Un tobogán sin piso

A comienzos de esta semana nos enteramos que la escultura el Cóndor del Parque Rodó fue decapitada y le arrancaron una de sus alas. Ayer, viernes, supimos que la reja protectora del monumento a Joaquín Suárez en el Prado, fue robada.

A comienzos de año, desapareció una de las piezas de la histórica fuente de mármol de la Plaza Matriz. En junio le tocó al monumento a José Enrique Rodó, al que derribaron a uno de los peregrinos y se robaron un perro de bronce. En julio fue el turno a la escultura que recuerda el encuentro entre Albert Einstein y Carlos Vaz Ferreira, ubicado en la Plaza de los Treinta y Tres. A Einstein le arrancaron el brazo derecho, cuyo peso se estima en 20 kilos de bronce.

La destrucción y vandalización de monumentos no es un fenómeno nuevo. Data de hace muchísimo tiempo. Alcanza con recorrer la ciudad y observar las esculturas y monumentos para comprobar que las que no están pintarrajeadas, han sido trozadas.

Se calcula que a más de un tercio de las estatuas de la capital le faltan partes, fueron robadas por ser de bronce o simplemente por dañarlas.

Hace casi una década, un artista plástico Fernando Foglino y dos arquitectos Rodrigo Melazzi y Andrés Nogueira, comenzaron a escanear los monumentos de la ciudad. El proyecto se llama Archivo Nacional del Patrimonio 3D (http://www.patrimonio3d.uy/) y es un registro de enorme valor que muestra a los monumentos tal como fueron concebidos por sus autores. No están todos escaneados, pero hay allí un banco de imágenes y de datos muy importante. El registro de Patrimonio 3 D, resultará fundamental para la restauración de El Cóndor, del monumento a Rodó y de la escultura de Einstein.

¿Qué muestra el vandalismo contra las esculturas? Es un síntoma del deterioro del civismo de los uruguayos y particularmente de los montevideanos. Y para que no queden dudas a qué me refiero, transcribo la definición del término que da el Diccionario de la RAE : Comportamiento respetuoso del ciudadano con las normas de convivencia pública Sus sinónimos son: ciudadanía, civilidad, urbanidad y educación.

El ensañamiento contra las esculturas y los espacios públicos y privados en general, es un fenómeno casi exclusivamente montevideano. Muy diferente es la historia en las capitales y ciudades de los restantes dieciocho departamentos del país.

Son décadas de ausencia de una autoridad municipal que se preocupe por la ciudad. Son décadas de dilapidar los recursos de los montevideanos en burocracia y campañas electorales. Son décadas de falta de educación y de señales claras sobre cuáles son los deberes de los ciudadanos y las obligaciones de las autoridades.

La falta de cuida parques o plazas es una de las tantas carencias que tiene Montevideo. Semanas atrás los vecinos de la Plaza Líber Seregni reclamaban la presencia de autoridades municipales ante la invasión de gente que duerme en el lugar y han hecho su hogar en un espacio fundamental para los vecinos. Seguir haciendo la vista gorda a hechos tan tristes como condenables, es continuar resignándose a este larguísimo proceso de degradación que vive Montevideo. Es seguir deslizándonos por un tobogán que no tiene piso.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

premium

Te puede interesar