De Albatros de pura cepa: los Ellis lideraron al Ave a ascender a segunda tras 24 años después

Fue el último de los últimos tres veces entre 2012 y 2018. Pero la pandemia empezó a torcer la historia del club, al apostar por lo edilicio. Su presidente es Matías Ellis, él y su familia estuvieron ligados a Albatros toda su vida y le contó a Ovación cómo cambió todo: “La transformación inició en 2020, cuando hicimos el cerramiento de la cancha. Nos salió tan bien que ahí salió el piso flotante, lo financiamos con venta de metros cuadrados, colectas. Al año siguiente explotó el club social. Ahora podemos darle actividades a todas las franjas etarias, pasamos de 120 socios a 700”.

El cambio del club de Luis Alberto Herrera fue notorio, de jugar a cancha vacía, a no tener lugar para la gente: “Hace tres años venimos aumentando la capacidad, para arriba no podemos subir más la grada, no sé si podemos aspirar a poner otra en otro lado”, dijo Matías. Además, recordó su etapa como jugador: “A los 12 años con mis compañeros de generación dijimos que íbamos a ser dirigentes y ascender. Integramos ese plantel que ganó un partido”.

El que vivió el ascenso de manera muy especial fue su hermano: Nicolás. El DT fue expulsado en el juego anterior y tuvo que vivirlo junto a los hinchas: “Hasta faltando cinco minutos estaba en mi casa, porque lo tenía que ver ahí. Pero el veedor aceptó que vaya si estaba en silencio, sin ningún contacto con el cuerpo técnico. Lo vi el partido en mute. Al lado de mi hermano, de mis padres”.

Nicolás tuvo que dar el paso adelante como entrenador ante una renuncia: “Si no dirigís se nos caen los sponsors’ me dijo el presidente. Después de ese partido, los referentes me dijeron que lo mejor que nos podía pasar es que estuviera yo, y ahí arrancó un proceso largo. “Nunca había visto a Albatros en Segunda, no tengo ningún tipo de recuerdo. Fue mi sueño cuando empecé a dirigir”, agregó. Con limitaciones, Nicolás contó cómo generar el sentido de pertenencia con el basquetbolista: “Hacemos que los jugadores disfruten de estar acá, que sepa que acá los vamos a tratar como parte de la familia, tratamos de motivar y de que todo lo que tenga lo dé. El jugador es una persona y si vos le das el cariño, la responsabilidad y la confianza, te termina dando el otro también”.

Con ese sentido, el Ave se ilusiona con volar alto, pero con cautela, con objetivos cortos, que lo posicionan hoy en una zona llena de clubes, unos metros más arriba. Albatros venció a Olivol y ahora jugará la final ante Sayago.