República Oriental de Ucronía

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pedro bordaberry
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Hace algunos meses recordé la ucronía. Un género literario en el que se toma un hecho del pasado, se lo cambia y a partir de ese cambio se elabora el desarrollo posterior. Algo así como que el Frente Amplio hubiera ganado la elección pasada y gobernado en los tiempos de la pandemia del covid-19.

Estaríamos en cuarentena y con la economía como la de Argentina. O Hitler hubiera derrotado a los Aliados en la Segunda Guerra Mundial y conquistado toda Europa. Chau Democracias.

En nuestro país algunos parecen fanáticos de las ucronías. Cambian un hecho del pasado y a partir de él construyen una historia.

La última es la de la Universidad Tecnológica en el interior. En una reunión en Florida se reivindicó al gobierno del Frente Amplio por la instalación de la UTEC en el interior del país.

Esto no fue así y están los documentos.

Me tocó estar en primera línea de la negociación de la creación de una universidad. El FA proponía justamente que no estuviera en el interior. Pero ahora, género literario mediante, lo reivindica como un logro suyo.

El primero en proponer una universidad en el interior fue el Escribano Pedro W. Cersósimo en 1971. No tuvo éxito.

En el programa del Partido Colorado del año 2009 se incluyó su creación dentro del capítulo de Educación. Desde la bancada del Partido Colorado se presentó un proyecto de ley cumpliendo con ello. De la misma forma que se presentaron proyectos de ley de todas las propuestas contenidas en el Programa.

En los Acuerdos multipartidarios del 2010 el Partido Colorado propuso la creación de una universidad en el interior que debía ser fundamentalmente tecnológica.

Se designó para llevar adelante las negociaciones con los otros partidos al actual Presidente de Anep, Dr. Robert Silva. En aquel entonces Robert era el coordinador de los programas y asesor de la bancada parlamentaria de Vamos Uruguay. Era la persona indicada dado su conocimiento como docente y especialista en materia educativa, había trabajado con el Prof. Germán Rama y, además, abogado.

De entrada las diferencias más notorias fueron la forma de gobierno y el lugar donde se instalaría la Utec. El FA proponía que se repitiera el modelo de gobierno de la Universidad de la República. Nos opusimos. Propusimos que fuera gobernada por un Directorio de tres personas designadas por el Poder Ejecutivo con venia del Senado.

Como se necesitaban mayorías especiales para aprobar su creación de acuerdo con la Constitución había que lograr un acuerdo. Finalmente el FA terminó aceptando esto para un período de transición desde la creación hasta la puesta en funcionamiento pleno. Forma de gobierno que se fue prorrogando dado el éxito que tuvo.

El otro tema en discusión era su ubicación. El FA quería que fuera en Montevideo y el Partido Colorado se opuso. Está en los documentos que se intercambiaron. La última propuesta que nos hicieron llegar fue que la sede de la Universidad Tecnológica fuera “preferentemente” en el interior. Fuimos claros con Robert, un hombre de Tacuarembó, además. En el interior sí o sí o no votamos. Dejar el “preferentemente” en la ley era aceptar que sería lo contrario.

Esa posición, intransigente en cuanto a la ubicación, fue la que hizo que la UTEC se instalara en el interior.

“La posición intransigente que sostuvo el Partido Colorado hizo que la UTEC se instalara en el interior”.

Pues bien, quienes propusieron primero que fuera en la capital y luego que “preferentemente” fuera en el interior, hoy presentan como un logro que la misma se encuentra ubicada donde ellos no querían.

A partir de ese cambio construyen una ucronía por la que los ciudadanos debemos agradecerles haber instalado la universidad donde no la querían instalar.

Nada dicen del hecho de que en la UTEC no haya co-gobierno porque sería meterse con una de las vacas sagradas de su partido. La UTEC les está mostrando cuál es el camino. De la misma forma que le quitaron a las autoridades de la Educación la implementación del Plan Ceibal y lo colocaron en el Latu.

Volviendo al interior. Es claro que el FA, durante los quince años de su gobierno, lo postergó.

Alcanza con recordar su posición respecto de los IMAE y su oposición a que se instalen en el interior. Terminaron autorizando a los que estaban en la vuelta del Obelisco en Montevideo.

O el subsidio al combustible del transporte que beneficia en su gran mayoría a empresas montevideanas y que aún hoy se financia con un impuesto al gasoil.

El mayor aporte del FA al interior fueron aquellos circos mediáticos en que convirtieron los Consejos de Ministros públicos que se fueron espaciando a medida que crecían las críticas.

Ni que hablar de su enfrentamiento con el sector agropecuario y los aumentos de impuestos mientras favorecían a grandes emprendimientos.

El Uruguay profundo los castigó en la última elección por ello. Aprendieron y resolvieron salir al interior a escuchar. Es bueno que lo hagan.

Aunque siguen sin comprenderlo. Entonces recurren a la ucronía de decir que querían la UTEC en el interior, cuando la querían en la capital.

Preferentemente y no preferentemente.

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