@| El Ministro de Defensa, señor Bayardi, la semana pasada en un programa de TV, a propósito de la crisis venezolana, nos dice, sacando el pequeño librito azul, “se podrá discutir muchas cosas, pero es un régimen constitucional”.
No sabemos si el señor Bayardi tiene idea de lo que afirma. Pues precisamente si hay algo de lo que carece ese régimen es de legitimidad.
Para empezar nomás a fines del año 2015 cuando el régimen pierde en forma abrumadora las elecciones de la Asamblea Nacional (Legislativo,
67 % 112 escaños de 167 para la oposición), no se le ocurre mejor idea que cambiar los jueces del Tribunal Supremo de Justicia en diciembre del año 2015 por otros jueces más títeres de los que ya había. Como ya no se podía hacer nada, y esa elección no se llegó a tiempo para fraguarla, se les ocurrió cambiar los jueces. Y de ahí en más se declararon nulas todas la leyes emanadas de la Asamblea, representante legítima de la ciudadanía y además se declara a la Asamblea en rebeldía. Pero como la Asamblea pese a amenazas policiales, militares, detenciones y retiro de inmunidades de los parlamentarios y hasta secuestros y torturas, insistía, el régimen “constitucional” según Bayardi, inventa una Asamblea Constituyente completamente inconstitucional, formada solo por personas afines al régimen y puesta por encima de la legítima Asamblea Nacional. Esto sin contar de todos los manejos ilegítimos del Tribunal Nacional Electoral afín al gobierno, las elecciones fraudulentas sin la oposición, la persecución de opositores, el secuestro y la tortura de disidentes en forma sistemática incluyendo unos cuantos conspicuos ex integrantes del chavismo. La idea del chavismo es asegurarse el poder en forma perpetua, manejando por un lado el Tribunal Supremo de Justicia y por el otro lado el Tribunal Nacional Electoral. Y mal no han hecho los cálculos a juzgar por los 20 años que vienen sometiendo a la ciudadanía venezolana a un calvario que parece no tener fin. Recurren a cualquier artilugio hasta los más repugnantes. A través del “carnet de la Patria” (una enseñanza de los mandamases cubanos) condicionan atención médica, remedios o comida a la fidelidad al corrupto régimen. Y la gente desesperada, no tiene alternativa. Se cuentan por miles los muertos, torturados y encarcelados por el régimen. Todos los días muere gente de hambre y por falta de remedios. Mas de 4 millones han debido abandonar el país, gente que ha llegado hasta el Río de la Plata a pie... Según varias encuestas, el régimen hoy julio 2109 tendría entre el 10 y el 15% de la población a favor. Por eso mismo, unas elecciones libres, limpias y con observadores imparciales, serían el fin de la dictadura.
Esto de Bayardi y del Partido de gobierno por cierto no nos toma por sorpresa. Hace unos días, salió el señor Castillo a defender a Stalin responsable de más de 30 millones de muertos, (8 de ellos de hambre en Ucrania), son habitualmente defensores de la dictadura vitalicia cubana de más de 60 años, oportunamente defensores de todas las represiones soviéticas en Europa Oriental, y hasta en noviembre del 89, tenían la cortesía de felicitar oficial y orgullosamente al “compañero Causescu”. Con eso está todo dicho.