Promotor de acuerdos | Montevideo
@|Estamos pasando por una etapa de la realidad nacional en la cual parecería que los plebiscitos o referéndums son la fórmula para llevar adelante definiciones de variada índole.

Se concreten o no en la práctica – además del ya casi confirmado evento relacionado con el planteo de inclusión en la Constitución de temas relacionados con el sistema de previsión social – se ha hablado de la habilitación de allanamientos nocturnos, la reestructuración de deudas de personas físicas, la designación del Fiscal General, la forma de designación de funcionarios públicos y otros.

Si bien las circunstancias de plebiscitos pueden variar de un país a otro, dependiendo del sistema político, de la cultura ciudadana y de la sensibilidad de los temas en discusión, entre otros factores; a nivel internacional es más frecuente que las temáticas se refieran a reformas constitucionales de fondo, acuerdos de paz, asuntos territoriales, consideración de movimientos separatistas o independentistas, privatización de empresas públicas, entre otros.

Precisamente, en estos días, uno de los candidatos presidenciales hizo mención de “una plebiscitis general”. La referencia tiene precisamente que ver con la cantidad y la variedad de temáticas que se pretenden incluir en las intenciones de consulta popular.

Detrás de ellas, existen motivos político-partidarios, elementos de presión de organizaciones sociales, pretensiones de manipulación de la ciudadanía, etc.

Sería bueno buscar acuerdos sobre los grandes temas nacionales por parte de los principales protagonistas de la vida política del país por la vía del diálogo y de la negociación.