Minutos antes de ingresar en el evento de presentación de las nuevas comisiones de FIFA, que también incluyó la gala de premiación de The Best, de la final de la Copa Intercontinental y de la Copa Árabe, Alejandro Balbi atendió a Ovación e hizo su análisis del año que vivió en Nacional.
En este sentido, reveló qué sintió al ver a la familia de Juan Izquierdo celebrando el título en el Gran Parque Central y se refirió al "ataque desleal" hacia Sebastián Coates.
También elogió a Maxi Silvera y destacó una actitud de Ricardo Vairo.
- ¿Cuál es tu labor actual en FIFA y cómo congenia con la de Ignacio Alonso, Andrea Lanfranco y Eduardo Ache?
- La diferencia es que Nacho Alonso está en el órgano máximo de la FIFA, que es el Consejo de la FIFA, el órgano conductor de los destinos de la federación, y tanto Eduardo Ache, Andrea Lanfranco y yo estamos en Comisiones Asesoras, lo que se llama standing committees, que son comisiones permanentes. A partir de una reforma del año pasado en el Congreso 2024 de la FIFA se ampliaron las comisiones, se subdividieron tareas y lógicamente ahora hay más comisiones y más puestos de trabajo. Yo volví a repetir la comisión porque ya estaba desde el 2017 en la anterior comisión de grupos de interés y bajo otro presidente. Ayer fue la reunión con el nuevo presidente y no conocía a ningún compañero, salvo al presidente de la Federación Colombiana, Ramón Jesurún; a los demás personalmente no los conocía.
- Pasando al mundo Nacional, después del fallecimiento de Juan Izquierdo fuiste una de las personas que estuvo de forma incondicional apoyando a su familia, ¿qué te generó verla celebrar el título de campeón uruguayo en el Gran Parque Central?
- Mucha emoción porque teníamos un sentimiento muy contenido desde el año pasado, los jugadores, los dirigentes y en mi caso como expresidente, que me tocó vivir de las cosas más difíciles o la más difícil en mi vida de dirigente de fútbol como fue la desaparición de Juan. El título, si bien desde el punto de vista deportivo era muy importante porque hacía dos años que no salíamos campeones, me parece que tenía un componente emocional para todos, que llevaba a interpretar que sí o sí ese título y esa copa se tenían que quedar en el Gran Parque Central, en casa. Por suerte se pudo cumplir y ver a los padres de Juan, a su esposa Selena, a sus dos hijos, (incluyendo) al que casi no conoció y tenía una semana o 10 días de vida cuando Juan falleció, fue una emoción terrible, muy profunda. También para Diego Polenta, que era el capitán en esa época, y Seba Coates, que no era, pero era como si lo fuera junto con Diego. Fue una emoción muy grande y de esas cosas tristes, pero que le hizo una caricia al alma a esta gente que sufrió, sufre y va a sufrir mucho la pérdida irreparable que tuvieron.
- Ricardo Vairo le contó a Ovación que las conferencias de prensa antes de las finales fueron parte de la estrategia de comunicación para hablarle a un público específico, ¿cómo la diseñaron?
- Es parte de la habilidad y del tacto del presidente, que aparte es especialista en comunicación, y ya venía penando un poco… y digo penando porque le costaba bastante controlar determinadas formas de comunicación. Llegamos a un momento en el que se decidió guardar silencio, ahí Ricardo me parece que escuchó a los más experientes, como el caso de los expresidentes y algún dirigente más, y ahí nos llamamos un poquito a silencio, que después se interrumpió con una conferencia de prensa de Ricardo y de Flavio Perchman. Y después llegó mi turno, que ahí Ricardo me propuso a nivel de directiva que fuera el vocero de la conferencia para que, en un momento bastante álgido del campeonato y de mucha tensión política, sea la voz cantante del club. Siempre dije que soy un soldado de Nacional, estuve en la cúspide como presidente y hoy estoy como el último dirigente y siento la misma pasión de trabajar por Nacional como el primer día. Fui a donde me llamaron y es un terreno donde me siento cómodo. Creo que lo hice bien y fui felicitado por todos mis compañeros. En definitiva, se le comunicó a la gente que tenía que escuchar lo que Nacional pensaba en ese momento.
-¿De qué forma creés que te recuerda el hincha de Nacional por tu paso como presidente?
- Es muy gracioso porque yo después leía algún comentario que me hacían llegar y decían: 'Ah, bueno, volvió el Balbi combativo que conocimos', lo que pasa es que uno atraviesa distintas etapas a nivel dirigencial en el club. No es lo mismo ser delegado, donde yo me crié, entre comillas peleándome permanentemente con todo el mundo y defendiendo los intereses de Nacional. Después fui dirigente, dos veces vicepresidente y una vez presidente. Lógicamente hasta hace prácticamente un año era presidente y, cuando uno lo es, tiene que medir mucho más las cosas que dice y que hace que cuando no lo es, esa es la realidad. Porque ser presidente de Nacional es lo máximo y, cuando habla el presidente, todo el mundo para la oreja. Cuando era presidente me parece que tenía que guardar alguna compostura más cautelosa que hoy no es tan necesaria al ser un dirigente común y corriente, por eso fue quizás un discurso bastante más combativo, más confrontativo, y era lo que Nacional precisaba en ese momento. Creo que, como dicen los jugadores, estuve a la altura de las circunstancias, ja.
