Hunos contra "el 1"

Adherimos a la línea de defensa del interés nacional libre de ataduras con regímenes externos y cofradías internacionales. A las decisiones públicas que directa o indirectamente sirven al bien común de los habitantes del país. Lo que domésticamente exige también someterse a la ley, en temas medulares como lo son -por ejemplo- los impuestos con que se pagan los gastos e inversiones del Estado.

La línea internacional hoy es “lulista”. Uruguay es un bote atado a la popa del barco que capitanea el presidente brasilero Lula da Silva. Vamos rumbo a los gelatinosos Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, más otros países entre los que revista Irán). O, al foro “por la democracia”, en Chile, ilustrado por una corta foto de cuatro figuras grises donde destaca el socialista Pedro Sánchez, cuya aureola de corrupción castiga a España. ¿Qué gana Uruguay con esto?

“No más impuestos” dijeron. Hoy el Leviatán -bestia gigante- de ladrillo sito en 18 de Julio, está quebrado tras la gestión de la intendente Cosse. Pese a recaudar dos millones de dólares diarios de los contribuyentes. El periplo que se inicia con el intendente Bergara comienza -según jerarcas municipales- con una reestructura de los valores catastrales de los inmuebles en la capital. Significa que habrá un mazazo impositivo encubierto que aumentará la contribución inmobiliaria.

El tema fiscal en lo nacional no está laudado. El ministro Oddone es cauto al hablar de los futuros ingresos estatales, léase de nuevos impuestos nacionales. Hoy cabe esperar al proyecto de presupuesto que será presentado anticipadamente al parlamento según anuncio oficial. Mientras tanto con abrumador respaldo del periodismo “objetivo”, los sectores reunidos en especial alrededor del comunismo, no cesan en la promoción de propuestas disparatadas e irresponsablemente demagógicas, como corresponde a su naturaleza. Ante el gobierno conducido por los tupamaros, regido por los mandatos de la realidad, los camaradas han quedado incómodos con los congruos porcentajes para aumentos salariales mínimos dispuestos en el sector privado. Y, con el aumento de pasividades mínimas del 2%, que se traducirá en $ 400 mensuales -unos gramos de mortadela- desde julio, para 140.000 personas (¿en qué ha quedado la manteca socialista al techo?).

Lo último moviliza a los nuevos hunos bárbaros que arremeten contra el “1% más rico” de la sociedad nacional. Elegido como blanco por la envidia “progre” surge la pregunta: “¿Quiénes son?” No se sabe. El tema tiene medios de manipulación -”comunicación”- abundantes. Es un aviso a los emprendedores para no reinvertir en el país, al capital nacional para irse, y a los extranjeros que llegaron del exterior a establecerse personalmente aquí con capital jugados a la estabilidad que irradiaba la república, a dudar.

El postre merecido es del Ministro Castillo de Trabajo que ha compartido al planteo del sindicato del personal embarcado de la pesca (SUNTMA). Que en medio de una huelga salvaje y un brutal sabotaje contra el sector pesquero nacional, considera que quienes no estén afiliados al sindicato no pueden embarcar. El Ministro afirmó que esta sindicalización mussoliniana no está prohibido por la ley nacional. ¿Será que la Libertad de trabajo y de sindicalización de la Constitución y Convenios de la OIT vigentes en el país marcharon al paredón?

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