Enzo Scorza dejó el fútbol, es intermediario y fue responsable de la llegada de una figura clave a Peñarol

El habilidioso exdelantero tiene una nueva vida en el retiro pero que lo mantiene cerca del fútbol: conecta futbolistas con equipos.

Compartir esta noticia
Enzo Scorza en su escritorio en Rivera en 2023
Enzo Scorza en su escritorio en Rivera en 2023.
Foto: Cortesía

por Mariana Malek
Enzo Scorza está instalado en Rivera, está casado y tiene dos hijos: uno de 7 y otro de dos meses y medio y lleva la vida fuera de las canchas con alegría. La carrera del futbolista, en su etapa de actividad, usualmente implica vivir lejos de donde uno nace y no permitirse disfrutar de ciertas cosas. Hoy, el exfutbolista de 35 años, valora juntarse a comer asados, estar con la familia o jugar al truco.

Aquella joven promesa que deslumbró tanto en Danubiocomo en las selecciones Sub 17, Sub 20 y que llegó a debutar en un partido amistoso con la selección mayor no tuvo la carrera soñada. Sin embargo, sí consiguió jugar algunos años en el exterior y volvió para encontrar otros caminos.

Enzo Scorza junto a su esposa y dos hijos
Enzo Scorza junto a su esposa y dos hijos

En la actualidad el fútbol no le es ajeno. Cuando en 2018 volvió de jugar de Rosario de Guatemala fue consciente de que probablemente ya no lo haría profesionalmente. Entonces empezó a probar con lo otro que le gustaba, ser intermediario. Se asoció con Jonathan Castillo y arrancó con juveniles y logró llevar algunos de Rivera a equipos profesionales de la capital gracias a sus vínculos personales con Liverpool, Cerrito, Danubio y River.

Sin embargo, en esta temporada logró el fichaje más importante de su breve carrera en la intermediación: fue uno de los responsables de que Sebastián Rodríguez se sumara a Peñarol.

“Yo trabajo con Jonathan Castillo y él justamente por intermedio de un amigo, muy allegado a Sebastián Rodríguez, se enteró que quedaba libre en Emelec y estaba buscando equipo. Me lo comentó y como tenía llegada a Nacho (Ruglio), con quien tengo muy buena relación, al igual que con Pablo Bengoechea, hice la propuesta. Hablé directo con Nacho, le dije que era un jugador interesante, con un recorrido bárbaro, hizo seis o siete goles en la Libertadores y que me parecía que calzaría justito para Peñarol”, detalló Scorza a Ovación.

Sebastián Rodríguez.
Sebastián Rodríguez.
Foto: Juan Manuel Ramos.

Y añadió: “Se fue dando, justamente al técnico le gustó porque estuvo en Ecuador y lo conocía. Le gustó, le pareció interesante y bueno, aunque la negociación no fue muy sencilla, por suerte se pudo dar y quedaron contentas las dos partes”.

El fin de semana, Scorza festejó el campeonato obtenido por los aurinegros celebrando el buen rendimiento del mediocampista porque entiende que también fue importante para su carrera como intermediario. “Mi idea es llevar buenos jugadores a equipos grandes, equipos chicos a donde sea pero que sean buenos, cosa que te rindan y todo para quedar con las puertas abiertas ya que recién estoy comenzando”, subrayó.

“Aparte de haberlo colocado en Peñarol, quedé muy feliz porque tanto él como Matías Arezo, fueron piezas fundamentales. Me quedé orgulloso porque es el primer jugador que coloco en un equipo grande y le va bien. Me quedo contento porque me quedé con las puertas abiertas”, continuó.

Su vínculo con Pablo Bengoechea e Ignacio Ruglio tiene ya algunos años. “Con Pablo hace tiempo tenía relación, de Rivera porque justamente él es de acá y siempre charlábamos. Después él estuvo en Perú, yo estuve jugando en Perú y charlamos también tenemos una relación, siempre bien. Con Nacho Ruglio tenemos una relación por intermedio de un amigo. Me pasó su número, me dijo que era muy buena gente y empezamos a conversar. Hace un par de años, yo le había ofrecido al jugador argentino Mauro Zárate, también a Maxi Silvera de Cerrito que por X motivo no pudieron llegar y de tanto insistir, ahora se dio con Sebastián”, reveló.