- Más allá del contenido de la conferencia, ¿cuál fue el legado que dejaste en Nacional?
- Yo creo que fui un presidente que me tocó de las cosas más difíciles que le puede tocar a un presidente, que fue que se le murieran dos personas al lado, una precisamente era el presidente anterior (José Fuentes) y otro un jugador del plantel (Juan Izquierdo). En la historia del fútbol creo que no hay ese tipo de situaciones tan particulares y a mí me golpeó muchísimo, pero pude sobrellevar mi presidencia porque tuve grandes compañeros, y no quiero olvidarme de ninguno, pero me hicieron llevadera la presidencia. Naturalmente que me quedó alguna materia pendiente, como haber salido campeón uruguayo, que no lo pudimos hacer en los años que fui presidente, pero por otro lado me quedo deportivamente con que no perdí un clásico y los gané casi todos, sobre todo los del Gran Parque Central, que eran los más importantes, donde más obligación podía tener. Y bueno, como todo en el fútbol, siempre hay de las buenas y de las malas.
- Hablaste de una cuenta pendiente, ¿soñás con volver a ser presidente y cumplir el deseo de ser campeón uruguayo en ese cargo?
- No, creo que es una etapa cumplida y uno tiene que aprender a darle lugar a la gente que viene con mucha más fuerza. Yo llevo muchos años en la dirigencia y no digo de alejarme, pero el ser presidente implica dedicarle todo el día al club, yo todavía sigo trabajando en mi profesión de abogado y lo hago muy contento porque tengo mucha pasión por la abogacía. En ese sentido, trabajo día a día, y cuando sos presidente tenés que dejar tu trabajo de lado lamentablemente. Y uno va madurando, llegando a otros lugares como puede ser un cargo en Conmebol y en FIFA, que tienen otro tipo de obligaciones, más light, más protocolares y de diplomacia que otra cosa. Puedo seguir aportando como dirigente, como le pude aportar este año a Ricardo Vairo y a los compañeros, y yo siempre voy a estar contento, pero si me toca verlo de afuera, bueno, alguna vez tendrá que ser, ¿no?
-Hay cierto optimismo en la interna de Nacional con abrochar a Maxi Silvera, ¿te gustaría que arribara?
- Sí, me gustaría porque es un muy buen jugador. No tengo idea cómo están las negociaciones porque lógicamente eso en forma natural lo maneja la mesa chica. Ojalá que se dé porque me parece un gran jugador. Escuché por ahí que muchos lo definen como el Cavani de Tabárez en aquella selección donde Edi hacía el trabajo a destajo, jugando de todo, atacando y defendiendo como si fuera un volante de marca. Y creo que Maxi Silvera, salvando las distancias, es un jugador de esa característica y ojalá que pueda seguir enriqueciendo al plantel de Nacional, que ya de por sí es muy bueno.
- ¿La incorporación de César Araújo la ves posible o es compleja por su juventud y la calidad que tiene?
- Nosotros a César Araújo ya con Sebastián Eguren lo veníamos buscando desde la época de nuestra presidencia, pero yo lo veo difícil desde el punto de vista económico, esa es la realidad.
- En un momento complejo de la temporada para Nacional, tras sufrir la goleada clásica, hubo críticas hacia el tipo de liderazgo de los capitanes de Nacional, ¿qué opinión tenés al respecto?¿Fueron justas o no?
- Estoy muy orgulloso de los capitanes que me tocaron cuando era presidente y siguen estando en Nacional ahora, aunque Mauricio Pereyra se retira. Son personas que hacen mucho por el club, y de repente cosas ocultas que el hincha común no lo sabe, y a veces ni la prensa. Me parece que se fue muy injusto, sobre todo con Sebastián Coates cuando se retiró Diego Polenta porque obviamente tenía otro estilo de capitanear el club, pero siempre respetando a Diego y la forma de ser, que es muy personal de cada uno. Creo que Nacional tiene el lujo de contar con personas como Seba Coates, Luis Mejía, Mauri o Diego Polenta, o tipos de la casa como Nico Lodeiro que ha venido, y es un muchacho más silencioso, pero siempre que habla aporta lo suyo; eso me parece que es muy importante. Es gente que quiere al club, lo conoce muy por dentro y de repente no entraron en polémicas innecesarias con cierta parte del periodismo. En su momento fueron atacados de forma injusta y hasta desleal.
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