísima para un mediocampista. En otra época de la selección, cuando no abundaban los jugadores de estas características, hubiese sido un número puesto. Ligó “muy mal” en ser contemporáneo de tal vez la generación de volantes más talentosa de los últimos tiempos.

Nacional ganó, y con el clásico a la vuelta de la esquina, encuentra su mejor versión. Suárez tiene a sus dos socios y sigue creciendo.

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