El desconocido gesto de Nicolás Lodeiro en la residencia de juveniles de Nacional: visita y un regalo sorpresa

No hubo cámaras ni anuncio en redes. Fue una visita discreta, de esas que valen más por lo que dejan que por lo que muestran. Hace dos semanas, Nicolás Lodeiro se acercó al mediodía a la residencia de juveniles de Nacional, en el Gran Parque Central, tras una invitación sin compromiso alguno.

Su llegada fue completamente espontánea. Mauricio Vieira, quien actualmente es asistente técnico de Séptima y colabora en el hogar, lo conoce de su época de juvenil y le contó del proyecto, que está en plena obra y, entre otras cosas, pretende generar un espacio recreativo debajo de una de las tribunas del estadio.

Lodeiro, al enterarse, no dudó en ofrecer su colaboración. “Le mostramos que queríamos hacer un espacio recreativo abajo de la tribuna y enseguida nos dijo: ‘Yo tengo una teqball’, y ofreció donarla”, contaron desde el área formativa.

Pasaron algunos días hasta poder coordinar la entrega. Finalmente este martes la mesa quedó instalada y a disposición de los chicos. El personal de la residencia consiguió un sector con césped sintético y allí colocaron el nuevo elemento, que ya empezó a usarse.

Juan Manuel Ramos/Archivo El Pais

El teqball —una mesa curva en la que se juega con pelota de fútbol— se suma al proceso de mejoras que atraviesa el hogar, donde viven varios de los futbolistas juveniles que comienzan su camino en Nacional.

Uno de ellos es Agustín Dos Santos, el mediocampista de 17 años que el sábado fue titular ante Cerro Largo con Primera División, tiene a su madre en Salto y a su padre jugando en Ecuador. Pero también residió Gonzalo Petit, hasta que se mudó con su hermano a un apartamento propio.

Los padres del actual jugador del Betis, en agradecimiento a la experiencia que vivió su hijo, también aportaron lo suyo cuando, meses atrás, colaboraron con una mesa de ping pong.

Foto: Francisco Flores.

Lodeiro conoce bien lo que significa ese lugar. Él también fue residente en su etapa como juvenil, primero cuando Nacional alquilaba un espacio en la Ciudad Vieja y luego cuando la residencia funcionaba sobre la avenida 8 de Octubre. Su gesto fue una manera de devolver algo de lo que el club le dio.

Desde la residencia planean invitarlo nuevamente para compartir una jornada con los juveniles y, claro, estrenar la mesa juntos. El espacio, mientras tanto, sigue renovándose: además de las reformas edilicias, se cambió todo el mobiliario de colchones, sillas, se incorporaron juegos de patio para los momentos de ocio y están trabajando en el recambio de camas, que pasarán a ser todas de metal en lugar de madera.