Es una idea muy positiva la de votar una ley que permita deportar a los presos extranjeros que cumplen penas en Uruguay. Los datos muestran que se trata de un número no menor, y cuyo mantenimiento cuesta millones al fisco nacional. Además de ocupar espacio que no sobra en nuestras cárceles. De hecho, eso es una política habitual en muchos países de la región y el mundo. No parece que haya motivo alguno para que los partidos se nieguen a votar esa ley.