@|Tengo a mi cargo una nieta de 10 años y ha sufrido bullying en su escuela y también en la anterior y por lo cual debimos cambiarla.
Me doy cuenta que las maestras, en general, no toman en cuenta esta realidad que se da en nuestro país y en el mundo, y no le dan la importancia que se debiera.
El bullying es un acto reprobable que puede dejar secuelas de por vida a quien lo sufre y consecuencias lamentables para quien lo provoca al sentirse impune y seguirá haciéndolo a lo mejor de por vida.
Las maestras no le dan esa importancia o miran al costado diciendo que “son cosas de niños”, y no sancionan ni al menos reprimen. Quizás debería incluirse el tema en la reforma educativa proyectada, de vital importancia, como materia de respeto y buena convivencia, pues serviría como enseñanza para toda la vida. Y mientras tanto que las maestras tomen las medidas adecuadas para que no siga sucediendo.
Es un tema muy profundo y no se puede tomarlo con tanta indiferencia.