Leonardo Zylbersztein, el director técnico que participó de los cuatro títulos de Liga Uruguaya de Hebraica Macabi (tres como DT y uno como asistente), charló con Ovación: se refirió al legado que deja en sus equipos más allá de la obtención de un trofeo, qué proyecta para la siguiente temporada y por qué fue clave que el nivel colectivo alcanzara el de Luciano Parodi, su máxima figura y MVP de la competencia.

- Fue mucho más. Fue un año especial, volví al club con la idea de los dirigentes de tener una unión como la del último torneo. A nivel sentimental me tocó perder a mi papá y también era un desafío desde ese lado poder lograr ese objetivo. El trabajo ya era muy bueno, pero ahora es excelente. Es una satisfacción interna por el camino recorrido, que es lo que gratifica.

Foto: Estefanía Leal.

- Lo felicité, le di la bienvenida a la Liga Uruguaya nuevamente y se reía, ja. Como entrenador y conociéndolo voy a querer siempre lo mejor para él. Si eso es volver a estar nuevamente será lo mejor, y si le surge algo de afuera voy a ser el primero en recomendarle lo que necesite.

Foto: Estefanía Leal.

-Él está muy cómodo acá, una de las cosas que quería era reencontrarse con la familia y los amigos. Él eleva al resto, lo escuché y estoy totalmente de acuerdo: el camino y el día a día fue muy fácil porque el equipo se comprometió a trabajar a su ritmo. Fue una de las cosas que dijimos al principio: que al equipo lo íbamos a intentar elevar al nivel de Luciano, y no al revés.

- Lo más importante es ser auténtico, ser uno mismo. La vida te va poniendo obstáculos y el deporte es exactamente igual. Como les digo a mis jugadores: ganando no estoy eufórico, y perdiendo no estoy quince metros debajo de la tierra. Este equipo entendió que ganando o perdiendo tenía que hacer el mismo trabajo. Que a la larga hay situaciones que hay que transitar y resolverlas, muchas con sentido común; otras con soluciones rápidas para que los jugadores se sientan cómodos nuevamente. Y fue lo que nos pasó.

Foto: Estefanía Leal.

- Mientras respondo estoy mirando la réplica que me dieron de la copa para tenerla de recuerdo, y obviamente que es muy lindo, es parte de la gloria que le va a quedar a uno y no se la va a quitar nadie. Ya no es lo económico lo importante, sino quedar en la historia de los equipos. Recibí muchos mensajes de gente de Nacional (llegó a una final allí) y eso me reconforta como DT porque uno sabe que ha dejado algo en otra institución sin ganar.

- Ahora es momento de descansar, ver cuál es la intención del club, sentarnos y proyectarnos porque a partir de septiembre ya tenés que estar entrenando para la Liga. Estos tres meses trataré de mejorar como entrenador y, si Dios quiere, nos encontraremos con los jugadores en setiembre. La idea es mantener a todo el plantel, pero en el medio hay muchas situaciones.

- El club tiene 84 años y creo que hay muchos más símbolos que yo desde el lugar de entrenador de básquetbol. Sí me tocó ganar; Macabi nunca había logrado un bicampeonato y lo pudimos lograr. De los siete títulos me tocó estar en uno como asistente y en tres como entrenador, entonces uno también se siente parte de la historia del club, y eso quedará marcado por mucho tiempo y el recuerdo siempre va a estar. Me siento como alguien importante en una rama importante para el club y siempre con el objetivo de seguir logrando cosas; es un poco el espíritu que tiene cada individuo de ir siempre por un poquito más.