Varios hechos policiales de los últimos días, volvieron a poner en el primer plano el tema de la seguridad pública.
Sin dejar a un lado el caso del policía gravemente herido por una bengala en el clásico entre Nacional y Peñarol del pasado 6 de julio, los hechos violentos han ido incrementándose en los últimos días.
La reaparición de bandas de delincuentes que intentaron volar un cajero automático en Playa Fomento, Colonia, en mayo último, y lo lograron en Carrasco el pasado 5 de agosto; y el robo a una sucursal bancaria en Colón, estarían mostrando una vuelta a la era Bonomi. Recordemos, que Eduardo Bonomi fue ministro del Interior entre 2010 y 2020, durante los gobiernos de José Mujica y el segundo mandato de Tabaré Vázquez.
Según datos oficiales, proporcionados a Montevideo Portal por el Ministerio del Interior, “en Uruguay, entre agosto de 2017 y noviembre de 2018, fueron explotados 67 cajeros; 33 de ellos en Montevideo y 21 en Canelones. También hubo tres detonaciones en San José, dos en Maldonado, dos en Colonia, dos en Lavalleja, uno en Rocha, uno en Salto, uno en Río Negro y otro en Treinta y Tres”. Desde entonces los bancos fueron obligados a colocar en los dispensadores de dinero un sistema de entintado que se activa en caso de detonación.
El jueves último la Justicia, formalizó y envío a prisión a cuatro presuntos autores del atraco en Carrasco y emplazó a otros tres. De los autores del asalto en Colón, nada se sabe hasta ahora.
Ese mismo día, la subsecretaria del Interior, Gabriela Valverde, presentó, en rueda de prensa, como algo novedoso lo que denominó “Compromisos de gestión”, un sistema de incentivos económicos para los jefes policiales que logren las metas de abatir el delito. El plan fue ideado y aplicado durante el gobierno de la Coalición Republicana.
Volver a tener que abordar desde aquí esto temas, me resulta penoso. Durante la larga década de la gestión Bonomi, recuerdo haber escrito muchas columnas sobre el tema de la seguridad ciudadana. La situación, lejos de solucionarse, comenzó a encaminarse y mostrar resultados positivos durante la gestión del ministro Nicolás Martinelli.
Hoy el ministro Carlos Negro, es un hombre ausente. Ha cometido enormes errores, como cuando afirmó que el operativo policial del clásico del 6 de julio “fue cumplido a la perfección” y que “prácticamente” no hubo violencia. Mientras Negro hacía estas afirmaciones en un CTI, luchaba por su vida, el policía de 47 años herido por una bengala náutica.
Pero Negro no es el único ausente, la policía también lo está. No se ven patrullajes por las calles de Montevideo. La presencia policial disuasiva, brilla por su ausencia. La metodología para medir los delitos ha sido puesta en tela de juicio por parte de los senadores Luis Alberto Heber y Pedro Bordaberry.
Son muchos los barrios de la capital y de la zona metropolitana cuyos vecinos reclaman por seguridad El jueves último, fue el turno de los habitantes de Brazo Oriental; reclaman más patrullaje, iluminación y respuesta policial.
Esta película nunca dejó de pasar, pero estaba cercano su fin. ¿Por qué volver a proyectarla? Los robos y las rapiñas, no son de derecha ni de izquierda. Son delitos y afligen especialmente a los que menos tienen. En combatirlos radica la verdadera justicia social.