Lavando cabecitas

La frase quedó para la posteridad: “¡Moviendo las cabezas!”, clamaba el inefable Roberto Giordano a las modelos en sus desfiles multitudinarios. El nuevo imperativo de la política reciente del país vecino no es moverlas sino lavarlas, en el sentido metafórico del término. Y peor aún: a las de los niños.

En Argentina esto representa apenas la continuidad de un paradigma histórico. Ya desde 1953 y durante la segunda presidencia de Perón, los chiquilines de escuela aprendían a leer con un libro “aprobado por el Ministerio de Educación de la Nación” que contenía dibujos de Perón y Evita y textos como “Perón ama a los niños”. “Los niños visten bien. La Fundación Eva Perón da ropa al que necesita”. “Mamá y papá me aman. Perón y Evita nos aman”. “Esa niña juega con una muñeca. Se la regaló Evita. Para ella es la más linda del mundo”. Y la lista podría seguir: recomiendo al lector que se castigue con estas atrocidades leyéndolas en la web librosperonistas.com.

Para no ser menos, el siempre ocurrente kirchnerismo usó el mismo recurso. En 2010 fundó el canal de televisión Pakapaka, dirigido al público infantil. No llegó al extremo del chavismo venezolano y sus dibujos animados “Super Bigote” que, como se recordará, muestran a un superhéroe volador con la cara de Maduro que derrota a trompadas a los imperialistas.

Pero en el canal Pakapaka argentino se aireó otra serie animada que impartió preconceptos flechados sobre la historia del mundo y las ideas. “La asombrosa excursión de Zamba” presentaba a un personaje simpático que viajaba a través del tiempo, planteando abiertamente una polarización entre héroes y villanos, donde Domingo Faustino Sarmiento era ridiculizado como un viejo loco y Karl Marx enmendaba la plana a un escocés presumido, llamado Adam Smith.

La serie ganó premios nacionales y extranjeros, lo que revela el grado de partidización nefasto que se da en ciertos círculos intelectuales de Occidente.

Cuando asume Milei, intenta sin éxito privatizar la productora estatal que manejaba el canal: en la negociación parlamentaria de la Ley Bases renuncia a esa idea a cambio de otras conquistas. Pero termina cerrándolo en abril de 2024. Modifica su estatus legal en agosto y anuncia el 22 de mayo de este año una nueva programación, que introduce series conocidas y la promesa de una proveniente de EE.UU., cuyo título es Tuttle Twins y que promoverá “los principios de la libertad, el buen gobierno, la economía, la propiedad, los valores occidentales ¡y mucho más!”. A decir de Daniel Gatti en Brecha, en este programa aparecerá “una cubana exiliada en silla de ruedas” y “villanos como un Karl Marx pintado como un ignorante perverso”, y otros personajes “muy buenos, como Milton Friedman o Ludwig von Mises”.

Dicho en sencillo: el mismo perro con distinto collar. El liberalismo (si así puede catalogarse al fundamentalismo de Milei) usando las mismas técnicas espurias de los totalitarios. Según algunos, educar para la libertad equivale a denigrar al que piensa distinto tratándolo de “zurdo de mierda”, y si el objetivo incluye manipular el pensamiento de los niños, lavándoles el cerebro con las mismas armas inmorales de las que abusaron sus adversarios, qué les importa. ¿A esto le llaman batalla cultural? ¿Tan bajo hemos caído en Occidente, que no se nos ocurre otra cosa que promover la libertad, violándola?

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