Además de su trabajo con Castillo, el exdelantero trabaja con el ex-Peñarol Walter López, quien dejó la actividad profesional, está radicado en Italia y hoy es representante.

Pero intermediar en el mundo del fútbol no es lo único a lo que se dedica, también está trabajando en Rivera donde acerca inversores con campos, frigoríficos e incluso trabaja en la industria forestal. Es lo que le gusta, confesó, acercar las partes y luego llevarse una comisión.

Recuerdos y revanchas.

A principios de siglo, Enzo Scorza sorprendía en las canchas con su habilidad: era chiquito, rápido y con buena pegada. Eso lo llevó a ser parte de la selección Sub 17 que salió tercera en el Sudamericano de su categoría y que luego conseguiría el segundo puesto con la Sub 20. Aquella generación era la misma en la que estaban Damián Suárez, Gary Kagelmacher, Mauro Goicoechea, Mathías Cardacio, Edinson Cavani y Luis Suárez. Una generación dorada.

“Jugamos el primer Sudamericano que se hizo Sub 15 y salimos terceros. Prácticamente esa fue la base de la 17. Arrancamos con 14 años y terminamos con 20, vivimos seis años en el Complejo Celeste, era como una familia y fue un proceso muy lindo”, recordó de aquel entonces.

Edinson Cavani, Juan Surraco, Marcel Román y Enzo Scorza en una práctica de la selección uruguaya.
Edinson Cavani, Juan Surraco, Marcel Román y Enzo Scorza en una práctica de la selección uruguaya.
Foto: Archivo El País

Con algunos sigue teniendo contacto: hace algunos días Damián Suárez le envió su camiseta del Getafe a través de un amigo y con Edinson Cavani mantuvo el vínculo durante algunos años. También habla mucho con Mauro Goicoechea, que está jugando en Danubio. “Teníamos un grupo de la Sub 17 y lo seguimos teniendo que es muy lindo “, indicó.

En 2005, su buen rendimiento lo llevó a ser citado a la selección de Uruguay mayor por Jorge Fossati y de eso nunca se olvidará: “La selección es lo mejor que le puede pasar a un jugador. También el hecho de jugar Copa Libertadores, Sudamericana con Danubio son cosas que me marcaron en mi carrera”, detalló el futbolista.

Enzo Scorza en Danubio en 2008.
Enzo Scorza en Danubio en 2008.
Foto: Archivo El País

En tanto sobre Danubio, equipo con el que salió campeón uruguayo en la temporada 2006/07 y del que se fue en malas relaciones por un conflicto entre los dirigentes con el Grupo Casal, aseguró que en su momento habló las cosas con Arturo del Campo y todo quedó aclarado. Entonces él “era un chiquilín” y hacía lo que le indicaba su representante. Sin embargo, le hubiese gustado seguir con el idilio que tenía con la hinchada y confesó que todavía siguen escribiéndole.

En 2020 pudo tener su revancha con La Franja, pero no se dio: “Estuve a punto de volver a Danubio con Leo Ramos antes de que descendiera. Pero sinceramente yo estaba bien físicamente, pero no venía con tanto ritmo de fútbol y Danubio necesitaba un futbolista para jugar enseguida”, explicó.

Y concluyó: “Yo quería ir, quería ir porque quería una revancha y para demostrarle a Danubio. Quería estar bien y traté de ser honesto como siempre me manejé y lo hablamos, se supo entender todo y al final no terminé arreglando”.

Por ahora, Scorza está en Rivera, pero no descarta en un futuro instalarse en Montevideo en caso de que su rol de intermediario progrese. Está feliz con su nueva vida, ahora desde afuera de la línea de cal.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar