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Darwin Núñez hizo un hat-trick en un partido que solo duró 45' porque el rival abandonó

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Darwin Núñez celebra uno de los goles en el Benfica-Belenenses. Foto: AFP.

PORTUGAL

Belenenses salió a la cancha solo con nueve jugadores por casos de COVID-19 en el plantel y tras un primer tiempo que terminó 7-0, no disputó el complemento.

Darwin Núñez celebra uno de los goles en el Benfica-Belenenses. Foto: AFP.
Darwin Núñez celebra uno de los goles en el Benfica-Belenenses. Foto: AFP.

La pandemia del nuevo coronavirus sigue dejando escenas casi surrealistas, como la vivida este sábado en la liga portuguesa, con el Belenenses, diezmado por un brote de covid-19, enfrentándose al Benfica con solo nueve futbolistas, en un partido finalizado al descanso cuando las 'Aguilas' ganaban 7-0.

El encuentro entre el gigante lisboeta (tercero en la clasificación) y el modesto Belenenses, que lucha por mantenerse en la élite, estuvo en duda por los numerosos casos de covid-19 (14) que han afectado al plantel y a varios miembros del cuerpo técnico de los 'Azules', que comenzaron el partido con solo nueve jugadores y con Joao Monteiro, habitual arquero, de jugador de campo.

"Fue una vergüenza el jugar aquí esta noche", criticó tras el partido Rui Pedro Soares, el presidente del Belenenses que tampoco contó con futbolistas en el banco de suplentes.

El que sacó ventaja de esta situación fue Benfica que a los 24 segundos ya ganaba 1-0 y como si fuera poco por un gol en contra. El uruguayo Darwin Núñez mostró todo su poderío ofensivo y anotó tres tantos.

Con los tres goles, llegó a ocho tantos en 10 partidos disputados en la actual liga de Portugal y que se suman a los tres que lleva anotados en la actual UEFA Champions League.

Tras el descanso, solo saltaron a la cancha siete jugadores y uno de ellos se tiró al suelo, supuestamente lesionado, nada más comenzar, obligando al árbitro a dar por concluido el encuentro al no contar el equipo local con el número mínimo de jugadores exigido para jugar (7).

"La Liga es una vergüenza" cantaron los escasos aficionados presentes en las gradas para despedir a los protagonistas del grotesco partido.

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